El violento ataque contra un joven que casi perdió la vida al recibir un disparo que se incrustó en su cráneo (ahora está en coma inducido), pudo tener como trasfondo un problema bastante frecuente en barriadas conflictivas: drogas. Los pesquisas que investigan ese hecho ocurrido sobre las 21 del viernes pasado en el polideportivo del barrio Cerro Blanco, en Rivadavia, no descartan que los dos involucrados en esa violenta y casi letal agresión, hayan creído que la víctima, Hernán Paredes (24), podía tener drogas y buscaron robársela, como hicieron con su teléfono celular Samsung J7. ‘Son consumidores’, aseguró uno de los investigadores, en alusión a los imputados.

Un posible problema por drogas fue instalado por uno de los dos detenidos, Luciano Rafael Ortiz (alias ‘Máquinita’, 25 años), señalado como autor del disparo. Este joven, no dudó en poner en cabeza de la víctima la responsabilidad del violento desenlace: ‘Hernán Paredes es una persona que toma pastillas, se droga y se mete en las casas (…), yo solo me defendí’, dijo ante el juez, Eugenio Barbera, el fiscal, Cristian Gerarduzzi, su defensor, César Jofré, y César Oro, defensor oficial del otro imputado, Sergio Damián ‘Doblado’ Paredes (32).

A pesar de su versión, Ortiz quedó complicado porque admitió tener vinculación con el supuesto disparo accidental en medio de un forcejeo. Y algo más comprometedor: en su casa, los policías de la UFI de Delitos Especiales, encontraron el teléfono robado a Paredes. Por eso el caso pasó a la UFI de Delitos Contra la Propiedad.

El otro sospechoso, Paredes, buscó despegarse: ‘Soy inocente, estaba en mi casa cuando pasó lo que dicen’, precisó.

Sin embargo, en su historial, registra una condena de 8 años de cárcel por haber resuelto a tiros una contienda con un rival, Pablo Muñoz (21). Ocurrió al mediodía del 5 de mayo de 2013, en una calle del barrio Marquesado III, en Rivadavia. Aquel día, en la antesala de un ‘Boca-River’, Paredes llegó en moto hasta donde estaba un grupo, provocó a su rival y se fue. Cuando volvió con un cómplice, Muñoz se atravesó en su camino y le escupió el rostro. Y cuando se pensaba que todo se resolvería a las piñas, Paredes sacó un revólver calibre 22 y lo ultimó de un balazo en el pecho.

La revelación de quienes atacaron al joven que hoy agoniza (el ‘Doblado’ y el ‘hijo del Máquina’) las escuchó un médico antes de que empeorara, porque en un primer ingreso al hospital Marcial Quiroga creían que era superficial la herida en el costado derecho de su cabeza. El padre de la víctima, también dudó cuando descubrió un agujero de bala en la capucha de un abrigo de su hijo. Entonces se supo que además de balearlo, le habían robado el celular.

El último lunes, el juez les dictó 6 meses de prisión preventiva. Son investigados por tentativa de homicidio agravado en ocasión de robo.