Ambos países tienen motivos fundados para los ataques que se han venido sucediendo en estos últimos días. Mientras que Israel concretó una ofensiva preventiva con el objeto de paralizar el programa nuclear de Irán, que según se sospecha está muy avanzado, este último país en represalia, ha efectivizado varios ataques con misiles y drones que hasta ahora, afortunadamente, no han tenido la contundencia que se preveía.

Como siempre ocurre, dentro de este conflicto es de fundamental importancia el rol que desempeña Estados Unidos de Norteamérica, que ha tomado parte a favor de Israel y que, como lo ha dicho el propio presidente Donald Trump, se busca un ‘fin real” al problema nuclear con Irán, partiendo del concepto de que Irán debe dar garantías suficientes de que no posee armamento nuclear. De esta forma Israel dejaría de atacar a este país de oriente medio.

Las primeras acciones bélicas que incluyeron el ataque preventivo y sorpresivo por parte de Israel provocaron daños materiales de consideración y mató al general Amir Ali Hajizadeh, máximo responsable de misiles del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, y a 224 civiles. Por su parte las bajas israelitas alcanzaron a 24 civiles y unos 3.000 evacuados a consecuencia de los daños ocasionados por los cohetes y drones.

La intervención de Trump ha servido para advertir que Israel seguirá atacando a Irán cada vez en una forma “más brutal” por lo que instó a este último país a llegar a un acuerdo ‘antes de que no quede nada” de esa nación.

Por otra parte, el presidente norteamericano ha dicho que como quiere un ‘fin real del problema nuclear con Irán” está dispuesto a enviar altos funcionarios de su gobierno a esa república islámica para intentar lograr un renunciamiento completo a disponer de armas nucleares.

La posición de EEUU es compartida por los países que integran el G7, que han pedido una desescalada del conflicto y han expresado que Irán nunca debe tener un arma nuclear a su disposición. Además se pronunciaron a favor de que Israel tiene derecho a defenderse, aprobando el ataque preventivo de este país.

A pesar de su poderío bélico Irán no se encuentra en una posición cómoda ante las acciones iniciadas por Israel, que ha demostrado mucha fortaleza y la intensión de seguir con los enfrentamientos hasta debilitar totalmente al país islámico. Esto llevaría a Irán a un acuerdo que implicaría el compromiso de no producir armas nucleares, uno de los objetivos de los países de Occidente y, fundamentalmente, de Israel.