Esta noche a las 23.45, CQC vuelve a la pantalla chica y con tres novedades importantes: la frecuencia, porque pasa de ser un ciclo semanal a uno diario; el canal, ya que dejó Telefe para volver al Trece, con todo el condimento político que eso implica (Canal 8 también lo pasará en vivo); y el conductor; que será Roberto Pettinato, junto a Clemente Cancela y Diego Iglesias. "Es la primera vez que el programa tendrá un humorista, seudo monologuista, standapero, en la silla central y eso significa improvisación, reflexión humorística, locura, demencia y psicoanalistas probos’, dijo a Télam.

-¿Fue televidente de CQC?

-Sólo en los tiempos en que todos mirábamos el programa. No recuerdo la época, pero sí que estaban (Mario) Pergolini, (Juan) Di Natale y (Eduardo) De la Puente y tenían un montón de secciones que adoraría repetir.

-¿Lo sorprendió la convocatoria?

-CQC fue, durante tantos años, el programa del que todos decían "vendría a conducirlo Pettinato". Es más, tendría que haberles cobrado sueldos fantasmas por un programa que no hacía pero que creaba tanta expectativa sobre mi llegada que mínimamente merecía un básico por eso.

-Por un lado se trata de un formato probado y por el otro está usted, un conductor de marcada personalidad ¿cree compatibles ambas características?

-He hecho formatos probados, pero no el "formato que es para vos" y de alguna forma siempre hemos sido compatibles CQC y yo, sea unidos por el rock and roll o un pensamiento libertino o un espíritu libre que corría por nuestras venas. Yo en aquellos tiempos decía "siempre será preferible 1000 Pergolinis que 4000 pelotas de alegría y papel picado surgiendo del trasero de 300 secretarias’.

-¿Encabezar este CQC diario es un nuevo desafío en su trayectoria?

-En otros programas he sido "animador" o entertainer o en muchos he trabajado a destajo porque puedo pasar de tocar en Sumo a cortar la manzana en compota y de ahí a cuatro culos y un bol de cupones. Pero aquí es distinto. Creo que se trata del gran programa que tiene 18 años de vida, no es Sábados de la bondad ni Feliz Domingo y, sin embargo, demostró que existía un público joven que necesitaba sentirse representado y decir "yo veo "CQC’.

-¿Y cómo será este CQC?

-Para mí, por lo menos, será un programa de humor cáustico, irónico, de sano cinismo y no está mal reírse o burlarse de aquellos que se burlan de una población entera. Es la única arma que va quedando libre.

-¿Cómo describiría la convivencia entre su estilo y la lógica de los medios locales?

-El humor puede con todo eso y mucho más. Muchos creen que se debe tomar partido por alguien o comprometerse, pero para mí el verdadero compromiso radica en desenmascarar con chistes ácidos o, más que nada, ridiculizar lo que sea. Podés reírte de un falso medicamento, de una serie, de una publicidad y no todo es un político. Han sido más esclarecedores, Los Beatles con la letra de Revolution que 30 partidos políticos.

-¿Este año le quedará tiempo para otros proyectos?

-Tengo varios. Un libro de cuentos para niños, la novela policial "Me dejaría asesinar por vos" y el disco con Pachuco Cadáver, pero creo que este es un año para disfrutar. El que viene será para trabajar más profundamente y el siguiente ya comprar Cuatro Cabezas, deshacerme de sus dueños y colocar en su lugar no ya una productora de televisión sino una enorme fábrica de containers industria nacional para que (el secretario de Comercio) Moreno tenga donde guardar los excedentes de mercadería. (Télam)