El artista plástico e intelectual Luis Felipe “Yuyo” Noé, maestro de la pintura argentina contemporánea reconocido a nivel mundial, murió ayer miércoles a los 91 años.
Hoy sus restos serán velados en la Legislatura porteña. Se mantuvo activo hasta hace pocos días, porque hace apenas una semana tenía previsto la presentación de su libro “Asumir el caos. En la vida y en el arte”, en el Museo Moderno de Buenos Aires. El libro se convierte ahora en parte de su legado intelectual, ético y estético, en el que deja planteado su pensamiento crítico y artístico frente a lo que nos constituye y nos trasciende: el caos. Sobre este concepto, casi obsesivamente, Yuyo Noé trabajó intensamente durante las últimas seis décadas.
Yuyo Noé estuvo en San Juan en 2017

El genial artista estuvo presente en la provincia cuando el Museo Franklin Rawson inauguró en su Sala 1, “Mirada prospectiva” una muestra curada por Cecilia Ivanchevich que también se presentó en Buenos Aires y Miami. Era una selección de 21 obras clave de aquellas 120 que integraban la exhibición en el Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires, que fue desplegada en el museo sanjuanino.

En 2011 también se presentó a los sanjuaninos obra la “Red” del célebre artista, un mural de grandes dimensiones, aunque sin su presencia en la inauguración y que además quedó en el museo local en calidad de préstamo.
“Luis Felipe Noé es uno de los más claros representantes de la cultura argentina desde su doble rol de pintor y teórico del arte. Su mirada es punzante, la idea del caos como pulso constante de la sociedad contemporánea es la determinante de toda su obra y de su actitud vital. La mirada desprejuiciada de la historia del arte, de la historia y de la noticia del día, está presente en toda su producción, como una constante puja y contrapunto” decía, por entonces, Virgina Agote, quien estaba al frente del MPBAFR.
“Podemos decir sin dudar, que Luis Felipe Noé, tiene un bisturí en la punta del pincel”, enfatizaba en aquel momento Agote, quién ahora, con la noticia del fallecimiento lo recordó con cariño. “Es un queridísimo amigo y además una persona que admiro muchísimo, que ha dado muchísimo para
el arte argentino, para la cultura argentina en general, y para toda la gente que lo pudo conocer, dejó una huella. A través de Carlos Gómez Antonio, mi marido, para quién él era como un padre, aprendí a conocerlo desde el lado más familiar, íntimo y también incluso generando un vínculo con Juana, nuestra hija que también ha marcado una huella en ella. Así que hay despedirlo a lo grande, agradecerle por todo lo realizado y sin duda lo vamos a extrañar, nos va a hacer falta” dijo a DIARIO DE CUYO este jueves.
Luis Felipe “Yuyo” Noé pintó en Ischigualasto
Desde el Museo Franklin Rawson, su director, Emanuel Díaz Ruíz contó que hay en el patrimonio del museo dos obras de gran tamaño firmadas por Yuyo Noé. “Una, es un paisaje de San Juan, pintado en el Valle de la Luna, lo pintó aquí. Y la otra es una obra muy emblemática, muy importante, porque justamente su nombre es La Partida, que se vincula mucho con a esto de no tenerlo ahora con nosotros. Es de un periodo de la época de la dictadura militar donde él tuvo que exiliarse fuera del país y llevarse consigo, digamos, toda su creatividad, toda su obra. Justamente es un relato muy biográfico y muy importante dentro de su producción de obra” dijo Díaz Ruíz.
Murió Yuyo Noé
La noticia de su muerte fue confirmada desde las redes sociales de su fundación, donde lo despidieron con sentidas palabras. “Con profundo pesar, desde la Fundación Luis Felipe Noé informamos el fallecimiento de Luis Felipe Noé, artista fundamental cuya obra y pensamiento transformaron de manera profunda el arte argentino y latinoamericano”, expresaron al comienzo del comunicado. Estaba rodeado del afecto de su familia –sus hijos, la artista visual Paula, y Gastón, cineasta, ambos residentes en Francia pero en Buenos Aires desde que Noé tuvo el primer ACV, hace una semana-, junto a sus colaboradores más cercanos.
Su obra, de vibrante color desde su juventud, está impregnada del amor a la vida que Yuyo sintió.
Fue un pintor sobresaliente, teórico y docente. Integró el grupo Nueva Figuración, movimiento que transformó la pintura argentina en los años sesenta. Su notable producción lo llevó a obtener el Premio Nacional Di Tella en 1963 y la Beca Guggenheim en dos oportunidades. Su obra forma parte de importantes museos y colecciones de la Argentina y del mundo.

Fotos: MPBAFR
A fines de 1965 Noé partió con su familia hacia Nueva York con una Beca Guggenheim y regresó a Buenos Aires en 1968. Desde entonces dejó de pintar por nueve años. Se dedicó a escribir y problematizar su campo y a enseñar. En mayo de 1966, escribió para la revista El Mirador de la Fundación Interamericana para las Artes, el artículo En la sociedad pop la vanguardia no está en las galerías de arte y a fines de ese año ganó por segunda vez la Beca Guggenheim.
En 1967 comenzó a escribir El arte entre la tecnología y la rebelión, libro que finalizó tres años después, pero que decidió no publicar por el contexto político que se vivía en Argentina.
En 1976, tras el Golpe Militar en Argentina, Noé se fue a París y, a partir de 1978, comenzó a viajar constantemente de Europa a Latinoamérica, hasta que en 1987 se instaló definitivamente en Buenos Aires.
En el 2000 Noé consolidó sus planteos estéticos poniendo a la línea como protagonista de sus obras. En el 2009, al cumplirse cincuenta años de su primera exposición, realizó la exposición titulada 50×50.
En 2006, junto a Eduardo Stupía, crearon el proyecto La línea Piensa dedicado al dibujo contemporáneo. Este ciclo de muestras se dedicó a realizar exposiciones de artistas contemporáneos en la sala 10 del Centro Cultural Borges. Además, en el año 2011, realizaron la muestra ¡Me arruinaste el dibujo! que reunía más de cincuenta obras pintadas y dibujadas “a cuatro manos” entre ambos artistas.
En 2007 la editorial Adriana Hidalgo publicó su libro NoEscritos sobre eso que se llama arte que recopila el pensamiento crítico, artístico y teórico del artista: conferencias, artículos y textos inéditos escritos en Buenos Aires, París y Nueva York entre 1996 y 2006.
En 2009 representó a la Argentina en la bienal de Venecia para lo que realizó dos obras de grandes dimensiones: La estática velocidad y Nos estamos entendiendo.
En 2010 el Museo de Arte Contemporánea (MAC Niterói) de Río de Janeiro, bajo la curaduría de Franklin Pedroso, le dedicó una gran exposición retrospectiva y en el año 2012 el Museo de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (MUNTREF) realizó la exposición Noé, visiones/revisiones.
Acerca de Luis Felipe Noé
Nació en Buenos Aires, en 1933. Estudió pintura con Horacio Butler y Derecho en la Universidad Nacional de Buenos Aires. Trabajó como periodista en los diarios El Mundo, El Nacional, La Razón y La Prensa (1955-1961). En 1959, realizó su primera exhibición individual. En 1961, junto con Ernesto Deira, Rómulo Macció y Jorge de la Vega, fundó el grupo Nueva Figuración Argentina. Hasta su disolución, en 1965, el colectivo protagonizó uno de los capítulos más significativos del arte local del siglo XX y recibió homenajes en todo el mundo.
Ese mismo año, Noé publicó “Antiestética”, acaso su obra escrita más importante. En ese libro (reeditado en 1988), desenvolvió su concepción del arte, la vanguardia y la política. Allí también conjeturó el rol del artista como motor de transformación social. Entre 1973 y 1974, fue director interventor del Departamento de Arte de la Facultad de Filosofía y Letras (UBA).
Entre otros reconocimientos, recibió el Premio Nacional de Pintura Torcuato Di Tella (Argentina, 1963), la Beca Guggenheim (USA, 1965-1966), la Medalla de Oro del Premio de Pintura la Ciudad (Buenos Aires, Centro de Arte y Comunicación, 1986), el Konex de Platino (Argentina, 1992 y 1994), el Gran Premio Fondo Nacional de las Artes (Argentina, 1997), el Premio Argentino de Pintura y/o técnicas mixtas (Primera Bienal Internacional de Arte de Buenos Aires, Museo Nacional de Bellas Artes, 2000), el Premio Cultura-Nación (Secretaria de Cultura de la Nación Argentina, 2007). En 2006 fue designado Ciudadano Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires.
Fuentes: Secretaría de Cultura, Perfil, Clarín, Museo Franklin Rawson.

