Que un emblemático escenario como el del Festival Nacional de Cosquín fuera el primero en poder retomar los recitales con público -se había anunciado que se concretaría entre el 23 y el 31 de enero- generó gran expectativa en los artistas, aún entre los que no estarían convocados, por la esperanza de que al abrirse esa puerta, siguieran abriéndose otras para uno de los sectores más golpeados a raíz de la pandemia. Pero el anuncio con bombos y platillos del intendente Gabriel Musso quedó trunco un mes después, cuando el Gobierno de Córdoba prohibió hasta el 31 de marzo todos los espectáculos en salas y al aire libre (tampoco se harán las ediciones 2021 del de Doma y folclore de Jesús María, ni el de Peñas ni el Cosquín Rock). La disposición fue rechazada categóricamente por todos los sectores relacionados a la música y el teatro que se preparaban para la temporada turística, que sí está habilitada. Y así, por primera vez en 61 años, la Plaza Próspero Molina permanecerá en silencio.

DIARIO DE CUYO consultó a algunos artistas sanjuaninos y nacionales al respecto; y la mayoría coincidió, no sin pena, que es una decisión acertada, que los recitales presenciales deberán esperar un tiempo más. Algunos ratificaron la importancia de la música para acompañar a la población, pero dijeron que la suspensión es un modo de "cuidar a la gente’, desconfiando de que los protocolos pudieran cumplirse en el contexto del festival.

Para hacer el "Cosquín presencial’, la comisión organizadora había presentado protocolos que tenían que ver con usar la mitad de la capacidad del espacio, es decir 9.700 butacas dijeron, distanciamiento abajo y arriba del escenario, incluso reduciendo la cantidad de participantes de los ballets que saldrían a escena en la Próspero Molina. También se había decidido no habilitar las peñas callejeras el festival paralelo, todo un clásico también en el marco de este encuentro- para evitar aglomeraciones y concentrar todo desde el escenario mayor para tener más control del público. Sin embargo, Cosquín se quedó con la grilla armada, aunque con los contratos sin firmar y al intendente lo hicieron reconocer que podría haber "inconvenientes de orden sanitario’.

Como solución o alternativa, estarían pensando en la salida que gran parte del ambiente musical adoptó en este año: una versión por streaming. Así lo dijo Musso a la prensa cordobesa, por lo que habrá que ver si se concreta, bajo qué modalidad y con quiénes. 

 

Ellos dicen

 

Juan Falú

La situación de pandemia complica todos los planes, más cuando su realización es tan cercana. Yo soy de los que piensan que los encuentros multitudinarios deben esperar a que, mínimamente, esté funcionando la campaña de vacunación. Sobre todo, porque hay una tendencia a aflojar los controles por parte de sectores de la sociedad y eso puede ser gravísimo. En el caso de Guitarras del Mundo lo hicimos virtual y salió estupendamente bien. No se interrumpió y dimos muestras claras de solidaridad para mantener vigente un proyecto. Lo que esperaría frente a Cosquín es que la comunidad artística se ofrezca a participar aceptando los honorarios posibles, o grabar sus videos , que un programador los organice, para resguardar la presencia de Cosquín. Pero, para que ello ocurra, tendría que partir la iniciativa desde el propio festival.

Sergio Galleguillo

Yo iba a estar en la edición, pero se suspende y es un golpe tremendo para la cultura. Los espectáculos masivos serán lo último en volver; se podría haber hecho con protocolos, sin embargo Córdoba los cerró a todos. Una gran tristeza me invade, ojalá se vuelva a buscar alegría. La música es esencial, es mucho encierro con más de 10 meses y la música es lo que llena.

Nano Rodriguez

Creo que es la decisión mas acertada, porque es uno de los festivales más grandes que tiene el país y la convocatoria no es tan solo dentro de la Plaza Próspero Molina sino en las peñas callejeras que se hacen en todas las jornadas. Así que pensando en lo que se vive con el Covid, es lo que había que hacer. Solamente lo entiende el que atravesó la enfermedad o ha perdido un ser querido, es difícil el momento que pasa el mundo. Es una decisión buena para cuidar a la gente, porque si es difícil mantener el protocolo en un local donde entra mucha menos gente, no me quiero imaginar un Cosquín, incontrolable en cuanto al distanciamiento. 

 

Claudia Pirán

Pero me parece que está bien, más allá de que obviamente Cosquín es trabajo y muchas otras cosas, es acertado, es coherente de parte de la comisión de folclore que así sea, fundamentalmente no sólo se pone en riesgo la gente que es del pueblo de Cosquín, sino a todos los visitantes y a la gente que estará esperando el festival. Los artistas siempre estamos cuidados, el tema es el público, que hay que cuidarlo. Mal que me pese creo que es una buena decisión, se hablaba de hacerlo en streaming, pero lo que tiene Cosquín es mucho más que un escenario, es magia en todo lo que se refiere a las calles, el río, los olores, la gente bailando en la Plaza San Martín, los artesanos pero si se hace virtual, quizás sea una manera no de sentir tanto la ausencia, todo pasará y cuando suceda el encuentro será más estrecho y estaremos más tranquilos. 

Katy Martínez (Labriegos)

Demás está decir que es una gran pena para el mundo del espectáculo, somos muchas familias las que necesitamos que se vuelva a restablecer nuestro sistema de laburo. Ojalá pronto podamos volver a la normalidad, son muchos meses de absolutamente nada, y Cosquín parecía brindarnos un alivio al querer llevar adelante la edición del festival, y que no se haga mata toda buena expectativa sobre nuestro futuro artístico presencial, al parecer vamos a tener que seguir atinando a los streaming y bancando la situación como sea.

Diego Ferreyra (Tayté)

Pensamos que es la decisión correcta, más allá de la angustia que nos genera a nosotros los artistas que tanto queremos al festival de Cosquín. Entendemos claramente la situación sanitaria que vive el país y no nos queda otra que seguir en la espera hasta que vuelvan los festivales. Por suerte estamos aquí en San Juan, ya trabajando de a poco respetando los protocolos para que nada suceda y no tengamos volver atrás.