Es considerada una de las voces más destacadas de la canción nacional. La última vez que vimos a Julia Zenko en San Juan fue en 2014 sobre el escenario de la Fiesta Nacional del Sol, junto a Lito Vitale, Juan Carlos Baglietto y Sandra Mihanovich. Ahora, como protagonista absoluta, se encontrará con el público local en el Auditorio Juan Victoria el próximo 14 de marzo trayendo su nuevo álbum, Nosotras, que se suma a la veintena de discos editados en su carrera.

El Dato
Julia Zenko. Presenta Nosotras el miércoles 14 de marzo en el Auditorio Juan Victoria a las 21,30. Entradas anticipadas Café del Auditorio $250, luego $300.

En contacto con DIARIO DE CUYO, la cantante habló de su nueva producción, sus comienzos y su forma de encarar la vida. Zenko, quien además encabezó recientemente el musical Hermanos de sangre, junto a Mariano Taccagni y Damián Mahler, adelantó que dedicará el año a presentar Nosotras en todo el país. 



-¿Cómo surgió la idea de este disco?


-Ya lo tenía en la cabeza hace un tiempo, lo venía pensando y cuando Lito (Vitale) me ofreció hacer este disco dije "es la oportunidad". Elegimos entre los dos el repertorio, básicamente pensando en compositoras que escribieran canciones con las cuales me sintiera identificada. Algunas de estas cantantes y compositoras ya las había grabado, en esta oportunidad tuve ganas de mandarme también con autoras que nunca había interpretado, al menos públicamente, como Fabiana Cantilo, Hilda Lizarazu, Marilina Ross. Hay una canción muy bonita, profunda, que la escribió mi amiga de toda la vida, Gachi Leibovich, que cuando me mostró Soledad, Solita, Sola, quedé enamorada. Cada vez que elijo una canción tiene que ver con mi sentir, con mi sentimiento, con lo que me pasa en el aquí y ahora. 


-¿Qué te pasa con Nosotras?


-Estoy viendo todo lo que está pasando con Nosotras, que tiene que ver también con esta propuesta de afirmar nuestros sentimientos, nuestros deseos, nuestra forma de ver la vida. No es un disco solamente para mujeres, pero sí dedicado y homenajeando al pensamiento femenino. 


En general uno graba canciones de varones, escritas por varones, y tuvimos ganas de hacer todas compositoras argentinas. 


-¿Disfruta de los shows en vivo?


-Es lo que más me gusta, si me das a elegir entre grabar un disco o cantar en vivo, elijo mil veces el contacto con la gente. Eso fue parte de mi personalidad, de mi sentir desde que comencé a cantar; es más, si me remonto al porqué me hace tan bien estar arriba de un escenario y comunicarme con la gente, es porque fui una niña muy tímida. Yo canto primero para mí, pero fundamentalmente para comunicarme con el otro. Digo que canto para mí porque no puedo interpretar ninguna canción de la que no esté convencida o enamorada. Al no ser compositora busco en las palabras de otros mis propias palabras. 


-¿Con esa elección de repertorio costó insertarte en la industria?


-Me pasa es que nunca me preocupé por vender discos, nunca me preocupé por grabar un hit. No entré en esa vorágine y en esa locura de la competitividad, el deseo de fama o de poder en el laburo. Yo empecé a cantar casi como un juego, como un divertimento, casi terapéutico y después se fueron dando las cosas. Siempre decía que el destino mío estaba marcado y me vinieron las cosas como mágicamente y mi terapeuta me decía que no era todo magia, que yo algo había hecho. 


-Y bueno, el talento está...


-Sí, pero hay mucha gente con talento que no tuvo las posibilidades que tuve yo. No soy una mujer demasiado ambiciosa, en lo que se refiere a la cuestión material, así que siempre soy una agradecida de la vida, de que puedo vivir de mi laburo hace 40 años, por supuesto con altibajos como cualquier otro trabajo; pero me hace muy feliz seguir en esta carrera, tener una vida digna, pude desarrollarme no sólo como profesional, sino en forma personal con mis hijas. Por ahí algunos sacrificios tuve como cuidarme extremadamente la salud, para tener posibilidades de seguir cantando unos años más. Básicamente es ser saludable para poder seguir viajando o cantando. 


-¿Qué piensa sobre los que sí eligen la fama?


-Que cada uno elija lo que lo haga feliz. Yo no podría vivir las veinticuatro horas del día pensando si esta canción pega o vende. Quizás fui madre muy joven y siempre me importó más la cosa personal que los deseos de éxito. Aparte no soy tan laburadora, me aburro fácilmente y cambio. Pero trato de vivir lo mejor que puedo y cumpliendo con mis propios deseos. Soy una afortunada de poder seguir presentando discos, actuando, grabando. 



-Pensando en esas oportunidades, ¿cuál destaca principalmente?


-Te hablo de la magia, de las oportunidades que se fueron dando, como que yo estaba cantando con 20 años en un boliche y un productor de la Polygram se acerque y me diga si quiero grabar un disco. Eso no es común. No tuve la necesidad, cuando empecé en este medio, de golpear ninguna puerta. 


Tuve mis bajones. En el 95 yo había sacado un disco, apareció un ratito y lo encajonaron y entré en un pozo depresivo, hablaba con Lito Vitale y le decía "ya está, me voy a dedicar a otra cosa". En 1997 grabé María de Buenos Aires y otra vez volvió la luz en mi vida, dije: "Es esto". Fueron diez años viajando por todo el mundo y volví a enamorarme de mi profesión. 


-¿Qué piensa de las denuncias de acoso laboral y sexual que salieron a la luz?


- Es un tema muy triste. No quiero personalizar en nadie. En general me parece que estamos viviendo unos días muy interesantes para dejar de callarnos la boca y poder hablar para aclararles a todos cuáles son nuestros derechos y no puedo opinar de otra forma. Algunos casos son muy tristes. También pienso que vivimos en una sociedad muy machista y que tiene que aprender a cómo tratar a la mujer de igual a igual y más allá de todos los logros que alcanzamos como mujeres todavía falta. 


-¿Le tocó vivir una situación así?


-No, o nunca me di cuenta o no fueron tan directos. Nunca tuve una situación de abuso o un acoso.