Los dichos de Catherine Fulop en el programa “Debo decir” desataron un escándalo. La actriz contó en vivo que a los 40 desistió de buscar otro hijo porque el médico le advirtió que "a esa edad es probable que venga con alguna enfermedad" y deslizó que eso hubiera sido “cargar con un problema a su familia”. Primero le respondió el embajador Luis Juez (papá de una adolescente con hipoxia cerebral), quien estaba como invitado en el mismo ciclo, y en las últimas horas se viralizó una carta que escribió una mamá de La Rioja.

A pesar de que la actriz pidió disculpas en público y aseguró que estaba “muy conmocionada y arrepentida”, Valeria Pane decidió publicar palabras lapidarias para la venezolana en su cuenta de Facebook. “Me hiciste sentir una hija de puta, una mala madre. Me hiciste revivir un momento de mi embarazo que creí que no lo hablaría con nadie y que quedaba como un recuerdo censurado en mi vida”, relató la mujer.

Pane explicó que, al enterarse de que su hijo Bauty tenía una discapacidad, un médico del hospital de La Rioja le ofreció abortar porque ella y su marido “eran jóvenes, tenían una nena sana y había grandes posibilidades de complicaciones futuras". “No pensé que iba a cagarle la vida a nadie, pensé en darle la vida a alguien más vulnerable. Y ojo, esto no me pone con un pañuelo celeste atado a mi cuello, sólo que se puede hablar sin herir al otro", advirtió.

La chica describió que cuando quedó embarazada en 2007 atravesaba una pobreza extrema y vendía tartas y empanadas y trataba de comercializar los limones que daba el árbol de su casa en el almacén; “por el sólo hecho de pensar que ésta vez sería un varón y el futuro goleador de Belgrano de Córdoba”.

“Aprendí la diferencia de fuerza y fortaleza, porque a la fuerza la uso para movilizarlo y a la fortaleza la tengo para enfrentarme a opinólogos como usted, que después de decir barbaridades utilizan las redes sociales para pedir disculpas. Mi hijo gana todos los días un nuevo partido, el de la vida misma”, concluyó.

La carta completa

Catherine Fulop:

Lo más probable es que ésta carta no llegue a tus manos, pero necesito hacer una especie de catarsis escribiendo lo que siento desde que te escuché de forma “liviana” que si te enterabas que “tu futuro bebé venía con discapacidad abortabas”, hasta esa frase pensé que era un dicho inoportuno y de un desconocimiento a la realidad de quienes no ejecutamos tu pensamiento, pero cuando reflexionaste “que a quién le cargarías el problema en un par de años”?, (aparte de un par de años a vos, a tu familia) y con un toque de vedetonga retro remataste, porque el Estado no te da nada” (en eso coincido plenamente), ME HICISTE SENTIR UNA HIJA DE PUTA, UNA MALA MADRE, ME HICISTE REVIVIR UN MOMENTO DE MI EMBARAZO QUE CREÍ QUE NO LO HABLARÍA CON NADIE, Y QUE QUEDABA COMO UN RECUERDO CENSURADO EN MI LIBRO DE VIDA, y tras tus dichos volvieron todos como si fuera la película de los “Cazafantasmas”.

En 2007, y bajo una pobreza extrema, quedé por segunda vez embarazada, sabía que no era un buen momento para recibir otro bebé, pero el sólo hecho de pensar que ésta vez sería un varón y el futuro goleador de Belgrano de Córdoba, me impulsaba a buscarle la vuelta, vendía tartas, empanadas, vaciaba el limonero de casa para negociarlos en el almacén y mis viejos me daban una mano, mientras el papá resucitaba computadoras para tener “la papa diaria”. Al cuarto mes de embarazo, y con algunos tropezones desde el comienzo, fuimos al Hospital de mi Ciudad (La Rioja) para hacerme el control mensual, luego de revisarme un “residente”, me hicieron caminar varios pasillos y entramos a un consultorio que decía “Embarazo de Alto Riesgo” que estaba vacío, no sospeché nada, pensé que era para que no esperara tanto y entré…

La exposición era demasiada, una camilla, Sho sentada de piernas semiabiertas, un médico con varios papeles en sus manos, que parecía ser el director de una orquesta de barrio, 20 ojos que me miraban por todos lados, mi esposo en ese momento con los brazos cruzados, hablaban de macrocefalia, de retraso mental por madre tiroidea, de no término y otras cosas más que ya no recuerdo, el médico junto a sus residentes nos hablaron de nuestro presente, que éramos jóvenes, que teníamos una “nena sana” y que “esto era visiblemente complicado”, que estábamos a tiempo de interrumpir el embarazo porque “al ojo” había grandes posibilidades de complicaciones futuras, y ahí Sra. Fulop, es donde me hiciste sentir UNA REVERENDA HIJA DE PUTA (según tus conceptos) porque no proyecté, porque no pensé que tener un bebé posiblemente “distinto” podría ser una carga para mí y para su familia, en éste caso su hermana. Para vos era tan sólo una probabilidad y para mí UNA CERTEZA, pero no pensé que iba a cagarle la vida a nadie, pensé en darle la vida a alguien más vulnerable, y ojo que esto no me pone con un pañuelo celeste atado a mi cuello, sólo que se puede hablar sin herir al otro.

No volví a atenderme con ese médico, seguí controlando mi embarazo y no me tocaron más el tema hasta el momento de parir…, lo tuve y si bien su cabeza era un poco grande, lo proyecté como el número 2 de Belgrano, el “Cabezón Bauty”, el que haría goles con su super cabeza… Bauty ganó el primer partido, con un resultado desfavorable y a los 44 minutos y medio del segundo tiempo y estando más de 10 días en terapia de haber nacido, con un cabezazo heroico y dejando sin aliento al mediocampo, paralizando los corazones de toda la platea, convierte el mejor gol de su vida, dejando la terapia en su lugar y volviendo a casa entre mis brazos.

Desde ese día, señora Fulop, que aprendí la diferencia de fuerza y fortaleza, porque la fuerza la uso para movilizarlo y la fortaleza la tengo para enfrentarme a opinólogos como usted, que después de decir barbaridades utilizan las redes sociales para pedir disculpas. Hoy, a 10 años de esa experiencia y con más patologías que cuadernos de coimas, mi hijo gana todos los días un nuevo partido, el de la vida misma, el de las adversidades, el de los no puedo, el del hoy y del mañana.

Gracias nuevamente a sus dichos señora Catherine Amanda Fulop García, trabajaré a diario para lograr la independencia que más pueda en mi hijo PARA NO CAGARLE LA VIDA A NADIE, pero si mi hijo no aprendiera nunca a leer, me aseguraré que al menos aprenda a identificar las personas buenas y a descartar a personas como usted.

La Mamá de Bauty.-