El descubrimiento de la tumba del faraón egipcio Tutankamón cumple hoy 100 años y constituyó un hito en la egiptomanía y en el estudio científico de la civilización del Antiguo Egipto, con una gran cobertura mediática que fogoneó el misterio de ‘La maldición de la momia’.

El aniversario del hallazgo coincide con el bicentenario del ‘desciframiento de los jeroglíficos’, realizado en 1822 por el historiador francés Jean Francois Champollion, padre de la egiptología.

Tutankamón llegó al trono a los 9 años y tuvo un reinado ‘muy corto’, de diez años (1336-1327 a.C.) hasta su muerte a los 19, recordó la investigadora y fundadora del Centro de Estudios de Historia del Antiguo Oriente en la Universidad Católica Argentina, Roxana Flammini.

El descubrimiento fue realizado por el arqueólogo inglés Howard Carter el 4 de noviembre de 1922, cuando, luego de una expedición que había comenzado en 1914, uno de los integrantes del equipo halló el primer escalón de la escalera de la tumba.

Para la expedición en el Valle de los Reyes, una necrópolis del antiguo Egipto donde se encontraron las tumbas de faraones, el arqueólogo logró que lord George Herbert de Carnarvon, un conde inglés que había obtenido el difícil permiso para excavar allí, le costeara la búsqueda con la advertencia de que ese año -1922- ‘sería el último que le financiaría’.

Según la historiadora, el descubrimiento tuvo gran significado ya que 1922 fue el último año del protectorado inglés en Egipto.

Durante su reinado, Tutankamón restauró el politeísmo y el culto al dios Amón y a la ciudad de Tebas como sede de la realeza, que habían sido cambiados por quien (posiblemente) fue su padre, Akhenatón, durante el gobierno que lo precedió, en un período ‘muy convulsionado’ del Antiguo Egipto.

Previamente, Akhenatón había realizado una reforma monoteísta con eje en el dios Atón e incluso había abandonado Tebas, sede de la realeza en Egipto, para fundar una nueva ciudad llamada Akhetatón (hoy, El Amarna).

Si bien la tumba había sufrido dos intentos de saqueo, el tesoro ‘estaba prácticamente intacto’. Además, el Valle de los Reyes había sufrido una inundación que dejó sedimentos que la taparon y terminaron protegiéndola, agregó Flammini.

Sobre la muerte de Tutankamón, existen distintas hipótesis: que lo pudo haber matado la malaria; que se quebró una pierna y se le produjo una gangrena; y que pudo haber tenido un accidente, porque la momia tiene el tórax hundido, precisó Flammini.

‘Es muy probable que un accidente con un carro de guerra a gran velocidad haya provocado su muerte violenta’, consideró.

Sobre la genealogía de Tutankamón, investigadores realizaron estudios de ADN a la momia y sostuvieron que ‘sería hijo directo de Akhenatón, el rey de El Amarna, con una esposa secundaria que podría ser una hermana del rey, que daría lugar a enfermedades genéticas que podría presentar la momia’, mencionó.

Cuando Carter rompió la pared de una de las cámaras encontró la parte externa de una gran capilla dorada que ocupaba toda la habitación y dentro de una caja había otras cajas que llevaban a un sarcófago de piedra, con varios ataúdes.

En el último ataúd, de oro puro, yacía la momia, que tenía su máscara funeraria, uno de los objetos más fotografiados del mundo, de oro puro. La máscara estaba pegada a la momia, como también un montón de amuletos que estaban sobre la momia entre los vendajes.

‘Para despegar la máscara no fueron muy prolijos: la momia fue muy dañada’, señaló Flammini. En la tumba hallaron más de 5.000 objetos ‘fascinantes’, entre ellos, abanicos con plumas de avestruz, que ‘acompañaban al faraón a la vida en el más allá’, recordó la investigadora.

La tumba del faraón egipcio Tutankamón fue finalmente encontrada bajo más de 150.000 toneladas de rocas.

‘El descubrimiento de la tumba quedó como un momento de iluminación acerca del antiguo Egipto que fascinó a mucha gente y reforzó la egiptomanía’, señaló. Este descubrimiento interesó a medios de todo el mundo, que potenciaron la idea del ‘Egipto misterioso’ y de que el rey tenía poderes desde el más allá para que ‘quien osara alterar su sueño eterno, muriera’. Sumado al fallecimiento del lord de Carnarvon al año siguiente por una infección, y al hecho de que en las tumbas de los reyes se escribían fórmulas que decían que ‘no se interrumpiera el sueño del difunto’, interpretadas como maldiciones, se reavivó el fuego de la egiptomanía.

 

¿Era el único que disparaba sentado?

El incesto era muy frecuente en las antiguas casas reales de Egipto, pero en el caso de Tutankamón pudo haber sido la causa de la muerte prematura del faraón adolescente, según National Geographic.

Resultados de análisis de ADN, publicados en Journal of the American Medical Association, resultaron claves en combinación con los estudios radiológicos practicados a las momias.

Un estudio del radiólogo egipcio Ashraf Selim descubrió que la extremidad izquierda del rey niño presentaba una deformidad llamada pie equinovaro; también faltaba un hueso en uno de los dedos del pie y otros huesos de la extremidad fueron destruidos por necrosis. Como confirmación de esta hipótesis, diversos estudiosos apuntan al hallazgo de bastones completos en la tumba de Tutankamón, algunos de ellos desgastados. Tutankamón es el único faraón que fue retratado sentado mientras realizaba actividades como disparar con el arco o lanzar un búmeran.