Luego de su gira por Egipto, Líbano, Holanda, Hungría y antes que vuelva a tomar un vuelo internacional rumbo a Miami, los sanjuaninos podrán disfrutar de su creatividad, sin moverse de la provincia. El 27 y 28 de octubre, Hernán Cattáneo traerá al Teatro del Bicentenario su aclamado Connected, un concierto sinfónico de música electrónica con dirección musical y versiones orquestales de Gerardo Gardelin, que hizo capote en el Teatro Colón (agotó 3 funciones en cuestión de horas, y debió agregar una más). Fue allí donde lo estrenó en febrero pasado, en el marco del Festival Únicos, convirtiéndose en el primer show de su tipo que suena en el máximo coliseo argentino.

Feliz de llegar a la provincia con esta propuesta -junto a sus coequipers Oliverio Sofía y Baunder; y a una orquesta de 55 músicos- el famoso DJ que vivió más de una década en Europa, que fue distinguido en Buenos Aires por su aporte a la cultura, que cuenta con más de 30 años de trayectoria y merecido respeto en la escena internacional, dialogó con DIARIO DE CUYO.

"Cuando me invitaron a San Juan, dije ¡buenísimo! Poder llevarlo a distintas partes del mundo y también del país es súper satisfactorio. Ir a San Juan, donde nunca hicimos una cosa así, nos pone recontentos. Uno se hace DJ por la pasión de compartir la música que a uno le gusta con los demás, y cuanta más sea esa gente, mejor. Está bueno que no todo pase en Buenos Aires’, dice un Cattáneo sencillo, locuaz y que cree en lo que hace.

– ¿Cómo nace el concepto de Connected?

– Viste que mucha gente piensa que la electrónica es todo "punchi punchi’, y nosotros que vivimos de esto toda la vida, sabemos que hay muchas versiones. Hay música electrónica que es muy básica, pero hay otra que es súper elaborada, pero como siempre se la presenta en el mismo contexto… Y bueno, la gente no tiene por qué entender, como uno no entiende de muchas otras cosas. Uno es el responsable de presentarle la música electrónica de otra forma. Así fue que surgió Connected. Pensábamos dónde presentarla en un formato diferente, que no fuera de noche y en un club, para llegar también a otro público. Y cuando salió la opción del Colón, que es el escenario máximo de la Argentina, dijimos "bueno, lo primero es justificar qué hace un DJ en el Colón con música electrónica’, porque sabíamos que había otras opiniones. Si bien yo estaba convencido, hay que ir a jugar el partido y ganarlo. Así salió hacer clásicos de la música electrónica, pero en versión sinfónica. Y la otra clave tiene que ver con esto: se identifica a la electrónica con el golpe, el "pum pum’, porque es música hecha para bailar. En la mezcla, la parte melódica está más baja, lo que prevalece es el ritmo. ¿Entonces qué hicimos? Sacamos el "kick’ a un segundo plano y le dimos todo el peso a la parte melódica, y con eso, a la Sinfónica. Nosotros estamos atrás con la máquinas y la orquesta adelante. Hay partes de la música electrónica que no pueden ser replicadas por una sinfónica, de esas nos encargamos nosotros, y del ritmo y de lo digital; pero esa parte muy rica, la hace la orquesta. Entonces, cuando vas a ver el show, por más que llegués con mucho preconcepto, vas a decir "Ah, esta no es la música electrónica que yo pensaba’. Y en realidad es música electrónica, pero no la que escuchás en una radio o en una fiesta. 

Y así conectás formatos, estilos; pero también públicos…

– Al público de la electrónica, al que me sigue habitualmente, no lo tengo que convencer de nada. Pero acá era muy importante mostrarle al otro público que la música electrónica es mucho más rica de lo que algunos creen. Y también, como fue en el caso del Colón, quitar el prejuicio de que la gente iba a estar saltando en las butacas. La gente se comportó perfecto, porque no era "punchi punchi’ ni era el lugar para eso. 

– ¿Inevitables los prejuicios al hablar de un DJ en el Colón? 

– Y tal vez sí, porque no había pasado antes; pero yo entendí perfectamente esos preconceptos, no es que me fui a quejar; simplemente traté de explicar, de decir "tranquilos, no pasa nada’. Primero que nada vamos a respetar la invitación y la oportunidad de llegar a un teatro como el Colón, que no lo habíamos soñado nunca. Y gracias a eso, ahora nos llaman de otros teatros, y es fantástico.

– Acá rondaban también …

– Pero repito, no es un DJ poniendo música para bailar. Connected no es una rave. Si a mí me hubieran llamado del teatro para que ponga música como la que pongo los fines de semana en cualquier parte del mundo, yo hubiera dicho que no, porque no tiene ningún sentido. Esto es un concierto de música sinfónica donde los músicos, en vez de interpretar lo habitual, Mozart o Vivaldi por ejemplo, interpretan obras de Underworld, Moby o Depeche Mode. Fue un trabajo enorme el de Gardelín de reescribir esa música para una orquesta. Y mis coequipers electrónicos también tuvieron que reacomodar todo, sacando el "kick’ y modificando la potencia. Era importantísimo acomodar todo para que sonara coherente, que la melodía fuera el fuerte sin que desapareciera el ritmo, un balance. Y el resultado fue buenísimo. 

 

Connected estará en el Teatro del Bicentenario el sábado 27, a las 21.30 hs y el domingo 28 a las 20 hs. Entradas: $800, 1.100, 1.600, 2.000 y 2.500 en boletería de 10 a 20 y por tuentrada.com.

 

– Hablamos de que Connected brinda la posibilidad de acercar a otro público a la electrónica. Pero también puede leerse como una oportunidad de acercar al público de la electrónica a un teatro…

– Me pasó en el Colón, que les había sorprendido la cantidad de gente joven que no es habitué del teatro, que había ido. Y no quiere decir que a partir de esto ahora los teatros tengan que hacer shows de música electrónica todo el tiempo, ni que el que no escucha electrónica desde ahora deba hacerlo; pero deja una puerta abierta. Connected es un punto de encuentro. Con eso el objetivo está más que cumplido. 

– En todas las artes se está viendo fusión, cruce, un encuentro…

– ¿Sabés que pasa? Creo que durante mucho tiempo estuvo instalada una idea muy conservadora de que si no respetabas el concepto original, eras un hereje. Y sí, hay que empezar por el principio, pero no quiere decir que te quedes ahí. En Europa fue antes, acá después empezamos a pensar si estaba bien o mal, con mucha reticencia del otro lado… pero ya no se discute más. Eso ya pasó. Yo hace unos años puse música en la catedral de Liverpool y nadie se espantó. Creo que cualquier forma de hacer cultura, dentro del contexto y con respeto, está bien. Uno a veces tiene que correrse un poquito de su lugar, para conectar con el otro.