El músico Miguel Ángel Estrella llegó para ser distinguido como Doctor Honoris Causa por parte de la Universidad Nacional de San Juan, cuyo acto oficial se realizará hoy a las 10.30 en el Edificio Central de la UNSJ (Mitre 396 este) en el edificio del Rectorado. Pero la primera actividad que hizo apenas piso suelo sanjuanino, fue -a pedido personal- visitar la cárcel del Servicio Penitenciario Provincial. Fiel a una costumbre que posee, Estrella busca tomar contacto con personas privadas de su libertad para compartir su música y experiencias de vida por el mundo.
El hombre tucumano de 77 años de edad, ingresó ayer al Penal de Chimbas acompañado por los docentes de la UNSJ, Alejandro Dávila y Mónica Kurbán. Al llegar a la sala preparada para el evento, fue recibido por el director de Promoción y Protección de Derechos Humanos José Rodríguez y autoridades del penal encabezados por el director Javier Figuerola. En un tejido de melodías y palabras, contó con un ritmo pausado, las vivencias de su niñez, su juventud, su amistad con Julio Cortázar, sus conciertos brindados a las comunidades aborígenes; en las villas y barrios humildes y en varias cárceles del mundo.
En el desarrollo de la jornada, al músico le fue revelada una nota que le llegó por parte del director del penal, en la que decía: ‘señor director, me ofrezco para tocar el piano en representación de los detenidos, soy profesor de piano’, la firma era de Jorge Olivera, represor condenado a prisión perpetua por delitos de lesa humanidad en San Juan.
El embajador de la cultura de la UNESCO, accedió al pedido y le cedió el asiento a ex-militar, quien tomó el micrófono y alzo la voz: “Me ha conmovido su historia al escucharlo. Fuera de toda ideología, los argentinos tenemos que estar unidos y que tiene que haber un solo grito de nuestro corazón, que es el grito de patria, la música nos une, une a los hombres. Muchas cosas ocurrieron en el país, muchas están por ocurrir, pero tenemos que pensar en el futuro sin olvidar el pasado, a los buenos y a los malos ejemplos para construir una nueva Argentina’. Dicho esto, tocó en el piano dos piezas de tango. Al finalizar ese momento, el músico y el represor estrecharon las manos en un saludo.
Curiosamente -y sin advertirlo por parte del artista- en tal auditorio, se encontraban otros represores como Gustavo de Marchi (condenado a 25 años de prisión) y el ex comisario Juan Carlos Turón imputado por 8 crímenes de lesa humanidad. También, estaban presentes Miguel Altamirano, Raúl Páez, Isidro Ponce, Alfredo Landa, Miguel Lucero y Carlos Fernández, quienes tienen diversas causas por abusos sexuales, violaciones, estafas y narcotráfico.
Testimonio de vida
En este contexto, el pianista no manifestó incomodidad o malestar. Al contrario, siempre mantuvo la serenidad y el buen humor que lo caracteriza. Con una sólida convicción en sus palabras y en sus manos, Estrella ejecutó piezas de Johann Sebastian Bach, la Sonata de Liszt, Atahualpa Yupanqui, Tata Cedrón y el Vals para mi madre. Pero el concierto fue cambiando de clima al contar sobre su pasado, pero anclado en el presente. Estrella hizo referencias a la detención de Milagro Sala, la causa de Santiago Maldonado investigada como desaparición forzada, el movimiento internacional de artistas para que él mismo fuera liberado; remembranzas del Mayo Francés de 1968 y la revolución de los estudiantes universitarios.
Estrella manifestó el relato más crudo y visceral del encuentro al recordar cómo padeció las torturas y represión de la dictadura uruguaya en 1977, como así también, su repudio al Plan Cóndor. En la cara de todos los presentes, les dijo: ‘Tuve una prisión diferente a la de ustedes de ahora. Sufrí torturas durante casi tres años. Me defendí con solo rezar a los gritos el Padre Nuestro. Me mantenían con una capucha en la cabeza y con los brazos colgados. Creo que había como yo unas 25 personas más secuestradas. Lo reconocí por mi oído musical al escuchar sus gritos de dolor. Las chicas eran violadas en serie… en ese mundo de tinieblas, rezaba tanto que llegaba a ver la cara de Dios, con la imagen de mi padre’. Agregó: ‘El sexto día de tortura, la voz del jefe de la unidad, me habló: “Te vamos a hacer lo mismo que al zurdo de Víctor Jara, te vamos a cortar las manos y te vamos a matar”. Cuando sentí que encendían la sierra eléctrica, me corrió un frio por todo el cuerpo. Pero les dije que Dios los perdone por lo que van a hacer y yo trataré de perdonarlos. En ese momento, apagaron la sierra, la voz del número 1, un represor que ahora está preso por matar a muchísima gente, me dijo “hijo de p… te vamos a destruir, nunca más serás el padre de tus hijos, nunca más serás amante de una mujer, tenemos especialistas en eso”.
Cuando finalizó el encuentro, el músico se quedó escuchando las historias personales de algunos ex-militares y al retirarse, Estrella agradeció a todos por prestarle atención y recibir su respeto durante más de una hora y media. Por otro lado, el pianista atendió también el reclamo de varios presidiarios para que puedan continuar con sus estudios musicales, por lo que se comprometió y se puso a disposición para ayudar en la gestión de un plan de enseñanza musical en contexto de encierro para los internos del Penal.
FOTOS MAXI HUYEMA

