El año pasado intentó adaptarse al teatro por streaming, pero no le encontró sentido, por eso apenas se pudo volvió a las salas y además encaró una gira por el país. Pepe Cibrián Campoy sacó a pasear su exitoso unipersonal ¡Habla Marica! con el que llegará a San Juan el viernes 8 de octubre (ver aparte). El director, productor y dramaturgo encarna en esta obra de su autoría a Federico García Lorca en los momentos previos a su muerte, lo hace dialogar con su asesino, con su madre, su padre y Salvador Dalí. Carga con todo el peso actoral sobre sus espaldas y por eso se reencontrará con el público local en un rol distinto al acostumbrado, como intérprete y no a cargo de la puesta de alguna de las exitosas comedias musicales que años atrás llegaron a escenarios sanjuaninos (la última vez fue Dorian Gray en 2013, en la temporada de Fundación Protea). 

En charla con DIARIO DE CUYO, antes de embarcar un avión, el experimentado artista habló del presente artístico, de su lazo con el público y además reveló que en 2022 repondrá con todo su esplendor Drácula, el icónico musical que escribió y dirigió, que acaba de cumplir 30 años desde su estreno y que no podía volver a escena por diferencias con Ángel Mahler, el creador de la música y su ex socio creativo.

-¿Cómo está viviendo esta gira, el volver a la presencialidad? 

-Muy gratamente, hemos sido recibidos en todas partes con muchísimo fervor, ternura, cariños, mimo, respeto mutuo. Para mí recorrer mi país es algo que siempre me ha resultado muy gratificante y una vez más lo corroboro, sólo que esta vez es como intérprete y no como director de mis obras, muy feliz y con mucha ilusión de estar en San Juan. 

-¿Y cómo cree que será el reencuentro?

-Espero que con la misma alegría que recibí siempre cuando estuve antes, siempre hubo una devolución muy cálida con mis obras. Es mi primera vez como actor en San Juan, así que es una buena oportunidad para conocernos desde ese lugar. 

-La libertad de la que habla la obra ¿cobra nueva fuerza tras el confinamiento por la pandemia?

-Sí, por lo que ambas costaron vidas. La libertad cercenada a través de las dictaduras, que cuestan vidas; y por esta pandemia que costó excesivas vidas lamentablemente; es espantoso y sigue cobrándolas, menos, pero con que sea una sola basta, no me puedo alegrar, me tranquiliza, sí, me reconforta que vaya disminuyendo, como a cualquiera, pero cuando leo 38, 40, muertes, es mucho aún, es brutal. Hemos vivido una serie de pérdidas alucinante. 

-Y de todos modos decidió salir de gira. ¿Tiene miedo?

-No, no lo tengo y no lo he tenido. He sido muy cuidadoso, mantuve los protocolos y lo sigo haciendo. Miedo no tengo, pongo atención. Todos los teatros han tenido protocolos muy estrictos, ahora ya en Buenos Aires ya está el 100% del aforo. Por suerte eso se logró. 

-Cambió el título. ¿Tiene modificaciones respecto a la obra estrenada en 2012? 

-No, simplemente como la obra cobró fuerza masiva o popular a través de aquello que leí en el Senado de la Nación (NdR: durante el tratamiento de la ley de matrimonio igualitario), pensé que de esta manera podría ser más identificable para aquellos que habían visto o escuchado ese discurso. Entonces, es sólo un agregado.

-¿Qué sintió al hablar en ese ámbito?

-Un orgullo ciudadano muy profundo, un privilegio poder expresar mi voz, que es la voz de tantos otros que no pueden estar en ese espacio para hablar, me conmovió profundamente. 

-El año pasado hizo algunas presentaciones por streaming, ¿qué le pareció? 

-Me sentí muy aislado, una cosa medio kafkiana, de golpe yo, en medio de la nada, interpretando sin nadie en frente; se podrá decir que es igual que la televisión, pero eso está armado, el estudio, etc.; lo mío era más casero cuando lo hice. Entonces opté por dar clases individuales por Zoom, con muchísimos alumnos que tengo y eso me ayudó a poder pasar la pandemia y darme fuerzas para seguir adelante. Entonces sigo teniéndolos en el exterior y en distintas provincias. 

-Hablando de tele. ¿Por qué se fue del Cantando? ¿No se sentía cómodo?

-Sentí que no era mi lenguaje, no porque me hicieron sentir mal, al contrario. Fue con respeto, pero sinceramente pensé que iba a ser otra cosa, donde iba a escuchar cantantes, por eso yo había aceptado, ingenuo de mí; pero después con todo respeto decidí retirarme. 

-Ellos buscaban show…

-Claro, yo no lo doy. Yo hablo lo que me da la gana, cuando siento que tengo que expresar algo, desde una posición ciudadana, pero hablar mal de otro a mí no me divierte. No me sirve a mí. Para mí la gente se está cansando de todo esto, de hecho Tinelli ha tenido este año muy bajo rating.

-¿La pandemia cambió el modo de consumir cultura?

-Sí, pero la gente tiene un deseo muy profundo de salir; el arte es sanador, la gente ha optado en cuanto le permiten hacerlo, ir al teatro, las temporadas en Buenos Aires están muy correctas, con este espectáculo nos va muy bien, nos va bien en las provincias. 

-¿Tiene ganas de volver a hacer comedia musical?

-Sí, lo haré y con Drácula, ¡porque el año que viene lo haremos porque cumple 30 años! Hemos llegado a un arreglo con Ángel, muy bien, así que decidimos hacerla. 

 -¿Lograron zanjar las diferencias con Mahler? 

-Sí, se zanjó. Y las zanjas se tapan y se puede construir arriba. Es lo que estamos intentando. 

-¿Sería con los protagonistas históricos?

-Sí, con Juan (Rodó) y Cecilia (Milone), seguro.

-¿Qué significa para usted poder festejar estas tres décadas de ese emblema de la comedia musical?

– ¡Oh!… Yo soy un hombre grande, por lo tanto me parece mentira que hayan pasado 30 años y pueda seguir sintiendo que Drácula está vigente y que es deseado por la gente, es muy conmovedor. 

El dato

¡Habla Marica! De Pepe Cibrián Campoy. Viernes 8, 20.30, Cine Teatro Municipal; $1.500 en boletería, Farmacia Patio Alvear, Hoffman y www.masticket.ar.