Fotos: Marcos Urisa

Una alfombra roja en la escalinata del acceso este del edificio anunciaba que no era una noche más. Es que el Auditorio Juan Victoria se vistió de gala anoche para recibir al público en su sala principal luego de más de un año y medio cerrada, por la pandemia primero y luego por los daños provocados por el terremoto de enero de este año. La reapertura fue con dos excelentes organistas como Matías Sagreras y Josef Luy, que se llevaron encendidos aplausos de los sanjuaninos. La platea estaba contenta, volver al querido Auditorio era toda una satisfacción, y escuchar el gran órgano Walker recién reparado fue toda una novedad. El gigante volvió a sonar después de un largo tiempo en silencio (aun desde antes del confinamiento) tras el minucioso trabajo de restauración que realizó el organero Carlos Merlassino.

Todos con tapabocas y siguiendo las indicaciones del personal del complejo, fueron acomodándose los asistentes, que ingresaron a la sala desde el estacionamiento, sin pasar por el Foyer Sur, que sólo tiene habilitada una sección ya que la obra de refacción aún no concluye y donde se han colocado tres paneles explicativos de todo el proceso que se lleva adelante, además de exponer una de las luminarias retiradas, algunos de los pequeños tubos del órgano reemplazados y hasta una porción de cielorraso. 

La platea de este primer concierto del 2021 fue de lo más heterogénea: muchos jóvenes, algunas familias, artistas locales y funcionarios (incluidos diplomáticos extranjeros invitados). Pese a que se había habilitado el aforo al 100 por ciento y se anunció que las entradas estaban agotadas, algunas filas vacías; pero eso no restó brillo a una velada donde el público aplaudió encendidamente al final de cada obra. 

El inicio estuvo a cargo del organista Matías Sagreras. El músico porteño es el nuevo titular de la Cátedra de órgano del Departamento de Música, nombrado el año pasado, pero anoche se presentaba por primera vez en la sala. Fue protagonista de un emocionante momento con la interpretación del Himno Nacional Argentino, con la platea de pie cantando. 

Luego ocupó su lugar al organista alemán Josef Luy, con su concierto Tres veces alemán, que dejó embelesados a los asistentes por su manejo del complejo instrumento, que requiere incluso asistencia, rol que cumplió Sagreras. Luy se quedó maravillado con el órgano sanjuanino, alabó su calidad de sonido y estado de conservación, comparando con otros instrumentos similares que existen en Europa. Durante casi una hora, el joven músico desplegó su talento con un repertorio de autores alemanes y recibió la calidez sanjuanina con sonrisas y reverencias. 

Todo salió como se esperaba. Volvió la música a la prestigiosa sala y no es poco.