Atrevida, su nombre se puso en el tapete cuando aceptó formar parte de un gran desafío televisivo, hace un par de años. Tras la desvinculación del histórico Mario Pergolini, Ernestina Pais dio el sí y se convirtió en la primera mujer que se calzó los anteojos y el traje negros -eso sí, con pollera- para CQC. Su debut fue auspicioso (anotó el rating más alto en la historia del programa) y el resto del 2009 la trató con cariño. Aún recuerda -dice- cuando eran lo más visto del día, incluso por sobre ShowMach (El Trece), que por entonces navegaba buscando rumbos. Más consolidada, comenzó en 2010 una segunda temporada con un rating que los sostiene en la grilla, pero que no derrocha. Mucho menos ahora, cuando se dio vuelta la tortilla y Tinelli es el amo y señor de la pantalla chica. Sin embargo, la chica Guinzburg -que tiene contrato firmado para otra temporada- dijo a DIARIO DE CUYO que está muy conforme con el programa y que los números de Ibope no le quitan el sueño.

– Transitando la segunda temporada ¿Sentís que ya pagaste el derecho de piso?

– (risas). En realidad yo siempre me sentí muy cómoda, adentro no tuve que pagar nada, al contrario, había mucha alegría. Y para afuera sí, aunque la verdad es que nunca me pegaron…

– Hubo un par de cachetadas nomás…

– Bueno, pero de los directamente implicados, cuya mirada es subjetiva ¿no? Por el resto, siempre fui muy bien tratada, incluso por la prensa.

– ¿En algún momento, al principio, hablaste cara a cara con Pergolini?

– Sí, claro. Su discurso fue que él no mira el programa…

– Cosa que pocos creen…

– Yo igual puedo entenderlo ¿eh? Creo que ver a tu ex con otro no está bueno, pero conmigo Mario siempre tuvo la mejor. El no tiene una cuestión personal, para nada. El se fue y no quería que el programa tuviera una mujer. Para mí eso es ridículo, pero es lo que él piensa, es su historia. Ahora bien, Pergolini nunca se metió con mi trabajo, no habla de lo que yo hago, habla de lo que él cree que debió ser… y conociéndolo, con lo ácido y jodido que puede ser, fue Heidi…

– ¿Qué te hizo aceptar sabiendo que se venían las comparaciones?

– Que el productor Diego Guebel estaba muy convencido, que yo venía de cuatro años muy fuertes y esto era la posibilidad de bajar un cambio, pero seguir en la tele. No hay muchas opciones para trabajar en TV y te diría que casi la única opción que tenía, de ir a un lugar que me gustara, era CQC. Pero creo que, además, el hecho de elegir una mujer era para evitar las comparaciones.

– ¿Vos veías el programa?

– Sí claro, mucho más al principio…

– ¿Y cuando te viste en el sillón de Pergolini, qué viste?

– Ví CQC, vi su espíritu, y esa fue mi tranquilidad. Pero tampoco nos engañemos, CQC son las notas, no los dos minutos que hay en el piso. Yo no me creo fundamental en ningún lado, tampoco en algo tan sólido como Caiga.

– Cuando entraste anotaron 24.6, el debut más alto de la historia del programa. El lunes pasado hicieron la marca más baja desde el 2002. ¿Cómo te llevás con el rating?

– No me estresa. Los contextos son tan amplios y complicados… es un misterio tan grande el motivo por el cual alguien elige ver algo… Además, la medición de rating es todo lo rigurosa que puede ser una medición de 800 televisores, que representan -por otra parte- una fracción muy pequeña de la Argentina. Si bien soy conciente que el rating decide mi trabajo en algún aspecto, no vivo pendiente de él. Yo pienso qué miraba la gente cuando vio mi primer programa… ¿había morbo o interés por mi trabajo? Y entonces prefiero un 14 legítimo, al que le gusta lo que hago; que un 24 morboso. Yo no me cargo ni el éxito ni el fracaso.

– Con este Tinelli al lado se pone complicado…

– El año pasado tuvimos una muy buena temporada de Caiga, con días que le ganábamos en el promedio a Tinelli. Varias veces, entre los cinco más vistos, primero estaba CQC… ¡Yo lo ví! (risas). Y este año nos tocó un Tinelli que es el mejor de su historia en números. Pero si el programa más visto de Telefe mide 13.5 puntos y encima tengo al lado a la gran bestia pop que todo lo devora ¿Me voy a preocupar? Sigo siendo la segunda opción, luego de Tinelli, y por amplia mayoría.

– En síntesis, el 9.5 del lunes último no te afecta…

– No, porque no es mi absoluta responsabilidad. Tenés que ser muy inútil para hacer mier… un programa en los dos minutos que dura un piso. Ese día yo di lo mejor, igual que siempre. Encima ese programa estuvo muy bien, pusimos un informe sobre el juicio a las juntas y otro sobre bulimia-anorexia… Me enorgulleció formar parte de ese programa… Del otro lado hay un programa tan diferente a nosotros…

– ¿Y por qué pensás que la mayoría se anota del otro lado?

– Yo lo veo una vez cada tanto porque es parte de mi trabajo ver qué hay, pero no es un estilo que me guste, porque soy muy adicta a los noticieros y a la actualidad. Por eso no entiendo mucho el porqué, y tampoco me desvela. El debate de qué se va a hacer el próximo programa no es sobre lo que está haciendo Tinelli… CQC tiene una identidad muy fuerte…

– Ahora Telefe está complicado, con grandes cambios… ¿Peligra CQC?

– No, CQC está muy bien y es un programa que al canal le importa tener. Y creo que no está en peligro mi trabajo, de hecho mi contrato sigue el año que viene y estamos buscando el octavo notero (ver aparte). Todo pasa, así como el año pasado CQC fue lo más visto varias veces… Es un momento de transición, donde hay que acomodar cosas, nada más…

– El año que viene es electoral, eso puede ser muy bueno para ustedes…

– Sí, pero siempre es una incógnita…

– En definitiva, tenés trabajo para el 2011. Pero entre nos, si te llama Tinelli para el Bailando… ¿largás todo?

– ¡Ni loca, ni loca, ni loca! (risas)