Talentoso compositor y pianista, Lito Vitale lleva una vida entregada totalmente a la música, impulsando numerosos proyectos musicales con grandes intérpretes del país, pasando por multiplicidad de géneros, componiendo bandas de sonidos para cine, hasta siendo la dupla con Juan Carlos Baglietto. El artista regresa esta vez a San Juan para entonar el Himno Nacional junto a Hilda Lizarazu y Patricia Sosa para la inauguración de la Fiesta Nacional del Sol (esta noche detrás de la estatua de San Martín, por la calle interna del Parque de Mayo). En diálogo con DIARIO DE CUYO, Vitale reveló su costado más personal. Además, confesó su enorme deseo de tocar el órgano Walker del Auditorio Victoria.

– ¿Qué tienen de especial las voces de Hilda y Patricia para cantar el Himno?

– Son diferentes, Hilda es medida e intensa, Patricia extrovertida y ornamentada, las dos grandes artistas y muy queridas por mí.

El Himno es nuestra canción, está buenísimo que se haya abierto a todos los artistas para que puedan interpretarlo, cada uno le suma su impronta y me parece genial que así sea.

– ¿Cuál es ese ‘amigo del alma’ que te acompaña en cada paso que das en tu vida?

– La verdad, mi compañía es mi familia y mi guía es mi papá, que se fue de este mundo (en octubre pasado) pero está presente dentro de mí siempre.

– ¿Cuál fue la máxima enseñanza que te dejó ‘Donvi’?

– Estoy agradecido por haber tenido ese papá, ese genial hombre comprometido, fiel y desaforado, quiero vivir como vivió él, esa es la gran enseñanza…

– ¿Cuál es la química que tiene con Baglietto?

– Somos amigos, nos sentimos felices tocando juntos, morfando y soñando proyectos entre los dos. ¿Qué más podemos pedir? Encima los dos tenemos un termómetro de nuestra química, cuando sentimos que hay que parar, paramos. Con Juan es un placer compartir cosas con él y además, es un artista con mayúsculas.

– ¿Cómo resolvés la dicotomía entre la música culta y la música popular?

– Hay que ubicarse psíquicamente en el lugar adecuado cuando uno está por disfrutar de los distintos tipos de música, personalmente me encanta tanto la música sinfónica, barroca, romántica, impresionista, rockera, jazzera, pop, folclórica, tanguera. Mi prejuicio no existe a la hora de disfrutar el arte, puede gustarme más una cosa que otra, pero no desprecio nada.

– ¿Qué es lo que más te obsesiona?

– Que no falle ningún participante del proyecto, que todos estén felices de estar haciendo lo que les propongo y que suene lo mejor posible.

-¿Por qué preferís más actuar en grupo?

-De vez en cuando toco el piano solo y estoy aprendiendo a disfrutarlo, pero en general no me siento un buen solista, mi especialidad es armar bandas, armar eventos, armar repertorios, armar discos, me gusta trabajar con gente y disfruto de la creatividad de todos

– ¿Por qué te apasiona lo instrumental? ¿Qué sentimientos lográs expresar?

– Me encanta porque la interpretación del músico y del público es totalmente personal y sin límites, no hay una letra que comunique un concepto claro, vos le das la poesía a la música y eso esta buenísimo.

– ¿Cómo te gustaría que te recuerden?

La verdad que no sé, seguramente por mis obras, pero también por mi persona.

– ¿Alguna vez has querido dejar todo y cambiar de carrera?

– Alguna vez, pero ya pasó, entendí vivir de mi pasión y eso es delicado, pero no imposible, es hermosa la vida que llevo y los sueños por concretar, pienso en el mañana siempre y en estar cerca de la gente que amo.

– Es muy fácil que a un artista el ego se ensanche. En tu caso, ¿es así?

– Ese universo no está en mí, el ego, la fama, eso de creer que por ser popular necesitas ciertas atenciones y lujos. Eso me parece decadente. Obvio que si estás de gira, querés estar cómodo y ganar un dinero que esté en sincronía con lo que producís o convoca, pero de ahí a la locura de pedir excentricidades, rotundamente no. Eso me da risa, es poco inteligente y me da vergüenza ajena.

– ¿Qué es lo que más te atrae San Juan cada vez que te toca venir?

-¡El órgano que hay en el Auditorio! La próxima que vayamos con Baglietto quiero que me dejen hacer la intro de ‘Piedra y camino’ en el órgano. Es una maravilla.