Los ecos de la gala del Martín Fierro 2025 se siguen haciendo oír. Enojos y reclamos por ausencias en las ternas y mucho más por quiénes fueron finalmente los ganadores. Marcelo Tinelli estaba invitado, pero alegó un inesperado resfrío.
En cambio, desde su programa de streaming, “Estamos de paso”, decidió hacer un raconto de su trayectoria en relación a los premios otorgados por APTRA.
Junto a su panelistas, improvisó una suerte de after con humor ácido y guiños cómplices: junto a un imitador de Luis Ventura, repasó cada instante de la noche con la distancia que da mirar desde el living propio.
“Me hubiera encantado ir, pero bueno, estaba resfriado, estuve grabando otras cosas”, deslizó Tinelli, encogiéndose de hombros ante los seguidores. Del otro lado, el imitador —convertido en una suerte de fiscal de la ironía— apuntó sin piedad: “¡Qué rápido te recuperás!”. Risas en la sala, gestos de resignación. La respuesta, casi entre dientes: “No estoy recuperado del todo”.

Pero el conductor reservó su golpe de efecto. Había que hablar de lo que pesa, literalmente, en su carrera: las estatuillas, los Martín Fierro ganados, los trofeos de una historia inimitable. “Me encanta ganar Martín Fierro, a pesar de todos los que nosotros hemos ganado en la productora. Sumando el total de la productora, no solo los personales, en todas las cosas que hicimos y los productos que hicimos de ficción… Todo por $2, Okupas, Tumberos, Los Roldán, Buenos Vecinos, VideoMatch, El show de VideoMatch… 56 en total”, enumeró el conductor.
El dato sorprendió a los presentes: cincuenta y seis premios. “Pero no solamente de uno. Por ejemplo, mejor director, mejor producción, que los tiene Fede Hoppe en su casa. Y yo traje algunos acá”, relató, instante en que comenzó a levantar las estatuillas en cámara, como quien muestra medallas tras la batalla.
Sabrina Rojas, testigo curiosa de esa especie de museo improvisado, preguntó lo que muchos querían saber: “¿A qué edad fue tu primer Martín Fierro?”. Tinelli no dudó: “Mi primer Martín Fierro fue a los treinta y uno. Y bueno, el Martín Fierro de Oro lo tuve a los… ¿treinta y seis, treinta y siete?”.

La conversación se encendió. Carla Conte intervino, intentando precisar la razón de aquel oro, el premio más ansiado de cada noche, que en esta oportunidad quedó para Santiago del Moro: ¿Fue por el programa o por la conducción? Tinelli lo aclaró sin rodeos: era por la conducción. Fue entonces que delante de cámara comenzaron a desfilar los logros: “Televisión, rubro labor conducción masculina en el 2010. Producción integral, rubro producción integral. 2008, Martín Fierro de Oro… Acá está, 1997 gané el de oro. El Martín Fierro de Platino, 2010”, y así, uno tras otro, pasaban las estatuillas, testigos mudos de una carrera sin comparación y de una de las máximas estrellas de la televisión de los últimos años.
Sabrina Rojas, ganadora la noche anterior con Pasó en América, no dejó pasar la ocasión y soltó una broma que desató carcajadas en el estudio: “El de Platino es cuando no estás nominado para nada y quieren que vayas”, dando cuenta de la atención que pone Aptra para que las figuras más importantes se hagan presentes en la ceremonia. El comentario, entre risas, cerró un repaso íntimo y descontracturado sobre la noche más comentada de la televisión argentina.

