Lali Espósito habló este lunes en Sálvese quien pueda (América TV) luego de la amenaza de bomba que se registró antes del recital que dio el viernes pasado en San Juan, un episodio que generó preocupación y repercusiones en todo el país.
“Mirá, nosotros lo vivimos con tranquilidad, porque nos quedamos ahí, esperando que nos den información, confiando en que la gente de seguridad estaba haciendo lo que tenía que hacer. Yo no tengo idea cómo es un protocolo de esos. Me preguntaron si me quería ir, dije que no, me parecía que había que esperar ahí como la gente que estaba esperando para el show también. Y eso hice”, comenzó diciendo la estrella pop.
La artista continuó relatando cómo se desarrolló la situación una vez que se dio luz verde para empezar con el espectáculo: “Y cuando dieron el ok, me preguntaron si quería hacer el show igual, si me sentía segura, no sé si me sentía segura, pero sí acompañada y tenía ganas de brindarle el show que fui a darle a la gente de San Juan. Y la gente me demostró la energía y las ganas que tenían de vivir eso, y yo también, el equipo también, estábamos manija”.
Acto seguido, el cronista Rodrigo Bar le preguntó cómo había vivido el momento en el que se enteró de la amenaza, a lo que Lali respondió con una reflexión profunda: “Yo no lo llevo a un terreno tan personal ni tan egoico. Creo que habla de una época, de un modo que se instala. Cuando hablamos de discursos de odio es esto. Se viralizó el audio, el llamado y eso impacta”.
El periodista hizo referencia al componente político del mensaje, y Lali remarcó: “Sí, por eso digo que habla de una época. Y cuando uno habla de ‘che, guarda con los discursos de odio’, que bajan de arriba siempre, esto es lo que pasa. Gente como uno, un laburante, que de pronto tiene estas actitudes pensando que responde, imagino yo, a una bajada de línea”.
La cantante también se refirió al impacto que este tipo de hechos tiene en la sociedad: “Nos tocó a nosotros esta vez, creo que hay un montón de discursos de odio que le cagan la vida a la gente, a la comunidad LGBT, pero esto fue una demostración de que estas cosas tienen después un resultado. Yo soy una privilegiada, estaba ahí esperando a dar mi concierto feliz, un montón de gente había pagado su entrada con mucho esfuerzo para vivir eso, entonces es muy injusto para esa gente pasar por algo así. Había familias, niños, es un bajón que te digan ‘amenaza de bomba, hay que salir’. Estaba preocupada y triste por cómo la gente podía vivir esa tensión, porque no es grato”.
Con tono firme, Lali hizo un llamado a la reflexión colectiva: “No sé cuándo se acaba, creo que no hay un fin, creo que hay que aceptar que hay cosas que se instalan en la sociedad y que somos los responsables de desactivarlas, las propias personas. Si todos nos subimos a la bola de ser una persona odiosa, maleducada, mala, corrida de toda realidad, creo que es una bola de mierda que no se termina nunca más”.
Finalmente, se refirió al cruce que tuvo con el presidente Javier Milei tras su famoso tuit: “No me arrepiento para nada. Después de ese tuit todo lo que el Presidente se dedicó a intentar instalar o decir de una persona como yo y de otras también, creo que lo que intentan es eso, amedrentar, que uno diga ‘bueno, entonces nunca más digo nada’. Yo creo en lo que digo. Y un tiempo después de Gobierno tenemos resultados de cómo acciona la gente que tiene ese odio. Yo estoy tranquila con mis formas”.

