"Soy un Súperman sin alas", dirá con voz cautelar y vestigio aplomado. Frase que resume la personalidad de Germán Daffunchio, el cantante de Las Pelotas que repiensa sus ideales, dudó "por un ratito" tocar con los Stones, considera que los políticos se creen "semidioses" y abomina la frivolidad de sus pares. También que distingue el under como "materia obligada para ser músico", divisa un panorama "muy complejo" en la escena del rock y recuerda con el "corazón" a Ale Sokol (fallecido ex vocalista de la banda en 2009). Antes de presentarse en la provincia -ver recuadro-, el ex Sumo dialogó con DIARIO DE CUYO.

– ¿Se podría decir que "Despierta" es el disco más íntimo de la banda? Temas como "La semilla" huelen a confesionario catártico..

– Nunca lo había pensado pero se lo podría llamar con esa definición. Igual, creo que todos los discos van para distintos lados y nunca hacemos nada parecido. Te diría que "Despierta" es un disco de transición. Sobre todo un momento de renacimiento ante todo lo que vivimos día a día.

– ¿Ser anti establishment es una pose obligada?

– No me parece que sea una posición anti sistema. Es encontrar las cosas que te hagan feliz y tiene que ver más con la vida de uno. El sistema tiene un mensaje claro y es tener dinero y si no lo tenés pedís un crédito y lo comprás después. El sistema domina el mundo y es lo que nos toca vivir. Uno se va adaptando…

– Ustedes están como en una búsqueda permanente ¿Cuándo crees que llegará eso que falta?

– Y…más o menos 1.500 años (risas). No creo para nada que vayamos a ver un cambio radical, salvo algún desastre ecológico que lleve a la gente a estar de otra manera. Es un tema muy complejo. Siempre nos ponen a los músicos en lugares como políticos y no me interesa hablar de política. Te puedo hablar de las cosas que disiento de la vida…

– Pero tus canciones también reflejan las penumbras sociales…

– Sí, también, pero Las Pelotas tiene más que ver con la condición humana que una postura política. Para serte honesto, siempre apunta al ser humano.

– ¿Cómo ves el presente del rock? ¿El negocio evidencia depresiones?

– El panorama está complicado. Argentina nunca se caracterizó por apoyar hechos artísticos, salvo a los que les convenga a los grupos políticos. También creo que hay mucha televisión doblando la realidad. Hay un arquetipo de rockero que está demasiado producido y lindo.

– ¿Crees que las bandas se frivolizaron?

– Sí, están muy Disney. Para mí el rock no tiene nada que ver con una cuestión de imagen. Tampoco con el sexo y las drogas. En mi caso, pasa por las cosas que siento de la vida, con mis principios y mis pensamientos. A los rockeros se los comió el sistema. Como a todo…

– ¿El palo del under sigue siendo el refugio más puro?

– El under es una materia obligada que tenés que vivir para poder ser músico. Es una de las escuelas. Es es el lugar donde vas hacerte tu público.

– ¿Cómo sobrevive Las Pelotas al dolor y a la gloria? Perdieron a Sokol el año pasado, sufrieron muchos cambios en la formación y los invade el rumor de separación…

– Nosotros somos un grupo, una especie de espíritu humano. La partida de Ale hasta el día de hoy sigue doliendo. Pero vos en la vida tenés que juntar tus despojos y seguir para adelante. No podes aflojar ante ninguna situación, más allá de que no haya sido el ideal. La obra de Alejandro está en el corazón de cada uno de nosotros. Igual no creo en el adiós, sino en el "hasta pronto" (risas).

– Si te digo Luca Prodan ¿Qué instante bisagra recordás?

– Me acuerdo cuando zapábamos solos en la pieza, pero antes de que existiera Sumo y en un momento me estaban sangrando los dedos de tanto tocar y dijo: "eso es rock".

– ¿Haber sido un Sumo salpica de subestimación lo posterior? Digo, fueron una banda de culto y los acompaña el "inigualables"…

– No. Me siento orgulloso de eso. Fuimos una banda increíble y lo que hizo dentro de la historia del rock argentino fue maravilloso. Yo me sigo sintiendo un Sumo, lo cual no me avergüenza para nada. Al contrario, fue una escuela para mí y para muchos músicos de Argentina.

– ¿Es cierto que se resistieron a ser teloneros de los Rolling Stones? Suena a chiste…

– Pero es cierto (risas). Nunca me interesaron demasiado los Stones. Pero igual mi resistencia duró un ratito. Me dijeron que estaba loco y accedí…

– Y…

– Lo que pasa es que veníamos del under y no nos parecía algo importante aunque te parezca mentira. Pero tocamos 10 veces con ellos y fue fantástico.

– ¿Cómo convivís con el porte "semidiós" de todo rocker?

– Eso se lo tendrías que preguntar a un político porque en la clase política se ven muchos casos. Yo no me siento un semidiós en lo más mínimo. Lo que la gente descarga en uno es un tema de la gente.

– Germán Daffunchio ¿Inquieto explorador, divagante meditabundo o rockero de los que no quedan?

– Soy un tipo común y no soy muy partidario de los títulos pero poné que soy Súperman sin alas (risas).