Chau acquadance, hola clásico. Tal como lo anunció el mismo Tinelli, no habrá piletas este año. Algunos participantes, agradecidos.

 

El reality show más visto del país necesita salir a flote con salvavidas. Para la primera quincena de diciembre se especula que Showmatch de por terminada su temporada en el aire, luego de renuncias, modificaciones y protestas que agitaron las aguas. No sólo eso, uno de los ritmos más importantes del Bailando por un sueño tuvo la cancelación confirmada por el propio Marcelo Tinelli en Twitter: “Hemos decidido cancelar la realización del #Acquadance este año en el #Bailando2017”. Además, le confirmó al propio Jorge Rial, “el Acquadance está muy difícil, casi imposible”.

 

Mientras la producción se desespera por encontrar la manera de compensar la pérdida de esta disciplina, una de las más llamativas, la producción incluyó danza clásica en el tramo final, idea que parece no caerle nada bien a varios (ya no habrá sumergidas, pero el clásico tampoco es para cualquiera); así es que los soñadores deberán poner más que su esfuerzo para no pasar vergüenza. Incluso aquellos que estudiaron ballet se ven desafiados, porque este ritmo pone en jaque incluso al más entrenado.

 

Según trascendió, el trasfondo es la grave crisis financiera y empresarial que afronta la productora Ideas del Sur con el Grupo Indalo. Indalo -cuya venta a un nuevo dueño inversor está demorada judicialmente- le debe a Marcelo Tinelli todos los sueldos de este año en su rol de conductor (unos 800 mil dólares mensuales) y parte de las acciones de Ideas del Sur que vendió el año pasado: en total, serían unos 40 millones de dólares la cifra que reclama el animador.

 

Los productores, cámaras y distintos actores de Showmatch tampoco reciben el pago de sus sueldos a tiempo. Por otro lado, los proveedores ya advirtieron que de no pagarse lo que se debe, se llevarán hasta el último elemento que le proporcionan al show: las pantallas y las cámaras. Se supo recientemente que el “Cabezón” rescindió su contrato con el grupo y se reunió con Pablo Codevilla y Adrián Suar para continuar con el programa en El Trece, estimativamente hasta el 4 de diciembre

 

Rial adelantó en Intrusos que Marcelo Tinelli comenzó a poner plata de su propio bolsillo para poder llegar a fin de año y no tener que levantar el ciclo antes de lo previsto. Por tanto, desde el certamen ya comenzaron a eliminar de a dos parejas por ritmo. El Cabezón y su equipo terminarán con la soga al cuello e implorando a los cuatro vientos que no se siga desarmando el programa por el camino. La situación es delicada y no se sabe a ciencia cierta cómo terminará la temporada del Bailando por un sueño. ¿Y para el 2018? hoy es una incógnita. 
 

 

Un certamen turbulento

Nuevo compañero

 

Después de la abrupta salida del cantante de Marama, Agustín Casanova (por motivos personales con su pareja Sofía González), Flor Vigna tiene a un nuevo compañero, Gonzalo Gerber. Pero esta baja se suma a la de Rocío Guirao Díaz y su marido, Nicolás Paladini, La Tigresa del Oriente, José Ottavis, Sofía Zamolo, María Eugenia Ritó, Nai Awada y Gastón Soffritti. Y dada la baja performance ofrecida por El Polaco, también amenaza con renunciar. Su malograda coreografía de tango le valió 9 puntos  y en una entrevista hasta dijo de abandonar el concurso. “No bailo más”, confesó ante duras críticas por su actuación.

 

 

Lourdes y Gabo, en la punta

 

 

Lo último de Lourdes Sánchez y Gabo Usandivaras fue “Verano porteño”, de Astor Piazzolla. Fue lo mejor del ritmo y el jurado los evaluó con 30 puntos y miles de elogios. “Fue el tango más lindo de los que vimos hasta ahora. Hicieron un trabajo impecable”, los felicitó Pampita. “Es extraordinaria la química que hay entre ustedes. Fue un tango depurado”, se puso de pie Moria. “Vimos lo mejor de la ronda. Fue impresionante”, completó Polino. La pareja, que representa al sueño sanjuanino de Fundame, se mantiene como una de las grandes favoritas para llegar a la final. ¿Habrá duelo con Fede y Laurita?