El reconocido artista conceptual Roberto Jacoby llegó por primera vez a San Juan y quedó maravillado por la "infraestructura cultural" que pudo apreciar. En el marco de la renovación de exposiciones, el Museo de Bellas Artes Franklin Rawson inauguró anoche una muestra suya, con curaduría de Roberto Amigo y Santiago Villanueva. Jacoby es de la generación que colaboró con el desarrollo del arte contemporáneo argentino, estudió Sociología en la UBA, pero el arte siempre le interesó y lo dejó fluir. A mediados de los ’60 hizo poesía sonora en el Instituto Torcuato Di Tella; en los "70 le buscaba la vuelta a la censura y antes de comenzar los ’80 sumó su pluma a la música del grupo Virus. Fue pionero a través de acciones, ideas y proyectos que fueron vanguardista en su época y precursores de movimientos posteriores. Con el Proyecto Venus inventó una moneda propia; escribió un libro de arte sin imágenes; hace más de 20 años hacía teatro para un espectador al que equipaba con una cámara infrarroja y el elenco actuaba a oscuras. Lo más reciente son sus libros de poesía, uno de ellos, "Diarios del odio", en base a los comentarios de lectores en los diarios que recopiló y editó. 

Jacoby habló con DIARIO DE CUYO sobre su exhibición, el quehacer artístico hoy, los nuevos artistas y por dónde pasa el mensaje que moviliza a las masas. 

-¿Qué le pareció su muestra? 

-Hice muchas cosas diferentes, muchos soportes distintos, música, poesía, videos… materiales conceptuales, palabras… y mostrarlo todo junto es difícil, por eso la muestra de acá me encantó. Me pareció increíblemente, linda, preciosa, muy concentrada y coherente, que es lo difícil de mostrar mi trabajo, que es tan variado, encontrar una secuencia común. Roberto Amigo y Santi Villanueva lo encararon un poco como en lenguaje monográfico, tomar un texto y seguirlo a lo largo de distintas épocas, vertientes y piezas… hay desde un papel con texto, hasta fotos, videos… 

-¿Se siente representando?

-Sí, me parece que es un buen enfoque. Estoy de acuerdo. No tuve intervención de ningún tipo, no sabía nada ni quería saber, hasta que la vi ahora por primera vez. Me parece un desperdicio meterse en el trabajo de gente con la que tenés confianza, y después darles indicaciones. Yo no soy curador y menos curador de mí mismo. Ellos encontraron cosas y conexiones que no se me hubieran ocurrido. Es mucho más interesante lo que ellos dicen que lo que yo tengo para decir, no puedo hablar tanto de cosas que ya hice.

– Entre ellas, ser parte de Virus, ¿se imaginaba que esas canciones perdurarían en el tiempo?

-Me alegra que haya sucedido, no lo esperaba, cuando empezamos a trabajar en Virus, era un grupo inexistente, tocaba para 50 personas, al tiempo se fue convirtiendo en una especie de fenómeno. Y lo que era resistencia y maltrato hacia nosotros, se convirtió en una especie de mitología, se dio vuelta. En los 80 éramos una banda gay, dicho como algo terrible, descalificante. Ahora eso mismo es como un objeto de culto. Ahora hay tantas bandas gay, tantas cosas, ya está aceptado. No se horroriza nadie. Sigo escribiendo canciones con Nacho Marciano, que es el compositor con el que trabajo ahora, sacamos dos álbumes.

-Antes escandalizaba y hoy no. ¿Cambió la mirada? 

-Es así, es lo que pasa con cualquier cosa que uno haga, un público lo recibe de una manera Y otro de otra. En esa época, primitiva, muy atada a prejuicios que tienen 100 años o más lo veían de un modo. Ahora que eso se relajó, la juventud, los críticos e investigadores lo toman como que esa música, esa onda, la ropa, contribuye a aflojar las restricciones común hasta los 80 y los 90 también. Los chicos que hoy tienen 15 o 20 años ni imaginan lo que eran los ’80, la marginación, la agresión, la represión. 

-Pensando en los nuevos artistas, ¿es más fácil hacer arte hoy que antes?

-Los nuevos artistas tienen una enorme cantidad de posibilidades, tienen un teléfono con el que pueden hacer una película, un disco, una novela, no necesitan más que eso. Eso ha cambiado enormemente las condiciones de la producción artística, de todo en realidad. Cualquier actividad humana se ha tornado mucho más accesible. En los 80 para hacer música necesitaba unos equipos que ni habían acá, eran especialistas, ingenieros, ahora cualquier chico lo puede hacer. 

-¿Entonces sólo les queda definir el mensaje?

-Claro, tienen que pensar qué quieren hacer, por qué se meten en eso. 

-¿Y lo hacen? 

-Sí, hay unos mensajes fortísimos, sobre todo en el trap. En el trap es la poesía, la improvisación, el ritmo, el baile, con una relación muy grande con el público que sabe las canciones de memoria, canciones de 500 palabras, es un movimiento súper interesante. Hoy un cantante de trap tiene 11 millones de visitas en Youtube. La llegada es impresionante, nunca existió algo así. 

-Hay algo similar hoy a lo que era el Di Tella?

-No, pero se abre una galería por día, son los artistas quienes las abren. 

-Pero que haya muchos no es sinónimo de calidad ¿o sí?

-Hay de todo, se generalizó. Como todo lo que se masifica, en el arte también hay de todo. Cosas buenas, muy buenas, mediocres… Hay una cosa que dijo una vez Marta Minujin a un amigo, que le preguntó "¿Cómo está buenos Aires?" y ella le dijo "Te acordás como la época del Di Tella?, bueno, todo Buenos Aires está así". Y es que en barrios donde nunca había nada, hoy hay galerías. Paternal, en Villa Crespo.. que son barrios barrios, no son barrios "cool" como Palermo. Y en un negocio donde arreglaban zapatos, un artista te pone una galería. 

-¿Pero igual es válido como expresión?

-Sí, es muy bueno. Además que es espontáneo, porque el apoyo que recibe todo el movimiento es mínimo, es muy autogestionado.

Las nuevas exposiciones

Hasta el 27 de noviembre se podrán visitar tres nuevas muestras. Por un lado, en Sala 1: "De poéticas a políticas". Premio Jameel, del Victoria Albert Museum -Londres, que es un destacado galardón al arte y al diseño contemporáneo inspirado en la tradición islámica.

En Sala 2 , la titulada "No soy un Clown" de Roberto Jacoby, que recorre algunas etapas de la variada producción conceptual del artista. En Sala 3 se puede recorrer la muestra de Humberto Costa, que recibió en 2021 la Mención de Honor Maestro Mario Pérez que otorga la Cámara de Diputados en reconocimiento al mérito, la trayectoria y al compromiso por su labor como creador visual de la provincia de San Juan.

Días y horarios de visita: de martes a domingo, de 12 a 20hs. Lunes cerrado excepto feriados. Entrada general $100, jubilados y estudiantes $50.