La mala es que la semana de descanso que tenía, tuvo que lidiar con una bronquitis que la llevó al sanatorio. La buena es que ese trance ya pasó. Así las cosas, Norma Pons llega a San Juan mañana como una de Las chicas del Calendario, la pieza teatral donde tiene un momento especial. Es que si bien todas las actrices juegan osadía sobre las tablas animándose al topless, es Norma -de envidiables 67 agostos- la única que hace un desnudo total. "Es una escena importante y muy divertida, pero es mucho más fuerte lo que sucede después del desnudo, donde se ve por qué estas mujeres llegan a eso", deja picando Norma, que se entregó a un cálido diálogo con DIARIO DE CUYO.

– Tanto sacarse la ropa, terminó con una bronquitis aguda…

– Sí, estamos muy expuestas con estos desnudos. Fui a hacerme unos análisis porque tenía un piquito de fiebre y me dejaron cuatro días internada, pero ya está todo bien; así que preparando valijas….

– Usted es la única que hace un desnudo total…

– Las más jugadas somos María del Carmen (Valenzuela) y yo, pero las otras también se juegan ¿eh? ¡En esta comedia no hay tutía!

– ¿Le costó?

– Cuando hago un personaje, ya no soy yo la que se expone; te lo vendo, porque esa es mi profesión. Lo que pasa es que muchos creen que no me cuesta porque vengo de la revista, y lo que no saben es que en la revista nunca hice un desnudo total. Lo hago ahora porque a esta altura ya no tengo que rendirle cuentas a nadie y porque era lo que me quedaba darle al teatro, mi cuerpo desnudo, porque ya le di todo… Es un honor que se me haya pedido esto, y me ha hecho darme cuenta que he vivido bien, que me he cuidado para que cuando se me pida esto, pueda darlo. No por nada fui la última en incorporarme, porque muchas actrices dijeron que no, fundamentalmente porque no todas las mujeres están felices con sus cuerpos… que a la larga tendríamos que quererlo mucho y que nos banquen con el cuerpo que tenemos…

– Bueno, el suyo es privilegiado…

– Pero me costó mi sacrificio ¿eh? (risas)

– ¿Qué sintió el día del debut?

– Mucha bronca, no fue lindo, pero te voy a contar por qué. Yo no me llevo bien con el director (Manuel González Gil) porque no me escuchó nunca. No le perdoné que él pensara que si lo hacía Norma Pons era un desnudo de taquito. No era así, yo tenía mis angustias y entonces no le hablé más. Ese día, antes de levantar el telón, no quiso que yo hiciera el desnudo. Y discutimos, porque le dije que iba a respetar el libro, porque si no, esa cartelera que estaba afuera iba a ser una mentira para el público. Fue una noche de mucho nerviosismo, lo hice y me llevé una ovación. Quizás lo que él quería era que no se destacara una en especial, aunque todas tienen una revelación estupenda. El debió entender que para una mujer, más para una que ya pasó los 60 y tiene sus pruritos, es una escena muy importante, así una venga de la revista, del burrete o del puterío; que no es mi caso, claro está, porque me ha costado mucho ser mujer decente… y que no sé hasta qué punto sirve, pero no importa (risas). En definitiva, el debut no fue el mejor momento, pero de ahí en más tuve grandes satisfacciones. Mirá, me llamó Grinback para hacer Chicago en Buenos Aires y le dije que no; me llamó Fort para trabajar en Mar del Plata, pagando lo que paga, y que además me encanta ese chico porque ama a los actores y da trabajo; y también dije que no… porque no quiero regalar este aplauso…

– La plata no la tienta…

– No. Me acostumbré a vivir modestamente. A lo largo de mi vida tuve muchas propuestas, de todo tipo, y me quedé con lo que sentía, con mi vocación….

– Digamos que pudo haber tenido una vida más cómoda…

– ¡Pero qué te parece! Mimí y yo fuimos dos reinas, no sabés lo que fuimos, cómo tuvimos abiertas las puertas del mundo…

– ¿Qué les ofrecían, por ejemplo?

– Ser las estrellas del Lido o del Folies Bergère de París. Príncipes han venido en aviones particulares a buscarnos porque sabían que había dos hermanas en Buenos Aires que cortaban el tránsito de la calle Corrientes. También nos buscaban de Las Vegas, pero de verdad ¿eh? Y tantas cosas…

– ¿Y por qué no aceptaron?

– Porque no, porque estábamos bien acá, porque había otro tipo de valores y porque cada uno es como es y no estoy arrepentida… Y sobre todo, porque teníamos una familia fantástica y porque lo mejor que les pasó a las Pons en la vida fueron los padres que tuvieron. No todos tienen esa suerte. Igual hicimos nuestra vida, Mimí se casó, tiene hijos maravillosos…

– ¿Y Norma? ¿Pensó formar su propia familia?

– No, nunca, tener hijos tampoco… no se dio, no lo busqué y no me importó.

– Pero seguramente hubo un gran amor…

– Uno no, muchísimos, una vive enamorada. Está todo bien. Y lo mejor que tengo como persona es que nunca le eché a nadie la culpa de lo que me pasó. Yo me banco lo mío. ¿Y sabés? Soy una persona privilegiada, porque estoy hablando con vos, porque veo, porque camino, porque hago lo que me gusta, porque tengo una familia que me ama, un público que me quiere y compañeros que me respetan… Me parece que tengo mucho… Dios me ha dado demasiado.