Cada vez más consolidado en la escena internacional, a más de 11 años junto a Amaia Montero (Sin miedo a nada) Alex Ubago ha vendido más de 3 millones de discos y es considerado parte de la nueva camada de artistas españoles. Durante los últimos meses realizó por primera vez 50 conciertos el interior de Argentina, donde aseguró que lo reciben muy bien. Cerrando esta extensa gira el cantante español regresará a San Juan este martes para brindar un show íntimo en Renatto, después de que en diciembre se presentara en la Fiesta Nacional de Santa Lucía. Con entradas agotadas desde hace una semana, Ubago desgranará un acústico de Mentiras sinceras, su más reciente álbum, donde también recorrerá sus más famosas baladas. El joven cantautor de 33 años, que debutó con la paternidad hace poco más de un año, cuando nació Pablo su primer hijo con su esposa María Alcorta, conversó desde España con DIARIO DE CUYO sobre su presente artístico, su perfil romántico y hasta se animó a un ping pong para hablar de personas influyentes en su carrera.
– Tomaste contacto con el público de San Juan en la Fiesta de Santa Lucía, ¿cómo te fue?
-Tengo un recuerdo tremendo de ese concierto, fue uno de los más grandes de la gira, de más público, había mucha gente. He tenido la oportunidad de actuar en varios festivales, en concreto el concierto de Santa Lucía fue espectacular, lo recuerdo con mucho cariño. Ahora vamos en acústico, somos tres encima del escenario solamente un formato más desnudo, más íntimo. Y el tipo de concierto es más cercano al público.
– Sí, totalmente, los otros shows ofrecen más adrenalina, pero el acústico también es muy bonito, es más cercano, aprovecho para charlar más con la gente, contarle anécdotas que se esconden tras las canciones, los viajes; me da la oportunidad de que la gente escuche mis canciones sin tanta parafernalia, más cercana a como suenan las canciones cuando nacen, cuando son escritas y te ven caer la gota de sudor, es mucho más directo.
-A ver un poco eso también… (risas). Donde dejo ver mi lado más romántico, la verdad, es cuando me subo a un escenario y cuando escribo, luego siempre digo que en la vida real y en el día a día, pues, soy una persona más normal; sin embargo, por otro lado creo que también tengo un lado romántico y me considero un detallista, algún desayuno en la cama, esas cosas. No puedo negar que soy un romántico. Lo que hay en mis canciones, ese soy yo, no es ningún papel el que hago. Me considero una persona sensible, pero, ya sabes, eso no implica que vaya todo el día con una rosa en la boca y cantando debajo del balcón. También cada uno tiene su manera de ser romántico
– La verdad que sí, totalmente, soy un amante del rock, quizás no sea un género que a mí me salga tanto, que escribo más cercano al pop y a la balada, pero me gusta el rock, en este último disco hay una canción, Nunca dejé de creer, que tiene un toquecito más rockero. Mis shows y mi repertorio van más allá de la balada, aún cuando las más conocidas sean las baladas románticas. Muchas veces se tiende a encasillar y aunque me reconozco como un baladista, creo que hay algo más en mis discos.
– Para mí es un honor que me consideren parte de la nueva generación de los cantautores españoles, que también cruzamos fronteras, que tenemos la suerte también de trabajar en América y con la referencia de los artistas consagrados como Serrat Sabina o Dyango.
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-Dentro de cada país te encuentras distintos públicos, más tranquilos o más prendidos. En general, en mi experiencia en América encuentro mucho cariño. Argentina es uno de los países donde siempre mejor me ha ido y esta la prueba que estamos haciendo 50 conciertos en Argentina. El argentino es un público más entregado que el español, todavía más romántico y efusivo.

