En medio de un contexto complejo, el cine argentino sigue caminando e instalando títulos en las pantallas de todo el país, con más o menos fuerza y presencia. Pero en particular, este comienzo de mes ofrece cuatro títulos nacionales, algo no muy habitual, en medio de una población bastante robusta: más de una docena de musicales, animés, infantiles y dramas que recorren desde Corea del Sur a Hollywood.
Sin embargo, no solo es la cantidad lo que llama la atención, sino también que las cuatro son un recorte por lo menos curioso de los intereses que hoy atraviesan al cine argentino, reflejados en las temáticas que abordan.
A simple vista hay un arco muy marcado que va desde “Belén” -la apuesta albiceleste al Oscar y al Goya- y “Miss Carbón” (coproducción con España), que se zambullen en luchas feministas e historias de identidad de género inspiradas en casos reales y ocurridos fuera de la Capital Federal (dato nada menor), hasta “Homo Argentum” y su ya archicomentado y particular retrato del argentino promedio que propone. Se trata de películas “que dicen” -guste o no lo que digan-, que toman una clara postura política y que hasta se erigen como antagónicas, dividiendo aguas. No por nada las diferencias que se perciben entre ellas han trascendido la pantalla para instalarse en la vida real, con declaraciones cruzadas de sus directores o intérpretes, que no han hecho más que inflar el debate (¿y las taquillas?).
Al costadito queda la que, podría decirse, es “nada que ver”. Aunque catalogada como thriller, “Nadie podrá escuchar tu grito” es prácticamente un slasher juvenil, género que no abunda en la factoría nacional, apuesta que tiene su mérito; y si bien recuerda a las ya ultraconocidas y sangrientas fórmulas norteamericanas, ostenta y planta su propia bandera: el fútbol, pasión de multitudes en estas tierras. Sucede que los cruentos hechos tienen lugar durante un Mundial de fútbol.




Así las cosas, es raro no reparar en esta llamativa convivencia (no siempre pacífica) que por si fuera poco, deja picando otro dato no menos sugestivo. ¿Cuál? El que se desprende de la llegada y permanencia que cada una de ellas tiene en las salas, en este caso locales, y la cantidad de funciones que ofrece.
“Belén” (que vio la luz en septiembre) y “Miss Carbón”, al igual que “Nadie va a escuchar tu grito” (ambas desde el jueves 2 de octubre en cartel), se exhiben en una sola sala, de las tres comerciales que hay en San Juan. Mientras tanto, “Homo Argentum” se sostiene en los tres cines desde su estreno en agosto (aunque con menos funciones que antes).
¿Será un reflejo de lo que consume el público? ¿Van los gustos del público de la mano con los intereses de los realizadores? ¿Reparan los cineastas en lo que la gente elige ver o privilegian lo que quieren contar?
Y sí, el cine argentino siempre da tela para cortar, o al menos para charlar un ratito en la mesa del café.

