La noticia enlutó a la cultura nacional y latinoamericana. Para muchos, se fue de gira un artista integral, pero también, un irreverente, un provocador, rebelde y pensante, un "pícaro jodón" sin filtro. Así fue Horacio Fontova, el querido "Negro", quien falleció ayer en el Hospital Finochietto, donde estaba internado, dando pelea a un cáncer avanzado con el que venía luchando hace tiempo. La última actuación que tuvo en San Juan, fue en mayo de 2015, en el que celebró el primer aniversario de la apertura de la Sala Z de IOPPS con el show "Cantos de aquí y de allá". Para esa oportunidad, el cantautor y actor (también escritor, dibujante y humorista) brindó una entrevista a este medio. Con un tono ameno y campechano para hablar, Fontova estaba deseoso por volver a la provincia, ya que la anterior ocasión que tuvo una visita fue hace varios años antes con su obra 

"Porteños", pero le costaba recordar el año exacto en que se montó dicha obra. Lo que sí dejó en claro, fue el especial afecto que tenía por el público sanjuanino y sobre todo, mostró su profundo respeto por la música cuyana, especialmente, su admiración por el poeta jachallero Eusebio Dojorti. "Lo que me une con San Juan es todo, es la Patria Grande. Es un gran placer estar en la tierra de gente cuyana con mucho mérito en la música. Soy un gran admirador de Buenaventura Luna. Por eso interpreto la Zamba de las tolderías. Es una de las pocas piezas folklóricas argentinas que hace hablar a los indios en primera persona. Me gusta porque es una revancha de protesta frente a la Conquista del Desierto, en respuesta al nefasto Roca quien detestaba a los nativos", comentó.

"Sigo siendo un hippie a esta altura de la vida. La premisa de amor y paz en el mundo, la sigo sosteniendo".

En la entrevista también se refirió sobre aquellos "años locos" en el que transitó -y con mucho éxito- la televisión de fines de los "’80 y principios de los ’90. Sin dudas, uno de sus personajes más notables y recordados de la pantalla abierta fue el de Sonia Braguetti, la incondicional y leal mucama al servicio de "Don Johnson", el alter ego de Jorge Ginzburg en el ciclo "Peor es nada". De esa amistad que los unía a ambos más allá de la muerte y del tiempo, Fontova la había definido como una fórmula creativa insuperable. "Cuando se fue, Sonia Braguetti también desapareció. Ya no estaba Don Johnson. Sin él, Sonia no podía existir. Seguramente a Sonia le gustaría resucitar y participaría de la resistencia junto a sus compañeros, aunque más no sea para plumerear escudos de estáticos monigotes, guardias de infantería, en alguna ocasión", había escrito el propio Fontova en su blog Comando Amelia. Esa misma nostalgia la manifestó al decir: "Con el petiso fuimos grandes amigos. Lo que más disfrutábamos era el momento de los reportajes. El petiso entrevistando era una luz. Nos divertíamos tanto, que lamentablemente ese tipo de programas no existen más en la tele". Fue en ese programa también, que su canción "Me siento bien", se convirtió en un hit inolvidable. Por el contenido humorístico de la letra de su canción, hacía traslucir a la vez, la pasta de trovador contemporáneo que lo caracterizaba y que él mismo reconoció: "Sigo siendo un hippie a esta altura de la vida. La premisa de amor y paz en el mundo, la sigo sosteniendo. La canción es un himno a que ‘no nos van a joder’. A pesar de todo me siento bien y con eso nos da la fuerza para luchar por lo que sea". Cuando subió al escenario de Sala Z (fue el viernes 22 de mayo de 2015), el "cloaquero" y "boquetero" -así le gustaba llamarse- entretuvo con creces al público y como no podía ser de otra manera, brindó con los presentes compartiendo una torta gigante horas previas al show. Mantuvo de principio a fin un diálogo fluido y cómplice con el auditorio. Porque no solo eran canciones, dentro del repertorio, daba espacio para contar anécdotas, historias y reflexiones. Entre todo eso, había regalado una de sus recientes composiciones "La chacarera imposible" y rindió tributo a autores universales de la música latinoamericana. Ese encuentro, para los sanjuaninos que estuvieron con él, cobrará un significado mayor de ahora en adelante.

 

Su visita a San Juan

 

Fontova realizó una suite musical de las canciones preferidas de toda su vida. Llevó a cabo en Sala Z un repaso íntimo y con humor, por el folklore y el jazz, por los boleros y los nocturnos, las canzonetas y el rock, las milongas y las coplas españolas.

 

En formato acústico, homenajeó a grandes autores universales, junto a su inseparable guitarra: "Clarita".

 

 

 

Creatividad al palo

Horacio Fontova fue cantante, humorista, músico y compositor, actor y escritor. Hizo reír a más de una generación junto a Jorge Ginzburg en "Peor es nada" y con sus ilustraciones en la revista El Expreso Imaginario. Integró bandas como Patada de Mosca y el Dúo Nagual, Fontova y La Foca y Fontova Trío. "Mi historia musical es medio complicada", le dijo a Página/12 en 2018: "Vengo de familia de músicos clásicos. Mi viejo era cantante lírico y productor cinematográfico; mi vieja era una gran concertista de piano. Mi abuelo León fue un gran violinista, creador de la Sociedad de Música de Cámara de Buenos Aires. Yo debería haber salido un músico ‘serio’ como ellos, aunque eran una manga de dementes". Como actor, ganó dos Martín Fierro con el personaje de Sonia Braguetti. Aclamado por la crítica en las obras Hair y Jesucristo Superstar y reemplazó a Daniel Rabinovich en Les Luthiers durante una gira por España. En teatro hizo Porteños, Orquesta de señoritas, Malos hábitos y La corte del faraón. También participó en películas como Aballay y Metegol, entre otros títulos. En 1998 creó y protagonizó el programa Delicatessen con el elenco integrado por Diego Capusotto, Fabio Alberti y otros humoristas argentinos.