Una cartilla sanitaria especial creada por el Registro Nacional de Trabajadores Rurales y Empleadores (Renatre) y autorizada por San Juan, trajo alivio a los productores locales ante la necesidad de disponer de mano de obra para cosechas inminentes, como la de tomate para industrializar, que debe iniciarse en los próximos días. La pandemia impuso resguardos para evitar la propagación del coronavirus y los rigurosos protocolos trabaron prácticas usuales en cada temporada, como la llegada de trabajadores temporarios.


La apertura se logró con el Pase Sanitario Rural (Pasar), una declaración jurada con controles de hisopado negativos de hasta 72 horas al llegar al control limítrofe, a fin de poder trabajar libremente en la provincia sorteando el aislamiento preventivo. Con este salvoconducto se estima la llegada de unos 3.000 cosechadores golondrinas, la mayoría procedente del Norte y con vínculo laboral en San Juan, por lo que mantendrán la relación con trabajo registrado y los aportes previsionales de rigor.


En este espacio señalamos hace unas semanas la urgencia de solucionar el problema de los productores de tomate con 2.800 hectáreas para cosechar y sin contar con los equipos mecánicos alquilados en Brasil y tampoco reemplazarlos con unos 300 obreros temporarios impedidos de llegar por las trabas sanitarias. La rápida intervención de las autoridades locales y del Renatre superaron los escollos lógicos en esta emergencia social. Debe recordarse que el trabajador en general viene con su familia y deberá hacerse un seguimiento sanitario para preservar la salud declarada como migrantes.

Mantener el Pasar al día es fundamental para el medio de vida de los trabajadores golondrina que se van trasladando de una zona a otra siguiendo el calendario de cosechas en el país, con una estimación de 3.000 obreros incluyendo a los procedentes de Bolivia. En estos momentos tan especiales por la presencia del Covid-19, es preciso mantener una buena comunicación para no encontrar sorpresas, como ha ocurrido con 70 obreros acompañados de sus familias, varados en el límite entre San Juan y Mendoza por carecer de la documentación exigida. Un micro completo debió regresar al Norte, según hemos informado.


Lo importante es que en San Juan se actuó con la premura que demandaban los tiempos de cosecha y con el organismo nacional se pudo superar el traslado interjurisdiccional de trabajadores que a pesar de ser una práctica habitual, esta pandemia la complicó por la seguridad de todos.