El Molino Viejo de Huaco  -también conocido como Molino Dojorti-, ubicado en Jáchal, no es solo una edificación antigua; es un pilar del patrimonio cultural. Declarado Monumento Histórico Nacional en el año 2000 (ver “Los Molinos”), esta estructura del siglo XVIII, propiedad de la familia Dojorti desde hace generaciones, enfrenta un deterioro que pone en riesgo su permanencia. El paso del tiempo, la falta de mantenimiento y el temporal que azotó la zona afectaron la añosa construcción de adobe, generando daños significativos.

Es por eso que un grupo de personas encabezadas por Rubén Dojorti -descendiente del gran vate huaqueño Eusebio de Jesús Dojorti, el gran Buenaventura Luna- ha lanzado una campaña solidaria para conseguir materiales y herramientas con los que poder sostener uno de los molinos históricos de la provincia, referente -entre otras cosas- de la ya tradicional Fiesta del Molino Viejo que se hace cada año.

 

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Emblema de una época de oro, el Molino Viejo de Huaco o de los Dojorti -que integra un complejo de molinos harineros de Jáchal e Iglesia- es un gran atractivo para el turismo, que supo verlo en mejores condiciones

La particularidad en este caso radica en que el Molino de Huaco es Monumento Histórico Nacional, por lo que la Secretaría de Cultura de la Nación es quien debe adoptar los recaudos necesarios para preservarlo.  Pero Dojorti enfatizó en que sigue siendo propiedad de la familia, que no tienen los recursos suficientes para afrontar su restauración.

“Nosotros seguimos siendo los dueños, porque nunca se expropió. Lo tenemos nosotros, la familia, desde que lo compraron en el siglo XIX hasta el día de la fecha pertenece a los Dojorti”, enfatizó el hombre, quien manifestó que en la gestión anterior pidieron ayuda a Turismo, Cultura y Deporte de la provincia, pero no prosperó.

“Ellos fueron, lo vieron y todo, pero me dijeron que lamentablemente no podían hacer nada porque era Monumento Histórico Nacional, así que nos teníamos que dirigir a nivel nacional”, relató.

“¿Cuál es el problema? Que eso se demora muchísimo y el Molino lo necesita ahora, urgente. ¿Se acuerda de la inundación de este año, el 8 de marzo? Eso lamentablemente lo ha dañado demasiado”, expresó Dojorti. “Se han roto las paredes y el techo, por lo tanto el agua se filtra para el interior. También se ha caído una parte del techo donde está la rueda principal. Eso por un lado, pero en realidad es muchísimo lo que hay que hacer”, dijo, angustiado por la situación.

“Yo estoy permanente allá, haciendo refacciones. Por ejemplo, empecé con las entradas principales y la casa antigua del Molino; y quería seguir con el Molino, pero lamentablemente es muchísimo y se necesita ayuda… Todos los que lo visitaban nos decían ‘Pidan ayuda, porque sería una lástima que se derrumbe’, y bueno, por eso decidimos hacer la colecta”, se explayó Rubén, quien agregó que no le gustaría que esta necesidad se use con “tintes políticos”.

Lo que queremos es hacer las reparaciones, nada más, para que no se siga dañando, que no se venga abajo… ese es el miedo que tenemos, porque ese día de la tormenta torrencial en Huaco, el problema es que llovió demasiado tiempo, ahí sí teníamos miedo… Son adobones, más grandes que los comunes, tienen 90 centímetros… se mojó demasiado, era prácticamente un barro, estaba muy sensible, y la preocupación es si se viene otro temporal… Todavía estamos a tiempo, creo, de reparar”, concluyó esperanzado Dojorti.

 

Los principales daños del Molino Viejo de Huaco

Según detalló Rubén Dojorti son:

  • Sector Sur: Deterioro en el techo con desprendimientos de membrana, cornisa y desagües. Esto provoca filtración de agua hacia el interior, dañando pared, cimientos de piedra y maderas.
  • Sector Norte: La compuerta y las canaletas para girar las ruedas fueron destruidas por la crecida del agua, provocando filtraciones hacia el interior del edificio. En el mismo lugar se derrumbó una parte lateral del techo. Las ruedas de madera están deterioradas, lo que hace imposible hacerlas girar.
  • Exterior: El agua hizo canaletas que originaron una considerable caída del revoque, dejando los cimientos de piedra expuestos.

 

¿Qué piden? 

Los organizadores de la campaña solidaria hicieron una lista de materiales y herramientas que se necesitan para trabajar en el Molino:

  1. Material para construir andamio de 8 metros de altura.
  2. Ripio y arena gruesa.
  3. Cemento Portland, cal.
  4. Baldes, cucharas y fratachos de albañil.
  5. Tierra y paja de trigo para el barro (adobe).
  6. Depósitos para el agua a utilizar.
  7. Manguera de media pulgada para agua, 20 metros.
  8. Dos carretillas.
  9. Membrana asfáltica y membrana líquida.
  10. Escalera y escalera extensible.
  11. Dos arneses (de seguridad).

Dónde ayudar

Los interesados pueden comunicarse con Rubén Dojorti (2644737693) y Carlos Durán (2645256256).

Los Molinos Harineros

Testimonio de una época de oro, el Molino Viejo de Huaco, o Molino de los Dojorti, forma parte de un complejo que también integran el Molino de la familia Reyes, Santa Teresa o de Sardiña, y Molino del Alto o de los García. Fue declarado Monumento Histórico Nacional por Ley N° 25.291, del 15 de agosto de 2000 (junto al Antiguo Molino Escobar o de Iglesia y al Viejo Molino de Bella Vista, en el Departamento de Iglesia).

Según el estudioso Lolo Hidalgo, el Viejo Molino de Huaco, o de los Dojorti, “fue construido en 1773 por el chileno Suárez y Poblete a pedido de Josefa Delfina Suárez Tello ‘La Patroncita’, casada con Eusebio Dojorti Maso, quien fue nombrado por el gobierno de San Juan, Juez de Paz en el paso de la Mar, en el límite con Chile”. Eusebio Dojorti Maso y Delfina Suárez Tello eran los padres de Ricardo Arístides Dojorti, el padre de Buenaventura Luna.

El Molino pertenece desde el Siglo XIX a la familia Dojorti. La nave principal funcionó hasta 1965. Su estructura responde a una techumbre con grandes tijerales de madera dura. Bajo una cubierta de caña y barro, se reclina sobre muros de adobe ubicados sobre fundaciones de piedra.