El estreno neoyorquino de la película “The Naked Gun” se convirtió en una verdadera reunión familiar cuando Pamela Anderson y Liam Neeson aparecieron en la alfombra roja acompañados por sus hijos adultos. La actriz de 57 años llegó junto a Dylan Jagger Lee, de 27 años, y Brandon Thomas Lee, de 29, frutos de su matrimonio con Tommy Lee.
Mientras que el actor británico, de 72 años, estuvo respaldado por Micheál Richardson, de 30, y Daniel Neeson, de 28, sus hijos con la actriz fallecida en 2009, Natasha Richardson.
De este modo, el momento culminante de la noche llegó cuando Anderson plantó un tierno beso en la mejilla de su coprotagonista, una escena que solo avivó los persistentes rumores románticos que rodean a la pareja de actores.
Misterio detrás de la química: ¿romance real o amistad profunda?
La relación entre Anderson y Neeson mantuvo en vilo a sus seguidores, quienes no logran descifrar si se trata de un romance floreciente o simplemente de una amistad extraordinariamente cercana. Las declaraciones públicas de ambos actores alimentaron esta especulación de manera constante.
“Definitivamente tenemos una conexión muy sincera, muy amorosa”, confesó Anderson en diálogo con Entertainment Weekly. Mientras que añadió con cariño: “Creo que tengo un amigo para toda la vida en Liam, y él es una buena persona”.
Por su parte, Neeson no escatimó elogios hacia su compañera de reparto. El actor irlandés declaró el pasado octubre a People que está “locamente enamorado” de Anderson, aunque presumiblemente en términos profesionales.
Sobre la experiencia profesional con ella, explicó: “Es extraordinaria para trabajar. Es divertida y muy fácil de trabajar con ella”. Sumado a que resaltó: “No puedo elogiarla lo suficiente, seré honesto contigo. No tiene un ego desmesurado”.
Los indicios de una posible relación sentimental se multiplicaron durante la gira promocional de la película. Cuando The Sun preguntó a Anderson si se uniría nuevamente a Neeson para una secuela, su respuesta fue reveladora: “Lo seguiría a cualquier parte”. Esta declaración, cargada de devoción, se sumó a otros gestos que captaron la atención de los medios.
La complicidad entre ambos se hizo evidente incluso en las bromas sobre las escenas íntimas de la película. El intérprete confesó que su parte favorita del rodaje fueron “las escenas de sexo” con su colega.
Ambos actores relataron con humor cómo la coordinadora de intimidad del set supuestamente abandonó su puesto, con las manos en el aire. “¡No puedo soportar esto! ¡Está demasiado hot para mí! Me voy por un café”, revelaron. Además, la producción había asignado efectivamente una coordinadora de intimidad para las escenas entre los protagonistas.
El comportamiento de la pareja durante el estreno londinense de la semana anterior también generó comentarios. Según informó Vanity Fair, “no podían mantener las manos alejadas el uno del otro” durante el estreno en la alfombra roja, una imagen de cercanía que traspasó lo meramente profesional.

