Muy golpeado desde el inicio de la pandemia, el ambiente artístico local poco a poco va volviendo a mover sus coyunturas. A la flexibilización que permitió la vuelta de los shows en los espacios gastronómicos (bajo las correspondientes restricciones impuestas por protocolo), desde el 23 de septiembre se suma la habilitación de salas de teatro y cine "pequeñas e independientes', que ya pueden volver a funcionar con público. La salvedad fue subrayada desde Cultura local, ya que por el momento el permiso no alcanza a los "teatros grandes', como los que están bajo órbita oficial; ni a los "cines comerciales' como los que se encuentran en los shoppings, que deberán seguir esperando. La distinción, explicaron, no está especificada en el protocolo vigente, ya que llegado el momento, también regirá para ellos, con oportunas salvedades.


Para poder ponerse en marcha, estos espacios deberán contar con el sello de establecimiento seguro al que se accede tras un registro y examen disponible en la página de gobierno Capacitur, y seguir a rajatabla el mencionado protocolo, que -aunque de carácter dinámico- en lo inmediato establece que no podrá haber menores de doce años, que funcionarán al 30% de su capacidad con distanciamiento, que no se podrán manipular alimentos ni bebidas, entre otras medidas como el registro en planilla, la toma de temperatura, el uso permanente de cubre nariz y boca, desinfección, disponibilidad de alcohol en gel, etc. (ver aparte).

La máquina se enciende

Las salas de teatro independiente están entre los espacios más afectados por la pandemia.


La posibilidad de realizar espectáculos con reducida cantidad de público despertó grandes expectativas entre los gestores del puñado de salas de teatro independiente que hay en la provincia, algunos de los cuales manifestaron sus inquietudes a DIARIO DE CUYO. Para Renato López, que administra las salas de la Biblioteca Franklin, significa el despertar tras un largo y difícil párate. Hay una obra en ensayo en estos momentos, que pronto podrá estrenarse, aunque no tenga todavía una fecha definida. Se trata de "Un enfermo imaginario" de Molliere, de la Escuela de Teatro Antropológico; y si todo sigue su marcha, podría estar lista para noviembre. "Aplicando el 30% de espectadores permitidos estaríamos con un cupo de hasta 35 butacas disponibles como máximo en la sala chica. Tendríamos aumentar el precio de la entrada para solventar los costos de producción, y especulamos que no será menos de $350", dijo López. Por su parte, Antonio De Tommaso, por la Sala Z, dijo que hay muchas ganas de arrancar y que "Estamos dispuestos a comenzar cuanto antes, los requisitos son simples de cumplir. El tema más importante será que el público no se quite el barbijo en la función, deberá adaptarse y poner mucha buena voluntad", comentó, y especuló con que en un mes aproximadamente podrán tener funciones con una ocupación de 80 butacas.


Desde Expresión Contemporánea, su directora Mónica Munafó estimó que con esta medida se abocarán a la reposición de La Casa de Bernarda Alba. "No tenemos todavía fecha, pero seguramente para fines de octubre empezaremos. Nos urge trabajar, porque estamos por perder el espacio, si bien conseguimos cubrir el alquiler, todavía debemos el pago de servicios. Fueron muchos meses de tenerlo cerrado, nunca estuvimos así, es un tiempo muy difícil que nos toca vivir", manifestó la directora y docente.


José Annechini co-gestiona con la Biblioteca Franklin el Espacio Franklin Teatro de Arte. Allí trabaja el elenco Los Juglares de la Cooperativa Teatro de Arte y el elenco Teatro Mío de Jorge Aimetta. "Estamos acondicionando todo para empezar a ensayar. Después que certifiquemos todo, recién podremos hacer funciones con público. Es auspiciosa esta medida, pero hay un montón de detalles que debemos tener en cuenta antes de salir a escena", opinó. En cuanto al tipo de producción, Annechini considera que el formato a trabajar probablemente sea el unipersonal o a dos actores en escena para respetar el distanciamiento. En este sentido, tiene en mente con su elenco reponer Conversaciones con Mamá, que podría adaptarse fácilmente a este esquema y que en lo posible, podría reaparecer en noviembre.


Al cierre de esta edición, la Asamblea de Teatristas Autoconvocados estaba reunida para tratar aspectos generales y luego emitir un comunicado con una postura unificada respecto de la disposición vigente para el retorno de espectáculos con público en salas independientes.


Por ahora, el Patio de las Artes

El próximo martes o el siguiente debutaría el cine bajo la luna en el Patio del IOPPS.

A esta altura del año, uno de los clásicos de las nochecitas sanjuaninas que ya preparaba sus motores era el ciclo de cine del Patio de la Lechuza -o Patio de las Artes-, que de momento es el único que vuelve a ponerse en marcha de cara a esta buena nueva. Según contó Antonio De Tommaso a DIARIO DE CUYO, el ciclo de cine en el jardín del IOPPS abriría sus puertas el martes 6 o el martes 13 de octubre, sujeto a terminar de definir la programación. "El clima ya da para apostar al ciclo al aire libre, siempre hemos empezado en octubre, así que por ese lado todo bien. Lo que por ahí afecta es el 30% de la capacidad, pero creo que es una manera de empezar. Se arranca así, bueno, está bien, y en la medida en que sepamos comportarnos será más y así iremos progresando', expresó De Tommaso, quien dijo que también servirá para que la gente se acostumbre a nuevas formas que regirán en el Patio. "Es que, por ejemplo, si van dos o más personas juntas, se van a tener que sentar a distancia y ya no van a poder comentar ni cuchichear en la película, algo que era muy común. Tampoco van a poder llevar el mate ni nada de eso. Será algo grupal e individual, si se quiere", agregó.


Carlos Cerimedo es otra de las cabezas locales de los "clubes de cine", y quien por ahora continuará con las proyecciones de cine local y filmado en San Juan a través de su canal de Youtube, ya que al no tener un espacio propio, depende de la decisión de terceros. "La Facultad de Filosofía está cerrada, así que ahí no podrá ser por ahora. Lo único que me queda es el de la Biblioteca Franklin (NdeR, que no está atendiendo al público) y esperaré a reunirme con sus autoridades para ver si están dispuestas a retomarlo", comentó el cinéfilo. En cuanto a su ciclo en el Anfiteatro, usualmente inicia en enero, así que todavía hay unos meses para ver cómo sigue el panorama, teniendo en cuenta que el complejo Auditorio, al igual que el Bicentenario -donde también supo llevar sus películas, a la sala chica- hoy están cerrados al público. 


En la misma línea es que el Cine Club del Museo de Bellas Artes seguirá de modo virtual hasta nuevo aviso. "El proyecto de volver a la sala con público reducido está pensado; pero no será hasta que no se anunciada la apertura de los espacios oficiales de gobierno. Por ahora es una posibilidad sólo para los espacios independientes, así que estamos a la espera. Cuando el Museo abra las puertas nuevamente para la exhibición, ya podremos contemplar otras actividades presenciales como el Cine Club", explicó su director Emanuel Díaz Ruiz.

Para tener en cuenta


Algunas de las medidas que figuran en el protocolo de salas de teatro y cine para San Juan:


- Las salas deben tener el sello de Establecimiento seguro (tras registro en la página de gobierno Capacitur).


- Se permite un factor de ocupación de 30%.


- Está prohibido manipular alimentos y bebidas en el recinto.


- El espectador deberá respetar siempre la distancia mínima de 2 metros y llevar tapaboca durante toda la permanencia en el lugar.


- Deberá existir una separación de 2 metros en todas direcciones (adelante, atrás, izquierda y derecha) entre espectadores. Las butacas inhabilitadas estarán precintadas con una faja. 


- Asignar un responsable, encargado de velar por el cumplimiento de normas sanitarias y de distanciamiento social (2 metros).


- El ingreso a sala de proyección deberá realizarse de a una persona a la vez, para respetar el distanciamiento obligatorio. Demarcar zonas de circulación en toda la sala, 2 metros en el piso, en todas las direcciones, hacia los diferentes lados, adelante y atrás, y también para el ingreso y/o egreso, evitando el acercamiento entre las personas.


- No podrá haber interacción física entre el público y los artistas. El público permanecerá sentado durante toda la función.


- Se deberá evitar el contacto físico de los artistas en el escenario, respetando los 2 metros de distanciamiento social. En el caso de que la obra desarrolle escenas de este tipo, las mismas deberán ser rediseñadas para cumplir este distanciamiento obligatorio.


- Dentro de los sanitarios, cada tocador dispondrá de jabón líquido, alcohol diluido al 70% y toallas de papel descartable. Los baños se desinfectarán después de cada uso. Se mantendrá un registro de las tareas de limpieza.


- En cuanto a la venta de entradas, disponer el pago electrónico y /o efectivo en lugar y con reserva previa vía online, a fin de evitar filas o congestionamiento al inicio de la función. En caso del cobro en forma presencial, la persona en taquilla deberá disponer de los siguientes elementos de protección personal: máscara acrílica o cubreboca, guantes de nitrilo y alcohol al 70%.


- Entre proyecciones deberá existir tiempo suficiente para adecuar la ventilación del ambiente, efectuar limpieza y desinfección y evitar el entrecruzamiento entre personas que ingresan y egresan de las salas.


- El personal y gestores de salas deberán tener en forma permanente tapabocas, respetar distanciamiento social, velar por el cumplimiento de las normas sanitarias y organización de la zona de circulación para el ingreso y egreso (debidamente demarcadas con cintas) dentro del recinto.


- Ante la presencia de concurrentes con síntomas compatibles con Covid-19 dentro del espacio, se procederá al aislamiento inmediato del paciente, entregar un barbijo quirúrgico y aviso al 107. Para lo cual se debe destinar una habitación a tal fin, correctamente señalizada, con adecuada ventilación, elementos de higiene y cesto de basura con bolsa.