El Banco Mundial (BM) alertó ayer por el crecimiento de la pobreza y la desigualdad en el mundo, como consecuencia del aumento de la inflación, de los cuellos de botella persistentes en el suministro de bienes y de la guerra entre Rusia y Ucrania.

El titular del Banco Mundial , David Malpass, reveló ayer que, "por cada punto porcentual de aumento en los precios de los alimentos, se espera que 10 millones de personas caigan en la pobreza extrema".

"Antes de la guerra en Ucrania, la recuperación en 2022 ya estaba perdiendo impulso debido al aumento de la inflación y los cuellos de botella persistentes en el suministro", ya que "las economías en desarrollo se estaban quedando sustancialmente rezagadas", expresó. Adicionalmente, la guerra en Ucrania y los bloqueos por covid-19 en China están reduciendo aún más el camino de la recuperación", continuó el titular del organismo multilateral.

En este sentido, resaltó que "nunca tantos países han experimentado una recesión a la vez, sufriendo la pérdida de capital, empleos y medios de subsistencia". "Al mismo tiempo, la inflación continúa acelerándose, reduciendo los ingresos reales de los hogares en todo el mundo, especialmente los pobres", advirtió Malpass. Asimismo, el titular del Banco Mundial destacó que la guerra en Ucrania y sus consecuencias también están creando una escasez repentina de energía, fertilizantes y alimentos, enfrentando a las personas entre sí y con sus gobiernos, e incluso las personas que están físicamente distantes de este conflicto están sintiendo sus impactos. Las interrupciones comerciales ya han disparado los precios de los granos y las materias primas" y "las exportaciones de trigo de los puertos del Mar Negro se han reducido drásticamente", señaló.