Luto para el folclore cuyano. Uno de los cultores que mejor supo interpretarlo, calló para siempre ayer. A los 79 años -que cumplió en octubre último- y tras darle batalla a una enfermedad que lo alejó de los escenarios, falleció Alfredo Humberto Sisterna Torres, uno de los valuartes de la teluria sanjuanina y regional. El viajero, Porfiadito el caucetero, Tonada para un criollo, Pa' cantar una tonada y Abrazado a Cuyo fueron algunos de los temas que (varios en co-autoría con El Negro Villavicencio) compuso este caucetero de tierra adentro, cuyo nombre también quedará asociado eternamente al del Carlitos "Pocho" Peralta, junto quien formó una de las duplas más reconocidas del ruedo argentino.

"Falleció como a las 8 de la mañana (por ayer) en su casa.... Fue el corazón, tenía funcionando un 25% nomás... Ya en los últimos meses estaba muy delicado. Imagine que hace un par de semanas los médicos le dieron horas nomás, pero él seguía andando... Despacito pero andaba. Ya no actuaba, pero iba adonde lo invitaban, si hasta ayer andaba manejando... El ánimo no lo perdió nunca", contó a DIARIO DE CUYO su hermano Oscar, quien precisó que los restos del reconocido guitarrista, autor y cantor son velados en la Cooperativa caucetera hasta las 11:30 de hoy, cuando recibirán sepultura en el cementerio departamental, ubicado en la localidad de Las Talas.

Casado con Justa Pelaytay, con quien tuvo dos hijas -Susana y Elizabeth- Alfredo se inició en la música cuando era un chico, aprendiendo a templar las cuerdas de la guitarra de su abuelo.

"La primera vez que subí a un escenario fue en el Cine Teatro Broadway, de Caucete, donde con un grupo de compañeros de la escuela canté La canción del linyera", recordaba en charla con DIARIO DE CUYO hace una década, cuando fue homenajeado por sus Bodas de Oro como cantor y por los 25 años -unos más en realidad- del emblemático dúo.

Épocas de jazz y de las orquestas típicas, en su juventud se amoldó al mandato e ingresó a la orquesta Los Texas Swing. No le fue nada mal.

"Cuando uno es jovencito y siente que tiene algunas condiciones va buscando la plata y yo con el jazz y el tango he ganado mucha", decía sin florearse quien luego daría el volantazo para dedicarle su vida a su verdadera pasión, el folclore regional. Una elección que sostuvo el resto de su vida, que le valió el apodo de "El auténtico cuyano" en épocas de popes como Antonio Tormo, Los Trovadores de Cuyo y Alfonso y Zavala -entre otros grandes- y que en 1969 le deparó el reconocimiento como mejor solista en el Festival Gigante de Cuyo.

Años después, en 1974, un encuentro de amigos daría el puntapié a otro gran capítulo de su historia: el dúo Sisterna-Peralta, que a mediados de los "70 grabó su primer disco para el sello Diapasón (acompañado por El Negro Villavicencio, Enrique Barboza y Pedrito Gómez). Un boom nacional, respaldado por dos Discos de Oro -fueron el único grupo en la historia del folclore sanjuanino en lograrlo- y ascendente carrera internacional.

"La música nuestra estaba muy caída y nosotros,con buenas guitarras y buenas voces alegramos la tonada haciéndola más rítmica y colocándola en el lugar que merecía estar", decía Sisterna, cuya dupla se separó seis años después -en las mieles del éxito y con cinco discos editados- cuando Peralta decidió radicarse en Córdoba. Desde entonces retomó su carrera solista, hasta que volvieron a juntarse para el homenaje, en el Auditorio Juan Victoria, en 2001. Dos años después, el nombre de la dupla volvería a brillar, en el tributo que le rindió Guitarras del Mundo, en Caucete.

Sin embargo, el entorno de Sisterna no lo recordará sólo por su aporte al folclore, sino también por sus dotes de "buen tipo". Querido y respetado, este "experto del guitarrón" sólo es merecedor de elogios entre quienes lo sobrevivieron.

"Era excelente persona, muy amigo, generoso... Llegaba a algún lado y con su simpatía captaba la atención de la gente", lo recordó desde Cosquín Pelufo Barboza. "Fue muy buena persona, de buen carácter, muy afable", acotó Raúl de la Torre.

"Era un hombre de bien, de familia, un amigo leal, un hombre que siempre estuvo vinculado a toda la familia cuyana, en general. Tanto en San Luis como en Mendoza y todo el país siempre lo recuerdan por su línea de conducta", se explayó el Aparcero Jorge Darío Bence.

"Era un tipo simple, sencillo, pero sobre todo, muy franco. Muy transparente... muy abierto en sus conceptos. Cuando hablabas con él, a pesar de sus éxitos, siempre tenía los pies sobre la tierra. Porque muchos en su momento de esplendor se suben a una escalera y bueh... suelen olvidarse de sus orígenes, pero él no. Donde te lo encontrabas, siempre había un minuto para charlar", sumó Fonsi Velasco.

Querido y respetado, Sisterna quedará latiendo en cada una de las grabaciones que inmortalizarán su recuerdo. Esas que como describió en el 3er. LP de la dupla otro grande que también se fue, Mario "el Bebe" Flores, "seguirán transportándonos a noches de serenatas, asoleados patios, reuniones familiares, donde la cordialidad de nuestra gente habla de la más pura amistad".