Alberto Cormillot es estandarte de la vida sana. Y si bien su apellido aparece hasta en los dulces y también divierte con sus bailes de tap, trascendió como uno de los médicos más populares de la TV -cometido que supieron acopiar en su momento Socolinsky, Borocotó y Zin, por citar algunos-. Su participación en "Cuestión de Peso", no sólo lo erigió como un héroe anti calorías -su sabiduría adelgazó a medio mundo y logró reglamentar la Ley de Obesidad-, sino también potenció el costado más mediático y menos noble del asunto: se habló de pelea con Andrea Politti (ex conductora del envío) y "alimentó" las suspicacias de rivalidad. Antes de asomar la nueva temporada del ciclo (ver aparte), el profesional y ex obeso, charló con DIARIO DE CUYO.
– ¿Qué novedades incluirá "Cuestión de peso 2010"?
– No puedo decirte demasiado, eso lo tendrán que descubrir en el programa. Puedo contarte que va ser federal y van a participar las provincias en combinación con los grupos ALCO de cada una de ellas.
– El país, agradecido. El programa adelgazó a millones de personas y fue una verdadero estímulo para ganarle al sobrepeso…
– Sí, es verdad. La gente me lo agradece todo el tiempo. Justamente hicimos esta movida para que todo el país se sume para adelgazar y mejore su calidad de vida.
– ¿Habrán premios en efectivo?
– La verdad es que si la producción los tiene determinados no lo sé. Nosotros estamos más que nada en el equipo médico y armando lo que tiene que ver con la atención, los estudios y el staff que va estar detrás de la cámara, que es el que atenderá a los participantes.
– ¿Se renueva el panel de profesionales o siguen los emblemáticos como Verón y su hijo Adrián?
– El único que queda es Verón. Se quería un cambio de panel, por eso hay un nuevo nutricionista, una nueva médica, una nueva psicóloga y una nueva conductora, que es Claribel Medina.
– ¿No se animó a conducir solo este año? Cuando reemplazó a Politti se lo vio canchero y marcó buen rating.
– Yo puedo ser un buen reemplazante de conductor, pero no soy un buen conductor. Ahora estoy en el programa de radio de Longobardi y puedo ser buen columnista, pero no me siento para conducir.
– Un buen co-equiper, digamos…
– Sí, un buen co-equiper. Me siento más cómodo acompañando y apoyando la figura del que conduce. Me gusta que se sienta apoyado por mí en lo mío, en lo técnico.
– La que parece que no sentía cómoda era Politti ¿Limaron asperezas?
– En realidad, se discutió en su momento como se discute en cualquier producción. Y después, como pasa en todos los programas, uno se va del ciclo y difícilmente quede una relación. A veces se dan, pero yo no quedé en relación con ella. Sí hablé con Andrea hace un par de meses cuando surgió la idea de volver con "Cuestión de peso" para ver si lo quería hacer y como se sentía. Fui yo quien la llamó por teléfono…
– ¿Y qué le dijo en ese momento?
– Que lo iba a pensar. Pero creo que ya tenía otros proyectos pactados..
– ¿Cree que rechazó la propuesta porque estaba Ud.? Se dijo que le "robaba cámaras" y acaparaba la atención del ciclo…
– No lo sé. Por lo menos no me lo dijo… y no robo cámara porque sé que la manera de tener cámara es estar en el momento apropiado y no estar cuando uno no tiene que estar. En televisión y en la radio el silencio y el ser oportuno es tan importante como lo que uno dice…
– Siguiendo esa línea ¿Hasta qué punto lo mediático favorece la profesión? Hay muchos que pierden credibilidad. Por ejemplo, se desesperan para decir el parte médico de algún famoso…
– En mi caso, no me trajo ningún inconveniente y estoy en sintonía con mis situación mediática. Desde que me recibí, siempre quise ser un comunicador de la pantalla. No es algo casual en mi vida. Yo sé que lo que hago es bueno para la gente y me lo han reconocido con afecto durante más de 40 años de profesión. Creo que lo que yo les brindo es lo mejor que se puede dar en materia de educación médica.
– Ud. logró que se reglamente la Ley de Obesidad ¿Seguiría los pasos políticos del Dr. Zin? (Ndr: ex Ministro de Salud Bonaerense).
– Todo el tiempo me ofrecen cargos políticos, pero no, no, no…
– ¿El "no" es porque el prospecto tiene demasiadas contraindicaciones?
– No, porque a mi me parece bien lo que hago en la escena privada. Atiendo a la pobreza a través de ALCO, atiendo en la clínica, acabo de armar un hospital municipal de obesidad en Malvinas, el primero que se abre en el país, publico una revista,…hago con mi vida lo que a mí me parece.
– Como bailar tap y no reprimir su costado artístico…
– El tap es mi segunda actividad después del trabajo. Creo que es una cosa lúdica, artística, me conecta con la actividad física, es sentirme vital. Es el desafío de aprender una inteligencia corporal que antes no la tenía. Ojo, tampoco es que la tengo demasiado ahora (risas).

