Viene componiendo y cantando hace ya largo tiempo -de hecho, tiene 19 discos en su haber- y es bien conocido en el ruedo religioso. Sin embargo, la flamante elección del papa Francisco repercutió en su popularidad. Es que hace un par de años escribió una canción que ahora muchos tildaron de premonitoria: Yo quiero un papa latinoamericano. Se trata del padre César Scicchitano, quien llegará por primera vez a San Juan con su banda Los Pecadores para dar una charla y brindar un concierto donde, por supuesto, también sonará este tema que volvió a ganar el aire.

"El cura rockero", le llaman a este sacerdote bonaerense de 49 años, que colabora en la Parroquia Sacratísimo Corazón de Jesús y es capellán de las madres Escolapias; y que tan bien sabe codearse con la feligresía como con figuras del rockbusiness vernáculo, como Pity Alvarez, su amigo. Tan así que se lo pudo ver telonear a Viejas Locas en Racing, participar del Soñando por cantar como invitado junto a Lerner y Mediavilla, poner música en las exequias de Pappo y cantar en la vigilia de asunción de Jorge Bergoglio, a quien conoce muy bien y quien le dio la bendición para seguir con este "pastoreo musical’ que lo ha convertido en todo un personaje. Desde Buenos Aires, antes de su llegada a la provincia, el padre César habló con DIARIO DE CUYO sobre estas dos vocaciones que marcaron su camino…y el de otros.

– ¿Cómo son los recitales del padre César?

– No son estrictamente religiosos, son abiertos al corazón humano. Creo mucho en compartir con musulmanes, judíos, budistas, agnósticos, ateos… el corazón humano es uno y a ese corazón me interesa llegar. Uno de los temas es Bajar un cambio, cuya idea es justamente parar un poco para comprender la vida. Otro es Cerebros de shopping, que tienen que ver con el consumismo… Es un mensaje que se lo puede llevar a lo religioso y me parece bueno, porque creo ser una persona religiosa; pero no quita que también lo pueda compartir alguien que cree en otra cosa. Y también hago canciones de otros, como Pappo o Pity, porque son temas muy buenos para rescatar…

– Pero "El Papa latinoamericano" se convirtió en su hit… ¿premonitorio?

– Lo compuse en 2011 y creo que era el sentir de mucha gente… Creo que los latinoamericanos tenemos una manera muy distinta de hacer las cosas; y no es que sea mejor que la mirada de otros lugares… ¿Y por qué algo que es tan universal como la Iglesia puede tener sólo gente de Europa? Me parece que esta manera más llana de llegar a la gente está despertando un interés profundo en mucha gente alejada de la Iglesia.

– Amerita entonces un tema para el papa Francisco…

– Dejemos el interrogante ahí (risas)

– ¿Y qué decía él de su pastoreo musical?

– Le encantaba que saliera, que hiciera giras, que me conectara con la gente, que escribiera sobre temas sociales como las prostitutas, los chicos de la calle, los cartoneros, las injusticias… y todo desde una lectura cristiana; no desde una crítica vacía, sino desde un lugar donde se va construyendo.

– ¿La música es su instrumento para evangelizar?

– Yo amo la música y amo el sacerdocio, no es que salgo a cantar para tirar la red en el mar. Podría decir que es una evangelización, pero no que se impone, sino que se ofrece; y después el que no quiera bajar un cambio que no lo baje, y el que quiera que siga el camino…

– Hay sectores más conservadores que no lo miran con buenos ojos…

– Como siempre tuve el OK de Bergoglio, siempre me manejé con él… puede haber gente que no comparta y lo respeto, pero mi energía la pongo en componer, en salir a cantar, en hacer algo lindo para los demás, trato de no detenerme en las críticas. Sí, habrá gente que dice "Cómo un cura sale a hacer esto y no lo otro…’, pero bueno… Las personas que viven con la cara de vinagre y que no cambian ellos, no quieren que cambie nadie… si cambia algo por ahí tienen que ponerse a trabajar, y por ahí es mejor estar de vagos en esto (risas).

– La campera de cuero sobre la sotana, codearse con figuras del rock, aparecer en el Soñando por cantar, rompe con una solemnidad histórica…

– Sí, puede haber gente a la que le moleste… La verdad es que a mí, en persona, nadie me ha dicho nada… eso no sabés si es bueno o no (risas) pero lo que hago es muy claro, yo no hago cosas a espaldas de la Iglesia…

– Tampoco hay un lucro detrás…

– No… lógicamente adonde vamos tenemos que cobrar porque hay que pagar combustible, seguro, mantener instrumentos, los músicos viven de esto… pero no es que sacamos plata para comprarnos una quinta en Punta del Este (risas).

– ¿Su amistad con Pity o con Pappo viene antes de ordenarse sacerdote?

– Yo conozco mucha gente del ambiente desde antes, yo me crié en la música; pasa que durante el Seminario no hice nada, estuve como muy trabado… pensá que la Iglesia es una estructura donde haber asomado a esto que soy me llevó años de batallarla conmigo mismo también… Yo estaba en el coro del padre Segade, que me ayudó mucho. Cuando me ordené, después de un tiempo me volví a encontrar con el Negro García López, guitarrista de Charly. A él le mostré un montón de temas, me produjo un disco y empecé con esto que no se detuvo ni se va a detener nunca.

– O sea que la música estuvo antes que el sacerdocio…

– Sí, por eso digo que soy un músico sacerdote. Por la música vino el sacerdocio, la música fue el medio por el cuál Dios conquistó mi corazón. Y para mí es muy lindo anunciar desde un escenario que la vida vale la pena y que Jesús está vivo.