Hace tiempo que sus novelas son bestsellers, han sido publicadas en España y Latinoamérica, incluso traducidas a otros idiomas. También este año, Florencia Bonelli se convirtió en la mujer más leída de la Argentina. Y en San Juan específicamente, ha figurado entre los autores más elegidos por los lectores locales que devoraron ávidos la saga La Diana, mientras que su nuevo título, La tía Cósima, editado en septiembre, fue también un éxito. Según dijeron desde Piedra Libre el nuevo título se agotó, mientras que en Cúspide actualmente sigue tercero entre los 100 más vendidos. Un libro en el que deja por un momento los escenarios lejanos para abordar una temática contemporánea, que habla de la superación personal, con la que logró gran identificación.

La cuarentena la llevó a lanzar su nuevo ‘hijo’ (como se refiere a sus escritos y personajes) pantalla de por medio, por lo que debió prescindir de una costumbre suya en cada presentación: firmar ejemplares por horas, dado que tiene una estrecha relación con sus lectores, que comenzó en 2003 cuando en la solapa de Marlene colocó su casilla de correo.

Desde que escribió aquella historia de amor entre una joven y un indio ranquel en la Córdoba del siglo XIX en 1999, la carrera de la autora nacida en La Docta no paró de crecer. Luego de Indias blancas, decidió que cambiaría los números por las palabras, abandonando su profesión como contadora pública y dedicándose de lleno a ‘contar’ historias, algunas de ellas convertidas en extensas, trilogías, como Caballos de fuego o la más reciente y vendida La Diana.

En contacto con DIARIO DE CUYO, Bonelli respondió sobre su éxito, el oficio, su relación con los lectores y hasta qué hace en su tiempo libre.

 
-¿Qué siente sobre el éxito de la recepción de La tía Cósima?
-Quería publicar La tía Cósima tal como habíamos planeado antes de que comenzase la pandemia porque, pese a las dificultades del nuevo escenario, me pareció que mis lectoras y lectores lo apreciarían en un momento tan complejo como este. Soy una convencida de que los libros son sanadores, que sirven para viajar a tierras y tiempos lejanos, que nos ayudan a despejarnos y a expandir nuestras mentes. Los libros nos dan un respiro de la realidad, nos permiten recargar la energía para continuar en la lucha diaria; por lo que estoy muy feliz de que la gente se haya encariñado con la historia de Cósima y de Ignacio.
En esta nueva realidad fui afortunada de tener la posibilidad de hacer el lanzamiento de modo virtual. 
 
-¿Por qué eligió como núcleo de la trama el tema del bullying?
Porque el conflicto es la base de toda ficción y siendo el bullying uno de los grandes conflictos que enfrentamos como humanidad en la actualidad, lo juzgué un desafío presente, palpable, doloroso.

-¿Recuerda cómo fue el momento que decidió que dejaría su trabajo como contadora para dedicarse de lleno a los libros?
-Fue un proceso que comenzó con la lectura de un libro que me llevó a desear escribir historias que hicieran emocionar. Durante un año seguí trabajando como contadora pública y por la noche escribía mi primera novela (Lo que dicen tus ojos), hasta que llegó el día en que decidí saltar al vacío y dedicarme sólo a la escritura. Esto fue hace más de veinte años.

-Ha vendido ya más de 3 millones de libros y este año fue la más leída, ¿Qué se siente?
-Por supuesto que es muy satisfactorio, sobre todo porque mi objetivo ulterior es lograr que cada día más gente lea, porque, en este sentido, me hago eco de las palabras de Jorge Luis Borges, que aseguraba que para él la lectura era una de las formas de felicidad. Por eso quiero que la gente que aún no descubrió la magia de los libros la descubra, para que sea feliz.

-¿Y qué opina que pueda seguir vendiendo libros en la era digital?
-El libro en papel sigue reinando. El libro digital no tuvo la aceptación que, años atrás, se creyó que tendría. De todos modos, no importa el formato. Seguramente en el futuro y con las nuevas tecnologías habrá grandes cambios en este sentido. Lo único que cuenta es poder seguir contando historias escritas y que la gente pueda leerlas.

-¿Cuál es el personaje o los personajes que más atesora, que más quiere?
-Atesoro y quiero a todos mis personajes por igual. Todos son mis "hijos", como me gusta llamarlos. Pero en algunas de mis historias hay personajes, que no fueron los protagónicos, que merecen tener su propia historia. Por eso escribí La historia de La Diana, que nació de mi trilogía Caballo de Fuego, y ahora estoy trabajando en la historia de Alexander Blackraven, hijo de los protagonistas de El cuarto arcano.

¿De qué manera la van modificando sus libros?
-Me gusta pensar que mis libros me van haciendo más profunda, más sabia, más observadora de la realidad, más silenciosa, más atenta a lo que los demás dicen. Espero que sea así.

-¿Y la investigación previa?
-Por supuesto. Es inevitable. Algunas más que otras, pero con todas aprendo cosas nuevas que me transforman. En cuanto a la investigación de La Diana resultó muy dura porque, si bien había investigado otras guerras, la de Bosnia fue de una crueldad entre hermanos indescriptible. También investigué acerca de una consecuencia directa de esa guerra que fue el incremento exponencial en el tráfico humano en los Balcanes, lo cual me abismó a un mundo de horror y vejación. Tuve que hacer una pausa mientras investigaba porque me entristecí y enojé mucho, las dos emociones al mismo tiempo. Fue durante esa pausa que empecé a escribir La tía Cósima, que retomé una vez finalizada La historia de La Diana.

-Hay personajes femeninos fuertes en sus libros. ¿Desde qué lugar los aborda? ¿Qué quiere para sus mujeres?
-Para mis ‘hijas’ quiero que sean felices, pero en un mundo complejo como éste a veces hay que luchar contra fuerzas muy poderosas para lograrlo. Pues bien, ellas son de las que, frente a los desafíos, no se acobardan, sobre todo si tienen que proteger a los que aman.
 
-¿Qué piensa del resurgimiento del movimiento feminista y dónde su ubica personalmente?
-Creo que es la consecuencia lógica de siglos de injusticias. No se puede seguir en un mundo machista y anclado en el pasado si queremos elevarnos como especie; es sencillamente imposible.
 
-¿Cuál es su lugar en el mundo?
-Mi lugar en el mundo es aquel donde pueda estar en paz.

 

UN PING PONG

  • Amor:  sanador
  • Odio:  destrucción
  • Feminismo:  derecho
  • Machismo:  caduco
  • Olvido:  dolor
  • Memoria:  historia
  • Guerra:  herida
  • Paz:  deseo