La excepcionalidad sigue siendo la regla de todo lo relativo a Salvador Dalí, el genio del surrealismo cuyo cadáver embalsamado está siendo exhumado hoy para extraer una prueba de ADN que determinará si es el padre biológico de una mujer que dice haber sido fruto de una relación clandestina del artista catalán.

Las puertas del Teatro- Museo Dalí, donde se encuentran los restos del pintor desde su muerte en 1989, se cerraron al público a las 20 hora local (15 de la Argentina) como es habitual, tras lo cual una comitiva judicial comenzó las labores para desenterrarlo. Poco antes de que se iniciara toda la operación, la zona quedó ‘blindada‘ para evitar que la prensa y los curiosos concentrados en el lugar se acerquen demasiado al edificio, principal atracción turística de la localidad catalana de Figueras, Girona.

Está previsto que los trabajos de exhumación duren toda la noche, ya que para extraer los restos del artista hace falta retirar una losa de 1,5 toneladas debajo de la cual descansa el cadáver embalsamado de Salvador Dalí desde hace 28 años, precisamente bajo la cúpula del teatro.

La Fundación Gala-Salvador Dalí informó que no se podrían tomar imágenes en el interior del Museo mientras tenga lugar la actuación, sobre la que se informará de forma detallada el viernes por la mañana.

La exhumación la llevarán a cabo dos peritos forenses y un técnico del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Cataluña (IMLCFC), cuya directora, Aina Estarellas, explicó que en este tipo de casos en los que el cadáver está embalsamado, el proceso de obtención de ADN puede ser más complicado a causa del formol que se utiliza, afecta el estado de los dientes. ‘Será necesario extraer muestras de médula ósea procedente de huesos largos, como tibia y fémur, para que el ADN se mantenga estable‘, dijo la médica forense en declaraciones a la prensa local.

Pilar Abel, la mujer de 62 años que asegura ser la hija de Salvador Dalí y que interpuso la demanda de paternidad que motivó la polémica exhumación, no quiso estar presente durante el proceso. ‘Tengo sentimientos, imagínate cómo estaría si estuviese allí si ahora ya estoy derrumbada‘, manifestó Abel hace unos días declaraciones televisivas. El pasado 11 de julio, Abel se sometió a una prueba de ADN en el marco del proceso que determinará si es hija biológica del artista catalán, como intenta probar ante la Justicia desde hace una década. Su caso dio un vuelco impensable cuando la jueza madrileña María del Mar Crespo ordenó la exhumación del cadáver de Dalí para extraer una prueba de ADN. ‘Esta vez se sabrá la verdad, estoy segura‘, confió Abel a Télam tras extraerse su propia muestra de ADN en Madrid. ‘Es necesaria la prueba biológica de investigación de la paternidad de Maria Pilar Abel Martínez respecto de D. Salvador Dalí Domenech‘, al ‘no existir restos biológicos ni objetos personales sobre los cuales practicar la prueba por el Instituto Nacional de Toxicología‘, explicó la magistrada que lleva el procedimiento.

La Fundación Gala-Dalí, que gestiona el patrimonio universal del artista, se opuso a la decisión y solicitó por medio de un recurso que las muestras de ADN de Pilar sean contrastadas con las de su propio hermano para evitar la exhumación. Sin embargo, el abogado de Abel, Enrique Blánquez, argumentó que esa medida ‘no sería concluyente‘. Por más ‘surrealista‘ que resulte ahora todo el proceso, tal como lo calificó el forense que embalsamó a Dalí, la prueba de ADN, cuyos resultados previsiblemente se conocerán dentro de un plazo de dos meses, será lo único concluyente respecto al proceso iniciado por Pilar, quien aportó indicios convincentes a la jueza madrileña.

De acuerdo con su propio relato, Pilar es fruto de una relación romántica que su madre Antonia mantuvo con Dalí cuando tenía 25 años y trabajaba en Cadaqués como empleada de una familia adinerada amiga del pintor, quien se instaló allí en los años 50 junto con su pareja, Gala. Fue su abuela la que un día le contó a Pilar el secreto que, según dijo, ‘guarda en el corazón desde los ocho años‘.

La mujer, conocida por haber trabajado durante algunos años como vidente en un canal de televisión de Girona, asegura tener muchas cosas en común con Dalí, como algunos rasgos físicos, el amor por la pintura, una excéntrica personalidad y el esoterismo. Pilar asegura que el excéntrico y narcisista pintor catalán, quien públicamente siempre dijo que no tenía ninguna intención en dejar descendencia, sabía de su existencia y la quería ‘a su manera‘, a pesar de que nunca cruzaron palabra. ‘Creo que él sabía que yo existía porque cuando era joven trabajaba con un procurador y al salir me lo encontraba en la rambla de Figueras, y los dos caminábamos hacia el mismo lado, nunca cruzábamos palabras, pero sí miradas‘, sostuvo, recordando los momentos de complicidad que mantuvo con el gran artista que presuntamente era su padre.

La mujer remarcó que su demanda judicial está motivada exclusivamente por los sentimientos, por la necesidad de poder demostrar que dice la verdad. No obstante, en el caso de que se demuestre que es hija de Dalí, a Pilar le corresponde una cuarta parte del total de su herencia, dijo su abogado.

Por decisión del propio Dalí, el Estado español se hizo con su legado, cuyo valor se desconoce, aunque en 2011 una obra suya fue vendida en 15.9 millones de euros. El polifacético Dalí es considerado uno de los artistas más importantes del siglo XX. Entre sus obras más destacadas figuran ‘El gran masturbador‘ (1929), ‘La persistencia de la memoria‘ (1931), ‘La metamorfosis de Narciso‘ (1937), ‘Sueño causado por el vuelo de una abeja alrededor de una granada un segundo antes de despertar ‘(1944), ‘Cristo de San Juan de la Cruz‘ (1951), entre otras.