La familia festeja fuerte, es el título del disco, DVD y libro que Abel Pintos editó este año, que contiene las imágenes de un gran hito en su carrera: dos River repletos, 40 mil almas por show cantando sus canciones. En este plan de celebración, de emociones y reencuentro con su público, al que él considera su familia, es que el artista regresa a San Juan el próximo jueves 8 de noviembre. "Es la lista de temas más larga que haya abordado nunca. Son 23 años compartidos con el público, así que no hablo, me dedico a cantar', comentó a DIARIO DE CUYO el multipremiado músico. 


También es un año especial, porque es la primera vez que hace gira en el exterior, por lo que Abel se presentó en Lima, Bogotá, San José de Costa Rica y varias ciudades de España. "No sólo me sirve para mostrar mi catálogo de canciones, sino fundamentalmente para contarle al público de otros países, qué tipo de relación me gustaría que construyéramos con el tiempo. Entonces, es emocionante ir afuera no sólo a cantar mi música sino a contar mi relación con el público, es hermoso' consideró Pintos quien destacó que pudo lograr con el público internacional "el mismo tipo de conexión' que tiene con el argentino. 


Después de la gira, en los próximos meses,-adelantó el músico- podría lanzar nuevos singles, y recién a fines del 2019, un nuevo disco. Mientras tanto, Abel, en familia y para la familia.



-River, giras, ¿cómo te sentís con los últimos meses?


-Artísticamente, con mucha emoción, son meses muy conmovedores. Arranqué una gira fuera de Argentina, por primera vez en mi carrera, eso es muy conmovedor. Además me hace muy feliz una gira semejante, con un concierto que tiene un concepto más compartido que nunca. Cuando tengo un disco nuevo, el público aún no lo conoce, pero les voy a estar contando una novedad. Pero este concierto es compartido cien por ciento; todos conocemos las canciones que vamos a compartir, y lo que provocan en cada uno de nosotros. Yo subo al escenario, canto, comparto y el público me retribuye con su propia versión. Me gusta escucharlo cantar, no es un público que repite la canción, es un público que interpreta la canción y eso me resulta conmovedor. 


-¿Cuánto tiempo te duró en el cuerpo esa adrenalina por los conciertos en River?


-Al día de hoy. No es broma, una vez por semana, mínimamente, me siento y miro el concierto. Si estoy en casa pongo el DVD, si estoy de gira, lo busco en Youtube y lo veo completo. Todavía sigo cayendo de un montón de cosas.


-¿Sos de sentir nervios o ansiedad antes de salir a escena?


-Nunca en mi vida me sentí nervioso antes de cantar. El escenario es el lugar más seguro para mí, emocionalmente. Me pongo muy ansioso, por tanto, sé que voy a experimentar niveles de adrenalina, felicidad y emoción muy altos, entonces me pongo muy ansioso. No se me nota mucho porque soy un tipo habitualmente tranquilo, pero la procesión va por dentro. 


-¿Qué hizo que quisieras poner el foco en el público en este momento? 


-Yo sentía que era el momento; en cada disco hablo de distintas cosas de mi vida; sentí que ahora era el momento de esto, contar de qué manera supimos construir algo tan importante como es éste vinculo de cariño, confianza y solidaridad. Quizás tenga que ver que hoy yo estoy haciendo foco en cómo comunicarme con los demás... Sentí que antes de volver a hablar de mí, en otro disco, era fundamental que habláramos de nosotros. 



-¿Qué te provoca ese fanatismo del público?


-Es que no siento fanatismo por parte del público. Por eso los llamo familia. El hecho de llamarlos familia no es un adjetivo calificativo cariñoso u oportuno. Tiene que ver con el tipo de relación que se ha establecido. Trasciende lo artístico: el público se preocupa y se ocupa de mí a otros niveles, no solamente si le gusta o no la canción. Esto para mí es muy fuerte, ellos saben que a mí me pasa lo mismo. Me importa el público, cómo va a disfrutar del concierto, que estén cómodos, que podamos disfrutar de lo que estamos compartiendo. No me basta ir a un lugar, cortar tickets, hacer lo mío y que cada uno lo viva como pueda. Esa relación a mí me hace sentir muy bien. La gente me conoce mucho como para considerarlos fanáticos, va más allá. 


-¿Cómo definís esta relación de familia, entonces?


-En una familia no todo es color de rosa, hay encuentros y desencuentros, conceptos compartidos, o no. Pero todo con una base de respeto y amor, fundamentalmente. Yo opino distinto que vos pero sos mi hermano, mi madre o mi padre; nos criamos en el mismo lugar, sabemos de dónde venimos... Con el público es así. Alguien que vaya la primera vez se va a dar cuenta de eso, yo no subo al escenario a imponer cuál será el código de la noche, sino que subo a hacer lo mío con la misma libertad que abajo, alguien está disfrutándolo; hay canciones en que la gente ni siquiera está mirando al escenario, porque están cantando con los ojos cerrados... o están bailando. Cuando canto Motivos, hay grupos enteros de 50, 60 personas que se abrazan y cantan, no miran nunca al escenario. Me parece increíble. 


En todo caso yo soy el que nos congrega. Mi canciones nos congregan. Me decía alguien, qué rol tenés en esa familia. Yo creo que soy el tío buena onda que hace el asado. Fuimos todos a comer un asado, el tío no es el protagonista, sino es el asado.


-¿Y sos buen asador?


-Para eso trabajo todos los días, para tratar de saber hacer lo que hago (risas). 


Abel Pintos La familia festeja fuerte. Jueves 8, 21.30 hs, Estadio Aldo Cantoni. Entradas: $900, 1.100, 1.200, 1.300 y 1.500 en Drugstore de Av. Libertador 1348 oeste y en www.ticketek.com.ar