Hay muchos sectores económicos de la vida nacional que están convencidos de que el Congreso debe acompañar a la actual gestión de gobierno, por ejemplo, aprobando de una vez por todas la ley ómnibus, el paquete fiscal y la reforma laboral enviadas por el Poder Ejecutivo, que propone las grandes reformas estructurales que el país necesita para forjar un destino diferente basado en crecimiento y desarrollo.

Uno de los dirigentes que más ha insistido en este rumbo es Natalio Grinman, presidente de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC) quien ha señalado que las reformas estructurales que necesita hacer la Argentina son muy grandes y muy dolorosas, pero que la gente va a tener que aceptar si quiere comenzar a construir un país normal. “No hacerlo sería continuar siendo decadentes un poco más todos los días”sostiene el dirigente empresarial.

Las fuerzas políticas deberían dejar de lado sus diferencias para tratar de entender que la mayoría del pueblo argentino eligió el modelo de país que promueve la actual gestión de gobierno, es decir que hay una aceptación de la forma en que se está procediendo con la esperanza de que se logrará salir adelante en materia social y económica.

El comportamiento del Congreso nacional está en sintonía con todo lo que se le ha propuesto a la ciudadanía y es por eso que está soportando los coletazos de medidas muy duras con las que se intenta solucionar problemas que ya tienen cierta antigüedad.

Por otra parte hay que entender que la crisis económica no comenzó con la asunción al cargo del presidente Milei. El proceso recesivo ya se venía observando en mediciones que se realizaron en el 2023 con una caída en las ventas que comenzó en julio de ese año y se extiende hasta hoy. 

Las reformas que hay que implementar a la brevedad son de carácter tributario e incluyen las tan polémicas -por el efecto que tendrán en el mercado laboral- leyes laborales con las que se espera reactivar el mercado en distintos rubros. También está la reforma tributaria, la del déficit fiscal, la del gasto público y la de la emisión monetaria.

El Gobierno nacional tiene todavía un amplio margen y una legitimidad indiscutible para promover estas reformas, pero en todos los casos hay que consensuar y negociar con todos los bloques opositores la aprobación de cada una de esas propuestas, a tratarse en estos últimos días de abril o primeros de mayo.

El país tiene la oportunidad de revertir la situación económica y política actual apoyando la presente gestión y aprovechando una oportunidad única que se da después de tantos años.

Debemos recordar que a principios del siglo XX el PBI de la Argentina estaba dentro de los primeros cinco del mundo. Luego, por malas decisiones se perdió y ahora está la oportunidad de alcanzar ese antiguo nivel.