El viernes 31 de octubre de 2014 quedará en la historia de Sebastián Bustos como un día inolvidable. Muy lejos de haber sido una jornada de terror, justo el día en que varios festejaban Halloween, el menor de los Bustos -una familia trabajadora de Angaco, cuyo papá envasa vino en una conocida bodega y mamá se desempeña en un emprendimiento de pasas- celebraba su primera gran victoria personal. Ese viernes por la tarde, luego que el Ballet terminó de ensayar, Sebastián oyó su nombre al final de la lista de los tres elegidos que se sumarán al cuerpo de baile del programa federal Danza por la Inclusión, que bajo el ala del Ministerio de Desarrollo Social de la nación, comanda Iñaki Urlezaga. Fue el feliz resultado de un par de semanas de intensas clases y exigente audición, que tuvieron lugar en Buenos Aires, adonde viajó cargado de ilusión -al igual que otros chicos de distintos puntos del país- junto a sus comprovincianas Andrea Bazán (16) y Florencia Albareti (14 años, quien obtuvo una beca para estudiar el año próximo). Con una alegría que no cabe en su cuerpo, el muchacho de 17 años regresa a sus pagos, pero sólo a recibir en persona el cariño y el aliento de familiares y amigos; y a buscar sus petates, ya que en un par de días tiene que estar en Buenos Aires otra vez, para comenzar a transitar este sueño alcanzado. Aún conmovido, poco después de la feliz noticia el joven bailarín de 17 años que empezó haciendo folclore y que hasta ahora era alumno del Estudio Coreográfico Argentino (de Violeta Pérez Lobos), dialogó con DIARIO DE CUYO:

– ¿Cómo recibiste la noticia?

– Re sorprendido porque ya habían elegido a dos chicos, una chica y un chico; entonces pensé que ya no habían más lugares! Y cuando me nombraron a mí, me re emocioné porque jamas pensé que me iban a nombrar!

– ¿Qué te dijeron en casa?

– No puede hablar mucho con mi papá y hermanos (NdeR: su mamá estaba con él) porque se largaron a llorar y solo me dijeron ‘felicitaciones’.

– ¿En tu familia alguien más baila?

– ¡Noo, todos juegan al fútbol!

– ¿Y vos también jugás al fútbol?

– ¡Nooo soy pésimo! (risas)

– Sos el bicho raro de los Bustos…

– ¡Algo así! (risas)

– ¿Cuándo supiste que querías dedicarte a la danza?

– A los diez años, cuando empecé a bailar folclore…

– Varios bailarines de Juan empezaron haciendo folclore y luego cambiaron ¿Cuándo te picó el bichito de la danza clásica y contemporánea?

– Sí, yo estudiaba con Oscar Arredondo y Elina Cataldo. Mis profes de folclore me veían haciendo volteretas y todas esas cosas más que bailar folclore, así que ellos dieron paso a que me picara…

-Te dijeron ‘Mirá Seba, probá con el clásico’…

– Exactamente.A los 15 empecé con danza clásica y bueno acá estoy…

– ¿Te costó pasar del folclore al clásico?

– Mmm sí porque no entendía nada cuando fui a las clases de clásico, aunque ya tenía algo de elongación!

– La elongación ayuda, pero demanda mucho más que eso…

– Sí sí, ayuda bastante, y sí, son varias cosas, pero me esfuerzo mucho!

– ¿Y vos qué expectativas tenés? Ahora vas a vivir de esto, de manera profesional…

– No sé! Como que estoy shoqueado y aún no caigo.. .Por ahora dedicarme a la danza por completo hasta llegar a ser primer bailarín. Y terminar el colegio, que es fundamental!

– ¿En qué año estás?

– Estoy ya en 6to del colegio Cacique Angaco, este es el último año y sólo me queda un mes para terminar! Voy a ir a hablar para ver si puedo rendir libre!

– ¿En el ballet no te dan un mes para terminar?

– No porque estaré en la nueva obra, El Cascanueces, y los ensayos ya empezaron… No sé cuándo se estrenará, pero estoy dos meses ensayando y tomando clases!

– Hablaste con Sofía Usín (la bailarina que integra el Ballet desde el año pasado)

– Sí sí, y más que nada me dijo que disfrutara!