Miguel Abuelo se definía como una persona temperamental, pero no autoritaria: "Me interesa que todo funcione bien". Tuvo una infancia difícil; no conoció a su padre y se crió en un orfanato. Se formó en la calle. Tenía un costado rebelde y provocador. Hasta llegó a practicar boxeo. Un poeta nato que aportó letras brillantes a nuestro rock.

Miguel Peralta, su verdadero nombre, tenía olfalto para lo artístico. Empezó cantando bagualas. A mediados de los '60, conoció a jóvenes interesados por el rock. Formó parte de la camada fundacional del género en la Argentina junto a Moris, Los Gatos, Manal y Almendra. Su amigo Pipo Lernoud, a quien conoció en una pensión a mediados de los '60, le consiguió su primer contrato, en una reunión con el productor Ben Molar.

"Me preguntó si yo tenía un grupo. Yo no tenía nada, pero le dije que sí. Cuando quiso saber cómo se llamaba me acordé del libro de Leopoldo Marchal, era El Banquete de Severo Arcángelo. Había una frase que me había quedado pegada en el coco 'padre de los piojos, abuelos de la nada..', y se la dije como si fuera realmente el nombre del grupo", describió Miguel. Así, de manera fortuita, le dio nombre a una de las historias más fascinantes de nuestro rock.

Después de aquella reunión, con una banda imaginaria dando vueltas, Miguel tuvo que que salir a buscar músicos. En poco tiempo tenían que grabar. La Perla de Once, La Cueva o Plaza Francia fueron los lugares indicados para dar con los futuros integrantes. Pipo, su amigo, aportó dinero a la causa. "Con las regalías que cobré por 'Ayer Nomás', que compuse para Los Gatos, le compré una guitarra a Claudio Gabis y la primera a Pappo. También la batería a Pomo", recordó Lernoud. Fueron varios los músicos pasaron por la primera formación de Los Abuelos.

En marzo de 1968, el grupo grabó un simple con los temas "Diana Divaga" (tocó Claudio Gabis la guitarra) y "Tema en Flu sobre el Planeta" (con Pappo en la viola). Al año siguiente, Miguel se abrió de Los Abuelos y decidió viajar a Europa. Pappo siguió al mando, pero al poco tiempo, el grupo se separó.

En busca de nuevos aires

"Cuando me fui de la Argentina dejé completamente la música. Salí de acá con mucha mufa. Me metían en cana todos los días, apaleaban a la gente. Me costó tres años en Europa recuperarme de eso, ver que en otros lugares se podían hacer cosas", contó Abuelo.

La vida, a principio de los '70 en Europa, no le fue fácil. Se movió de una ciudad a otra buscando aventuras. Mucha bohemia. Vivió en Francia, Inglaterra y España. En Ibiza conoció a su pareja, Krisha Bodgan, con quien tuvo a su hijo, Gato Azul Peralta, en 1972, en Londres.

En aquella etapa, el cantante se relacionó con artistas argentinos que también emigraron. En París conoció a Moshe Naïm, un reconocido productor. En 1973, grabó un disco marcado por aires psicodélicos, folk y hard rock, que fue publicado dos años después como Et Nada. Daniel Sbarra, actual guitarrista de Virus, acompañó a Miguel en la aventura.

"Él estaba grabando su material solista y me contactó por parte de otros músicos latinos. Me quería para hacer los solos de guitarra. Como le gustó mucho mi tarea, me preguntó si no quería formar una banda", recordó Sbarra .

Su regreso a la Argentina

Miguel conoció a Cachorro López en Ibiza, a fines de los '70. De aquel encuentro nació la idea de hacer algo juntos. Fue el germen del regreso de Miguel al país. Ya en Buenos Aires, el cantante retomó aquel viejo nombre para darle una nueva identidad. Un nuevo concepto sonoro: pop, rock, new wave, y mucho más. Andrés Calamaro, Daniel Melingo, Gustavo Bazterrica y Polo Corbella completaron la formación.

"Costumbres Argentinas", "Himno de mi Corazón", "No se desesperen", "Sin gamulán", "Mil horas" y "No Te Enamores Nunca de Aquel Marinero Bengalí" fueron algunos de los éxitos. El primer disco, homónimo (1982), fue producido por Charly García.

"Los abuelos están para acompañar al tipo que labura con un torno o en una verdulería, para armonizarle la vida al presidente o al último preso maltratado, para devolverle su himno del corazón y su alegría de vivir al ciudadano común", definió Abuelo a mitad de los '80.

Vasos y besos (1983), Himno de mi corazón (1984) y el disco en vivo Los Abuelos en el Ópera (1985), con sabor a despedida de aquella etapa, fueron producciones que llegaron y se convirtieron en éxitos. En paralelo Miguel publicó su segundo disco solista Buen día, día, en 1984.

Con el alejamiento de Andrés Calamaro y Cachorro López, Miguel reformó la banda junto a Polo Corbella y Juan del Barrio. Se sumaron el guitarrista Kubero Díaz y el bajista Marcelo "Chocolate" Fogo. En 1986 publica la banda Cosas Mías, su último disco.

A comienzos de 1988, tuvo algunos problemas de salud, fiebre muy alta. En marzo se suspendió un show gratuito en el Velódromo. La situación no mejoró y estuvo internado en la clínica Bazterrica. Era portador del virus HIV. Por falta de recursos tuvo que abandonar el sanatorio. Murió el 26 de marzo en la Clínica Independencia de Munro por complicaciones en una operación de vesícula. Tenía 42 años.

"La muerte me apasiona, me encanta. Me apasiona el hecho de encontrarla, de ir pensando qué pasa después. Es como una amiga, una compañera. Yo la quiero bien", definió Miguel Abuelo en una entrevista, un tiempo antes de morir.