Mucho tiempo pasó desde que conociéramos a Sheryl Crow en 1993 con su disco debut “Tuesday Night Music Club”, en estos más de 20 años vivió muchas situaciones, pasó de los clubes chicos a los estadios y regresó a los clubes. Los 55 años le sientan más que bien, volvió a reunirse a con los productores Jeff Trott y Tchad Blake, los mismos con los que trabajó en los discos “Sheryl Crow”(1996) y “The Globe Sessions” (1998).

La última vez que Sheryl trabajó con Trott fue en “C'mon, C'mon” (2002). Reencontrarse con sus viejos productores no fue casual, Crow quería volver al sonido de los 90s, conseguir canciones efectivas y lo consiguió en “Be Mylsef”, su nuevo álbum.

Abre el disco “Alone In The Dark”, llama la atención desde el primer golpe de batería y cuenta con un estribillo pegadizo. Comenzar un álbum así es un buen augurio. En general “Be Myself” es un disco que invita a seguir el ritmo de cada canción con el pie.

También tiene canciones que nos recuerdan a viejos hits de los 90s. "Roller Skate" nos recuerda a "All I Wanna Do" (1993) y "Strangers Again" suena a "If It Makes You Happy" (1996). La canción que da nombre al disco es un hit instantáneo para interpretarla en vivo frente a una audiencia importante.

Donde más baja el ritmo es en “Love Will Save The Day”, la canción de amor de la placa.
"Halfway There", "Rest of Me", “Woo Woo”, hay varias canciones que pueden funcionar muy bien en las radios.
 

Sheryl Crow regresó con nuevo disco y regresó al sonido de hace 20 años. Con semejante álbum nos queda claro que a veces hay que retroceder para poder avanzar.