Desde su estreno, el 30 de abril, escaló posiciones hasta convertirse en una de las series más vistas de Netflix a nivel global. Claro que en casa, Argentina, el furor es generalizado; un fenómeno que de la mano de conocedores y curiosos, de admiradores y detractores, continúa dando tela para cortar. Y es que a los que devoraron los seis capítulos apenas salidos del horno se siguen sumando otros que, aunque rezagados, tampoco quieren dejar pasar la producción argentina del momento, así sea para no quedar afuera de la conversación.

Más allá de la historia en sí (escrita por Héctor Oesterheld, con dibujos de Solano López, que se publicó inicialmente en Hora Cero Semanal, desde 1957 hasta 1959) y de las distintas lecturas políticas y partidarias que disparó (entonces y ahora), el tema fue llevar un producto gráfico del siglo XX, uno tan arraigado y extendido como ese, a las pantallas del siglo XXI, y en lenguaje de plataformas, dato no menor. Si a eso le sumamos que el género es ciencia ficción, ni hablar.

La adaptación y realización propiamente dichas fueron el gran desafío para el equipo liderado por el (¿valiente?) realizador Bruno Stagnaro, también autor del guión de esta versión junto a Ariel Staltari. Más aún teniendo en cuenta que todavía siguen en pie fanáticos que consumieron la tira en el papel, los más autorizados para levantar el dedo y en quienes efectivamente pensó. De hecho, aclaró que “esta adaptación busca serle fiel a ese niño lector que se asomó a la historia por primera vez’, sin omitir que él es uno de ellos.

Pero sin dudas, más allá de los “no me gustó’, con y sin “porque…’, El Eternauta superó la prueba, con creces. Los números recientes dicen que se ha convertido en la serie de habla no inglesa más vista de Netflix a nivel mundial. Y en general (sacando el “habla no inglesa’), actualmente solo tiene arriba a The Four Seasons (podio que tranquilamente puede cambiar). Y si las cifras parecen tan frías como la nieve tóxica, quizás puedan entibiarse a la luz de las razones de quienes aprueban y celebran. No hace falta ir muy lejos para conocerlas, porque aquí en San Juan hay muchos que le levantan el pulgar a esta adaptación; y como de muestra basta un botón, un puñado de reconocidos artistas locales comparte las suyas en DIARIO DE CUYO.

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> Álvaro Poe Olmedo – Escritor y politólogo
Esta obra es un ícono del cine argentino. Más allá de los logros económicos, constituye un salto cualitativo de excelencia. Los efectos especiales, las actuaciones y el guión son de un nivel superlativo en un género en el que no había incursionado con tanta fuerza ni con el uso de recursos tecnológicos e IA. Adaptar un guión escrito para una saga de historieta a una serie de cine es una tarea cercana a lo increíble.

Por otro lado, desde Aquiles o Hércules hasta los últimos personajes de la pantalla, los héroes siempre son individuales y en algún punto, individualistas. Para tiempos de crisis o catástrofes, pensar y proponer salvaciones colectivas es un acierto inmenso.

Es posible que un guión cargado de tanta simbología debería brindarle al espectador alguna ayuda adicional. Por momentos es difícil saber si lo que se está interpretando está en la línea correcta o no. Vale destacar que esta magnífica obra artística fue financiada con fondos públicos.

Que este contenido audiovisual entre en el radar y en el debate de la cultura de gran parte del mundo es un logro inconmensurable.

> Nahuel Aciar – Músico
Empecé a leer el cómic después de ver la serie y me sorprendió lo apegada que está a la historieta. Obviamente hay una actualización a nuestros días, porque no sucede en los años “50, como fue escrita, sucede hoy. La producción es de alto nivel, actores de trayectoria y talento, y su director Bruno Stagnaro, ya nos ha dado muestras de su calidad cinematográficas con clásicos ya como “Okupas’ y “Pizza, birra y faso’.

La argentinidad atraviesa todo, tanto en la historieta y está más acentuada en la serie. Por ejemplo en la música, que tiene mucho del Rock Nacional, como canciones de Manal, Billy Bond y la Pesada, Él Mató…, y también fragmentos de la Misa Criolla, con Mercedes Sosa, entre otras.

El héroe de El Eternauta es alguien que no lo eligió, sino que las circunstancias y el entorno lo llevaron a serlo. En tiempos donde se desfinancia a instituciones como el Incaa, esta serie es lo mejor que le ha pasado al séptimo arte argento en mucho tiempo.

> Berny Garay Pringles – Realizador audiovisual y guionista
La serie me sorprendió gratamente. El nivel narrativo y tecnológico con el que se adapta la historia de El Eternauta a la plataforma genera una verosimilitud que permite sumergirse rápidamente en ese universo. Contribuye también, sin duda, el hecho de conocer la ciudad de Buenos Aires y sentirla cercana: los acontecimientos ocurren en las mismas calles que uno ha recorrido alguna vez.

Debo confesar que me costó engancharme con el primer capítulo, pero pronto comprendí que era fundamental la forma en que nos introduce, de manera muy orgánica, en el universo del cómic. Un aspecto interesante que menciona el director de la serie es que Oesterheld concibió la historieta en el contexto actual de la década del “50 porque, según él, pensar en una invasión de ese tipo en el presente la volvía aún más aterradora. Creo que ese enfoque fue un gran acierto en la adaptación, ya que los hechos ocurren en una Buenos Aires contemporánea, sin perder el espíritu original de la obra. Esto me recuerda cuando, en los años “30, Orson Welles recreó “La guerra de los mundos’ en la radio como si fuera un boletín informativo, lo que provocó pánico en oyentes de todo Estados Unidos.

La serie está llena de guiños a lo nacional y a la historia argentina, como la imagen de San Martín, la guerra de Malvinas, el truco o los aviones de combate que Perú envió en apoyo a nuestro país. Uno de los momentos que más esperaba era la aparición de los Manos y ese pequeño indicio que vemos en el último capítulo me pareció simplemente sublime. La primera temporada es alucinante y no tiene nada que envidiarle a producciones de otras latitudes del norte global.

> Susana Lage – Dramaturga
Vi dos veces El Eternauta, convencida de encontrar símbolos ocultos. Y encontré varios que seguramente intuimos y que tienen que ver con viajes en el tiempo. Y algún que otro guiño entrañable, como la pequeña calcomanía de Malvinas en la casilla del guardián o los aviones de Perú, dispuestos a la batalla en River. Un acierto de esta adaptación creo que es la inclusión de la guerra de Malvinas, habida cuenta de que los personajes ya no son cuarentones sino que pasaron los 60 y lo celebran con una necesidad de lo analógico como única salvación. “Lo viejo funciona Juan’ le dice un personaje mientras maneja una Estanciera o un Torino, y hace un guiño a varios que sonreímos complacidos. Y eso, en medio de efectos especiales de Virtual Production, escaneos 3D y técnicas para crear nieve artificial, todo para hacer una ciencia ficción argenta a nivel internacional. Parece que a pesar de los embates contra el INCAA y todo lo que se sea arte y la voluntad de vaciarlos, la tremenda creatividad de este pueblo no morirá, no importa quién lo quiera. Porque como dice Favalli, “el Sur es el nuevo Norte’, el de una resistencia que es forzosamente colectiva.

> Emanuel Morte – Cineasta
La serie El Eternauta representa un salto técnico en la producción audiovisual de nuestro país al incursionar en el terreno de la ciencia ficción y lo fantástico, géneros que históricamente han enfrentado obstáculos en Argentina debido a sus altos costos y a la demanda de efectos visuales complejos. En esta serie utilizaron Virtual Production, una tecnología reciente, con entornos digitales proyectados en pantallas LED en tiempo real. El planteo del director Bruno Stagnaro genera una atmósfera visual y sonora súper atrapante. No tiene nada que envidiarle a las grandes series estadounidenses de este género.

* Una número uno

Basada en la historieta de ciencia ficción que tiene como escenario a Buenos Aires y como protagonista a Juan Salvo, es la serie de habla no inglesa número uno del mundo en Netflix, con más de 20 millones de vistas en las dos semanas después de su estreno.