Inspiró a muchos cantautores de su generación. Un caminante del continente y muchas otras grandes ciudades, Antonio Franco de Benedictis, más conocido como Piero, ha mantenido siempre la misma línea artística de sumarse a causas sociales y globales. Desde Colombia hasta Medio Oriente, a favor de la paz, contra los conflictos armados y la trata de personas. El trovador errante vuelve a la provincia después de mucho tiempo para ofrecer parte de su actual repertorio del álbum América (2016) y esos clásicos hits como "Mi viejo", "Pedro nadie", "Para el pueblo, lo que es del pueblo", entre muchos otros en el Auditorio Juan Victoria. Con DIARIO DE CUYO, el artista habló la vigencia de la canción de protesta y su campaña por la paz en Colombia.



- ¿Por qué siguen frescas aquellas canciones de protesta en la memoria popular?


- Hago una campaña para que la gente vote en nuestra web las tres canciones que más les gustaría escuchar, entonces con lo que se vota, se arma un ranking. Es como un concierto a la carta. Son 15 a 30 piezas que las vamos intercalando. Pero siempre están esas como "Mi viejo" y "Para el pueblo lo que es del pueblo". Los jóvenes me dicen "me crié con tus canciones". Estamos en una época en que están más vivas que nunca. Son canciones viejas, pero lo que no avanza es la historia. Cuando protestábamos en nuestro tiempo, no lo hacía nadie. Era muy peligroso protestar.



- Hasta mandaron a destruir las matrices de sus discos...


- Sí, en la RCA, los quemaron y destruyeron todos. Cuando empecé a decir las cosas en mis canciones, me decían que era muy kamikaze. Después se sumaron muchos otros músicos. Así empezó a meterse la canción de protesta a tal punto, que hoy en el Congreso, en el Obelisco, en Casa Rosada hay manifestaciones cada día por medio. Pero siento que he llegado a entender que en el presente lo importante es que cambiamos protestas por propuesta.



- ¿Se puede hablar de una nueva vertiente en la trova del siglo XXI?


- Sí, por otro lado hay fusión de ritmos y colores en las canciones de los artistas jóvenes. La mirada cambia también, porque si miro al gobierno y hay muchas cosas para decirle lo malo que es. Pero también hay una parte de la historia, en que nosotros somos responsables como sociedad de las cosas como están hoy, porque fuimos nosotros los que votamos. Apoyamos con silencio o con otras actitudes de lo que sucede.



- ¿Cómo sigue de cerca el acuerdo de paz en Colombia?


- De un lado, están las FARC, que hace años vienen trabajando para firmar el tratado, pero por otro lado tenés al ELN (Ejército de Liberación Nacional) que no firman la paz. Hay guerrilleros desarmándose y guerrilleros armándose por otro lado. Fui hasta las cárceles, hablamos con los jefes fuertes del ELN y ellos dejan entrever que se sentarían a la mesa de negociaciones. Pero, ¿por qué no lo dicen? Argumentan que son muy malos comunicadores.



- ¿Pone en riesgo el cuerpo y el nombre al interceder en estas problemáticas?


- A veces siento que tengo la impunidad de ser artista. Me hacen sentir como que soy de la familia. Paso a ser querido por todas las partes. Pasa que siempre me metí en causas donde los débiles no pueden retrucar. La idea es ser útil para algo, no sólo ser famoso por la música, sino por el sentido y contenido que tiene que ver con la realidad. Me muevo mucho por la paz. Algunas veces hubo situaciones que fracasaron. Pero nunca se llegó tan lejos como ahora. Sólo trato de sumar. Al momento siento miedo también, porque hay lugares muy comprometidos, peligrosos, penosos y tristes. En este momento están por resolverse cosas importantes en las elecciones. El clima está tenso, veremos qué pasa. En el medio, hay miles que están desplazados de todo, sin casa, sin tierra, sin trabajo, sin vida.



- ¿Siente que hace una misión solitaria?


- No, no estoy solo. Hice giras por 8 países desde Chile a México, con Víctor Heredia y León Gieco. No éramos los tres tenores (bromeaba), pero llegamos a muchos lados que tienen ver con nuestra historia y queremos ser útiles. Hay gente joven que está muy cerca y nos tienen a nosotros como referentes, es gente que quiere lo mismo que nosotros. Actuamos por la paz, no queremos negocio, ni plata, ni otra cosa.



- ¿Y a veces pierde fuerzas?


- Cada dos por tres me pasa. Creo que en tantos años, he aprendido mucho, pero en realidad, me doy cuenta que falta mucho por hacer. Porque viene la billetera y mata galán y la chequera mata con el glifosato o con la minería. Es terrible, la billetera es lo que te corre de la línea de la paz. Hace poco estaba por lograr tocar con israelitas y palestinos, en ambos lados. Pero se pudrió todo. Canto por la paz, no a promocionar a ningún gobierno. Me meto mucho con estas cosas. Es un problema que viene de siglos, es difícil destrabarlo, pero al menos se hace visible. En nuestro caso, vamos a las plazas. Cantar para la paz tiene sentido. La gente termina en la misma frecuencia y se nota, se respira y da gusto sentirlo.



- ¿En qué deposita sus esperanzas?


- En los jóvenes, tienen la ventaja de que no caen en el cinismo y en la mentira. A diferencia de los adultos de mi generación que dicen una cosa y hacen otra. Deben trabajar más por el lado de la solidaridad. La política está muy desgastada, la derecha y la izquierda dejan mucho que desear, llegamos un punto crítico. Ahora tenemos que ver de qué lado estamos, de la vida o de la muerte. Por supuesto que la política es un arma necesaria para cambiar la realidad, en el buen sentido de las cosas. Pero la teoría es una cosa y la realidad muestra otra.


DATO


Piero cantará el próximo 16 de junio a las 21.30 en el Auditorio Juan Victoria (25 de Mayo antes de Urquiza). Entrada: $400.