Buenos Aires, 7 de abril.- La idea fue hacer un trabajo de campo y visitar lugares emblemáticos de la ciudad -el estadio de la Bombonera, los alrededores de La Boca, la Plaza de Mayo, milongas para bailar tango o el Centro Metropolitano de Diseño- que sirvan de inspiración para comenzar a planear la obra que aquí desarrollará. "La ciudad es misteriosa, aun estoy organizando mis pensamientos. Ir a la milonga, bailar tango, fue muy inspirador", comentó el artista muy tranquilo y sonriente, aunque algo tímido, justo antes de tomar el avión que lo llevaría de vuelta a Nueva York, aunque no quiso dar más detalles y prometió "volver con una propuesta" antes de que finalice el año, en fecha a definir.
Considerado uno de los artistas más significativos del escenario actual internacional, Cai ganó en 1999 el León de Oro -el premio máximo de la Bienal de Venecia- y es conocido por sus proyectos de explosión, sus dibujos con pólvora y sus instalaciones a gran escala.
La obra de Cai (se pronuncia Sái), nacido en 1957 en la ciudad Qvanzhou, cobró máxima notoriedad cuando tuvo a su cargo las ceremonias de apertura y clausura de los Juegos Olímpicos de Beijing en 2008.
La experimentación es una de las constantes en sus trabajos, especialmente cuando lo hace con fuegos artificiales, fascinantes trabajos en los que somete los materiales a procesos de transformación inesperados, a veces violentos, coreografías de una belleza conmovedora y alto impacto visual, siempre al aire libre y ante la vista de una multitud.
"Tengo que ser muy cuidadoso porque, el material obviamente es peligroso, pero es mucho más peligroso cuando este material no se está usando para el arte… tiene que tener un concepto creativo muy fuerte, ser sólido y creativo", destacó a Télam.
Algunos de sus proyectos más famosos fueron, en 1993, cuando extendió con explosivos la longitud de la gran Muralla China, en 2010, cuando recibió el primer lugar en el premio al Mejor Proyecto para Espacio Público por su obra Fallen Blossoms otorgado por la Asociación Internacional de Críticos de Arte.
En ese entonces, Cai "dibujó" con fuegos artificiales una flor peonía de 18 por 26 metros, cuyo contorno se fue delineando sobre la fachada del museo de Arte de Filadelfia.
Una de sus últimas instalaciones, "Falling Back to Earth", que se vio en un museo de Australia, se convirtió en la sexta exposición más visitada en el mundo en todo el 2013.
Allí se veían 99 réplicas de animales alrededor de un lago rodeado de arena blanca -pandas, jirafas, canguros, tigres y otros mamíferos- bebiendo con calma.
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Cai Guo-Qiang estudió diseño de escenografías en la Academia de artes escénicas de Shanghai de 1981 a 1985. En la década de 1980 emergió como miembro del floreciente mundo del arte experimental de la era de la postreforma china. Luego se mudó a Japón, donde permaneció varios años antes de instalarse en Estados Unidos.
¿Por qué decidió mudarse de China? "Bueno, no había mucha libertad para hacer arte contemporáneo en ese entonces en mi país. Ahora está mucho mejor que antes", opinó el artista, que realizó sus creaciones luminosas también en el Central Park en Nueva York (2003) y en la Tate Modern en Londres (2003).
