Cuenta que empezó casi de casualidad, que el cuarteto lo reunió con su padre, que no se considera heredero de nadie y que quiere hacer su propio camino. Aunque con portación de nombre y apellido, Carli Jiménez -el hijo de La Mona- sigue construyendo su carrera solista, que ya va por su segundo disco, "Tumbando rejas", placa de fuerte contenido social donde aborda temas como los desalojos, la discriminación y la violencia, entre otros, y que el próximo sábado presentará en San Juan. De sus comienzos, de los años compartidos con su padre, de su presente y sus inquietudes, charló con DIARIO DE CUYO.
– La música estuvo conmigo toda la vida, pero también lo social. Estuve 10 años en Buenos Aires donde participé de actos benéficos y tengo una fundación para chicos en zona de riesgo. Cómo no haber absorbido eso, si mis padres siempre hicieron mucho trabajo social. Era como un trabajo familiar que nos unía como familia y con mi música también intento eso. El cuarteto tiene esa dicotomía: lo estás bailando con un ritmo alegre y al mismo tiempo escuchás un mensaje fuerte…
– Sí, a través de nuestro lenguaje, de nuestra manera de contar.
– Muy dividido, si bien hay un avance social, hay mucho por hacer. Muchos desalojos violentos de aborígenes por plantaciones de soja, por ejemplo; hay dicotomía con esto en el Estado. Y los medios que no hacen más que crear irritación, de muy mala leche…
– Bueno, creo que están para ayudar y reflejar. Cuando el medio tiene una búsqueda noble e independiente, está eso, porque de alguna manera vos estás ayudando en este momento a que la gente sepa cuál es nuestro mensaje y nos conozca. Cuando hay una búsqueda comercial, tanto el Estado como los medios tienden a tergiversar a favor de ellos y es lo que estamos viendo hoy, una lucha de poderes donde los que salimos perdiendo somos los argentinos.
– Totalmente. Los medios no son los únicos comunicadores del reflejo social. Hay libros, discos, pinturas. No sólo hay que fumarse todo lo que está pasando Crónica, porque hay que entender que es una empresa que necesita rating, publicidad…
– Y, el tema económico capitalista es así ¿viste?, pero ya estamos entrando en un tema más profundo. Pero te digo que el show está bueno y la idea es no cobrar una entrada cara y regalar los discos a la gente que compre la entrada.
– Con Bam Bam Miranda, percusionista de mi papá, y escuchábamos mucho funk afro-americano y él tocaba la guitarra. Así salieron un montón de canciones, nos copamos y grabamos con Sony, pero al final no editamos, porque incluía salir a tocar y no era mi estilo.
– Medio de casualidad. Era productor en Buenos Aires, fui manager de Alfredo Casero un tiempo… Luego volví a Córdoba para estar con la familia. Un fin de semana se fue un corista, no conseguíamos a nadie, mi papá me pidió que lo reemplace y fue el momento para compartir con él, porque no lo veía casi nunca. Esa noche subí al escenario de mi papá, que es tremendo porque la gente quiere escuchar a La Mona y nada más. Algunos sabían quién era yo, otros no ¡y la gente me daba la espalda! (risas) Yo no podía creer, decía "la p… madre’. Luego subió mi papá, cantamos juntos y ahí chau, todo lo que no pudimos tener con él en 27 años, lo tuvimos en ese momento, nos conectamos de una manera que no hubo que decir nada. Y fue tan mágico que siguió cuatro años y nos cambió la vida.
– Se fue armando un público nuevo que iba a verme a mí y se juntaba con el de él. Al final él cantaba la mitad del show y yo la otra, y estábamos mezclando todo. Decidí abrirme, pero bien, porque ahora nos juntamos a comer un asado, a ver una película, a nadar.
– Cuando papá escuchaba que yo iba y cantaba para eventos contra Monsato no le gustaba mucho; pero mi mensaje no es político. Hablo de la sociedad, no hago crítica al gobierno de Córdoba, sino a los cordobeses que permitimos ciertas cosas.
– Sí, de una (risas). Además porque al show iban agrupaciones políticas… yo no tengo ninguna afinidad, pero bueno, era medio raro…
– Le dije "Mirá, quiero salir a tocar este disco y encontrarme con gente que pueda pensar como yo’. Tuvimos un momento de sentimentalismo pero luego se transformó en algo positivo.
– Fue duro el comienzo, porque la gente pensaba "¿Y el hijo qué viene a hacer? Viene a chorear’…. Estaba súper jodido, pero opté por seguir un camino que me va dictando el corazón
– Ese tipo de rótulos me parecen una bol…. Mi viejo es el Rey, y si lo dicen es porque pasó mucho tiempo para ganarse su lugar. A los 32 se abrió e hizo su carrera solista y tenía 40 cuando empezó a pegarla. No creo en herederos, La Mona es una sola.
– Me gusta más ir por el país, me parece que hay una tranquilidad que nos permite escuchar cosas nuevas y no tener que transar con medios poderosos para poder comunicar. Vos me preguntás lo que querés, te contesto, la gente lee y me conoce, y si tiene ganas va a ver un show y punto. En Buenos Aires es todo más jodido, está todo condicionado, desde dónde cantás hasta con quién hablás, y eso me da un poco de cosita.
