La ciudad de Mannheim estuvo en la segunda mitad del siglo XVIII gobernada por el Duque Carl Theodor. Siendo músico capaz, no escatimó recursos para hacer florecer en su ciudad instituciones científicas, artísticas, museos, bibliotecas y establecimientos musicales que hicieron de esa orquesta la envidia de toda Europa. Reunió un grupo de amigos conocidos luego como "la escuela de Mannheim'.

El más importante de la primera hora fue Jan Vaclav Stamic perteneciente a ese amplio número de músicos checos, o bohemios, germanizó su nombre como Johann Wenzel Stamitz. Entre los de la segunda hora, o continuadores, se encontraban dos de sus hijos: Karl (1745-1801) y Johann Antón. (En casa tenemos, por ejemplo, a papá Olexander e hijo Alexander, o a papá Daniel e hijo Nicolás por mencionar solamente a los que tocan juntos en la misma orquesta).

Stamitz padre fue el primer alemán que rompió con la escuela italiana de violín desarrollando un modo propio de ejecución. El Duque lo contrató para que armase su orquesta instruyendo a cada miembro individualmente hasta en el modo de utilizar el arco para darles un sonido especial. Me encanta ver alguna analogía con el Mº. Siffert y nuestra querida orquesta. El Concierto para flauta op 29 de Karl Stamitz consta de tres movimientos. La solista Nadia Vera los ejecutó con gracia y precisión y sus cadencias fueron maravillosas.

Karl Ditters (1739-1799) era también bohemio aunque no de familia musical, pero consiguió los mejores profesores de violín para su hijo, quien fue luego contratado por varias cortes. En Viena gozó de la amistad nada menos que de Mozart y particularmente de Haydn. Su principal discípulo fue Johann Wanhall y es conocida la escena de un cuarteto integrado por Dittersdorf como primer violín, Haydn al segundo, Mozart en la viola y Wanhall al chelo. No creo que ninguno desentonara! Compuso una enormidad de obras, 90 Sinfonías "seguras' y más de 30 "atribuidas'.

Debido a su fama fue hecho noble agregando a su apellido "Ditters' el "VON Dittersdorf'. De la delicada y ágil flauta pasamos al grave contrabajo. Este instrumento deriva del "Violone' (o sea un violín grandote) y recién comenzó a incluirse en el conjunto orquestal en el siglo XVI y fue haciéndose espacio en los siglos posteriores y su "derecho propio' se da en el siglo XVIII. Por eso es que el concierto en Mi Mayor de Dittersdorf es prácticamente uno de los primeros y supone una buena dosis de virtuosismo, en este caso a cargo de Santiago Palacio cuya altura es proporcional al tamaño de su instrumento. El Allegro final logra que por el ritmo y la melodía venza su aparente pesadez.

A continuación el escenario hizo casi cartón lleno con los timbales, campanas tubulares, bombo, glockenspiel, vibráfonos, etc. y todos los bronces y maderas. Las cuerdas habían desaparecido. Comienzan los bronces un tono solemne y entra la percusión que crece en ritmo e intensidad hasta que escuchamos un sonido armónico en tonalidad de "mi' producido por los músicos de las cuerdas revoleando unas mangueritas. No deja de ser gracioso ver a las cuerdas un poquito enloquecidas. El autor un jovencísimo percusionista inglés G. Widdowson de 24 años se dio el gusto de que la percusión dominara!! Y la obra es sorprendente y muy linda.

El título alude a una bebida que en quechua significa "liana de los espíritus'. Una ola refrescante que permite algo inesperado y sorprendente. Si las melodías de Dittersdorf o Stamitz calcan ese espíritu austríaco con fondo de landler o canción propia, las melodías rusas son puro baile característico y se comprende que Tchaikowsky y sus ballets no nacieron porque sí. La segunda parte fue rusa: Michail Glinka (1804-1857) Su educación campestre le dio acceso cercano a lo folklórico; recibió lecciones del irlandés John Field (1782-1837) y en Italia conoció a Donizetti y Belllini y estuvo en Berlín y España.

Ese universalismo paradójicamente lo convirtió en su regreso a Rusia tras su famosa ópera Una vida por el Zar en el padre de la escuela nacional rusa. El nombre "Kamarinskaya' proviene de un pueblito -Kamarika- entre Moscú y San Petesburgo; es una danza caracterizada por inclinaciones acrobáticas de rodillas con saltos y largas extensiones. En 1840 Glinka compuso su versión de la misma y es su primera gran obra sinfónica. Un año antes había escrito un Vals-Scherzo para piano. En 1845 lo orquestó.

Finalmente un año antes de su muerte hizo otra revisión titulada Vals Fantasía. Alexander Taneyev (1850-1918) compuso óperas y dos sinfonías, música de cámara y para piano. Pertenecía a la aristocracia y era amigo de los Romanov. Su Suite Nº 2 op 14 consta de 4 movimientos, de los que escuchamos el 2º: Andantino. La palabra Canzona deriva del francés "Chanson'; Taneyev también compuso una obra con ese título para clarinete y orquesta interpretado esta noche por Marcelo González.

Antón Arensky (1861-1906) fue Profesor en el Conservatorio de Moscú contando entre sus alumnos a Sergei Rachmaninov y con fuerte influencia de Tchaikowsky. En 1822 escribe su Intermezzo op 13; sobre un revoloteo de la cuerdas altas el oboe entona la melodía y se transforma en una bella canción "suspirada' retornando al revoloteo de violines y respuesta del oboe. Sergei Rachmaninov (1873-1943) escribió en 1915 una serie de 14 Canciones op 34 para soprano o tenor y piano. La última no contiene palabras y se canta usando una sola vocal "a elección del cantante' y se titula Vocalise. Pero el mismo Rachmaninov la arregló para orquesta, aunque se han hecho arreglos para variadas combinaciones.

Otros dos jóvenes se están iniciando con la orquesta, pero otro "joven' fue el eléctrico Director Yuri Ilinov que ya nos había visitado antes dirigiendo a Sibelius y Tchaikowsky en el 2015. "No hay dos sin tres' "o cuatro o cinco'... Spasiva!!