Llegó a San Juan desde su Salta natal con apenas 18 años. Aquí estudió, se hizo un nombre e incluso desde aquí saltó con éxito a Cosquín (donde se consagró en 2005, y en los '90 celebró en el Pre como solista y con el recordado grupo Siesta). Pero, inquieto, hace cuatro años volvió a partir. Estaba actuando en el norte cuando recibió la oferta y ahí nomás, con lo puesto, se fue directo a Buenos Aires. Fue para sumarse a la troupe del reconocido Bruno Arias, artista jujeño con quien no sólo ha recibido galardones (el Gardel, por ejemplo, el año pasado) y ha grabado discos, sino también recorrido los festivales más importantes del país, entre otros escenarios. Y junto a él regresó una vez más para presentarse en la Fiesta del Sirah y la Jarilla (en San Martín), el viernes pasado. En medio de la temporada festivalera -"de mucho agite", definió- hizo una pausa para charlar con DIARIO DE CUYO.  


 
 - ¿Cómo te sentís en esta nueva familia?  


- Muy bien, la verdad que el cambio me dio mucho oxígeno y espacio para pensar mi carrera como instrumentista, que es tan difícil. Por ahí, ya después de haberme insertado y logrado un par de cosas, hacer otro cambio era a priori difícil, pero es cierto también que Buenos Aires es un campo súper amplio para cualquier posibilidad, y lo que estoy haciendo hace cuatro años es aprovecharlo lo más posible, no sólo con Bruno, sino también con los proyectos personales... 


 - No has dejado de lado tu carrera...  


- No, para nada; si bien es cierto que no he tenido mucho tiempo para ponerle, he logrado formar mi grupo, tener algunas presentaciones y este año sí o sí quiero sacar mi disco solista, que tanto tiempo he pensado y creo que ya no hay vuelta atrás. Tengo repertorio, los músicos, las ganas, la predisposición y el tiempo, así que sólo queda hacerlo palpable. 


 - ¿Y por qué estilo andará?  


- Eso es lo único que me estaría faltando, porque después de la experiencia en Ecuador, de tocar son con los cubanos, folclore, tango...  


 - Estás lleno de colores...  


- Sí, es mucha experiencia, acordate que estoy hablando de un primer disco solista a mis 42 años, es el resultado de muchas experiencias adquiridas y compartidas... los discos que ya grabé con Bruno, en su momento con Susana Castro, con Claudia Pirán, con Rolando, con los Inti, con los Gajos.... Los otros días hacía un raconto y eran como 30 discos en los que participé, más los que se ha sumado en estos cuatro años con gente de Buenos Aires, Santiago, Salta... 


 - ¿Un disco que te encuentra en tu madurez, artística, personal?  


- Tal cual y es plasmar también mis cosas, las tonadas que escribí, temas que ya tenía hechOs, mis años con el grupo Siesta... hay un camino largo andado.Y también me sirve el laburo con Bruno porque puedo mostrarlo y hacer nuevos contactos. Así que bueno, esperando que pase toda esta temporada festivalera para sentarme a planearlo y plasmar todo esto que quiero hacer. 


 - Alguien podrá preguntarse por qué, cuando habías ganado un lugar acá, dejar todo y entrar a una banda donde el protagonismo no es el mismo...  


- Para mí es un constante reinventarse. Si bien es cierto que aquí construí un nombre y un prestigio -sin compararme por supuesto con gente que ha fundado las bases del folclore de Cuyo, gente que quiero y respeto- siempre estuve en la búsqueda y para eso Buenos Aires es un catalizador genial. Y está bueno plantearse desafíos a cualquier edad. Yo ya hice un viaje desde Salta a San Juan y por qué no Buenos Aires, era como que me lo debía. San Juan tiene un montón de cosas lindas, pero necesitaba ese movimiento, ese vértigo que te da la gran ciudad ¿no? Probar, y ver hasta dónde realmente puedo llegar con lo mío. Si hice el camino a San Juan, sin nada, sin familia, y con mucho sacrificio; y pude probarme que podía establecer una manera de laburar y un sonido, por qué no ambicionar más, volver a comenzar, que para mí es necesario. Así como estuve en San Juan, hoy estoy en un lugar donde siempre quise estar; aunque extraño, lógicamente, porque en cuanto a amigos y carrera soy sanjuanino... 


 - San Juan te adoptó...  


- Totalmente y yo siempre me presento como sanjuanino ¡¿ojo eh?! Así quedó y yo no tengo conflicto con eso, al contrario, mis hijas, que son mi tesoro más preciado, son sanjuaninas y siempre lo digo con mucho orgullo... Por algo hago tonadas y no carnavalitos. Y ahora estoy probando este salto, que empezó como para darle un espaldarazo a mi carrera y bueno, ya tengo familia en Buenos Aires, un bebé de tres meses, una mujer que me apoya muchísimo... Son estas cosas que nos tocan a quienes elegimos vivir de esta manera tan poco ortodoxa, como es la vida de los artistas. Siempre digo que ir a Buenos Aires fue una apuesta que pudo salir mal, pero bueno, salió bien... 


 - ¿Llegó cuando tenía que llegar?  


- Sí. Yo me podría haber recibido y aspirar a un puesto en la Orquesta de la UNSJ, que es súper prestigiosa y que durante años me cobijó como casa de estudios; pero elegí lo popular. De mis hermanos, cuatro se dedican a la música, de manera escolástica; yo elegí este otro palo, que también tiene su cosa linda... aunque ya quedaron lejos estas barreras entre los músicos académicos y populares. 


 - ¿Buenos Aires sigue siendo La Meca?  


- Es que tenés muchas comunidades y tenés que conquistar a todas, y ese trabajo ya es un despegue. Allá el espectro es más amplio, tiene más desafíos y es muy enriquecedor. Y me he podido codear con gente de renombre que son referentes de nuestro folclore y eso está genial... 


 - Hablabas de la necesidad de demostrarte cosas... A esta altura, ¿qué te has demostrado?  


- ¡Que soy un tipo que no se queda quieto! (risas) Creo que me sedujo que, pese a que soy un hombre padre de familia, esto de andar viajando, tocando un instrumento, tener toda esta vida... Mi viejo era músico también, pero estaba en la orquesta y en la banda de la provincia y me inculcó una sistematización... y yo, como todo hijo, es como que rompí un poco a esos cánones, pese a que él sigue siendo uno de mis héroes musicales... 


 - ¿Hoy qué Liendro ves?  


- Veo un tipo con más experiencia, pero con las mismas ganas. En estos cuatro años he aprendido muchas cosas, cómo es jugar en otras ligas, con más vértigo, con gente que viene de diferentes lados... Yo estaba acostumbrado a terciar con músicos sanjuaninos, que son súper talentosos, siempre lo voy a decir, pero naturalmente les cuesta un poco más despegarse. Y veo al pibe de 18 años que vino a vivir a Desamparados y arrancó su primera clase en el Auditorio, y veo que lo único que ha cambiado es el paso del tiempo, porque las ganas, los errores y los aprendizajes siguen estando...  


 - ¿Estás disfrutando?  


- Sí, totalmente. Es durísimo porque uno apuesta y no sabe si va a llegar, si tenés que agarrar un laburo de cualquier cosa para vivir y tocar la flauta traversa como hobby; pero en este caso se transformó en mi vida, en mi pasión, así que estoy muy contento.  


 - Y volver a tocar en la provincia, ¿qué significa para vos?  


- Es la cuarta o quinta vez desde que estoy con Bruno, y vienen muchos amigos, colegas, ¡mis hijas! que es muy loco que me digan que me ven más en la tele que personalmente, que a sus compañeritos les llame la atención.. Es algo para nada chiquito, porque son los afectos, las caras de siempre... Es un encuentro de emociones y algo muy lindo que siempre quiero hacer y bien. Es muy lindo venir a tocar a mi lugar en el mundo.