El corazón de la Escuela Industrial Domingo Faustino Sarmiento (EIDFS) ahora late también al ritmo de la música. En un cuarto del subsuelo que hasta hace poco era un depósito, ha cobrado vida la Instrumentoteca “Buenaventura Luna”, un proyecto que nació de la pasión del profesor de Música y del apoyo de toda una comunidad educativa.

Francisco Vera, docente del departamento de Comunicación y Expresión artística  (que nuclea todas las disciplinas artísticas que allí se imparten, como literatura, artes visuales, música y teatro) contó a DIARIO DE CUYO que la idea surgió de una necesidad básica: No tenían suficientes instrumentos para los alumnos de primer año, que son los que tienen música. Junto a la jefa del departamento, María Isabel Paredes, y a partir de la experiencia de un pequeño ensamble anterior llamado “Voces del Zonda”, decidieron dar un paso más. ¿El objetivo? Crear un espacio permanente dotado de instrumentos, que permitiera a los jóvenes desarrollar su talento musical, incluso más allá de las clases curriculares.

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El profesor de Música Francisco Vera, autor de la iniciativa, junto a María Isabel Paredes, jefa del Departamento de Lengua y Expresión Artística de la EIDFS

Con el apoyo total de los directivos, el trabajo para reacondicionar el lugar fue un esfuerzo conjunto. Los técnicos de la escuela se sumaron al proyecto y, afortunadamente, no fueron los únicos.

”Era un lugar que tenía unos archivos viejos y máquinas que estaban en desuso, pero era el único lugar disponible; una lonja que tiene un 1,70 m de ancho y unos 6 m de fondo. Entonces dijimos ‘Bueno, refaccionemos esto, dejémoslo genial y empecemos a pedir colaboración de instrumentos’”, contó Vera.

Pronto, la comunidad respondió con entusiasmo a la convocatoria de donaciones. Exalumnos aportaron guitarras y un grupo de amigos de la institución realizó una importante compra de instrumentos. Así las cosas, la flamante instrumentoteca cuenta hoy con flautas, pianos eléctricos, bombos, cajones peruanos y panderos, y se espera la llegada de más instrumentos. ‘Es que ahora tenemos técnicos de la Industrial que también son músicos’, marcó el profesor.

 

Tal como relató Vera a este medio, la inauguración fue un momento cargado de emoción. Tuvieron la visita del Instituto de danzas Odette, a cargo de María Inés Pérez Olivera e Irina Goransky, profesora de teatro del establecimiento.  Además, una alumna violinista de séptimo año de Industrias, Abril Oro, interpretó “Adiós Nonino”. Y el dúo “Los Lucero de Jáchal” fue invitado a cantar “Vallecito”, obra cumbre del poeta huaqueño cuyo nombre lleva el nuevo espacio –a sugerencia de Paredes y aprobada por unanimidad- y los chicos se sumaron al canto con entusiasmo. “Ahí, cuando los ves, es que decís, ‘sí, este es el camino, vamos bien'”, reflexionó el profesor, que subrayó “el fuerte trabajo conjunto” del área artística, impulsado por la jefa del departamento.

La instrumentoteca también permitirá  a los estudiantes de otros años, que ya no tienen música en sus programas de estudio, seguir participando de una formación artística que se ha ganado un lugar especial en la reconocida escuela técnica.

Un logro mancomunado