Enfrentamiento. Simpatizantes de Guaidó se enfrentan a las fuerzas oficialistas de las Fuerzas Armadas Bolivarianas, durante una manifestación en apoyo a su levantamiento contra el gobierno de Nicolás Maduro, en Caracas.

Efectivos de seguridad reprimieron ayer con una dureza nunca vista en varios meses las manifestaciones antichavistas en toda Venezuela, el día después de un frustrado alzamiento cívico militar contra el presidente Nicolás Maduro.

Mientras tanto, el presidente interino designado por el Parlamento, Juan Guaidó, advirtió que los objetivos de desplazar a Maduro "no se desinflaron" tras el fallido levantamiento.

El sucesor del fallecido expresidente Hugo Chávez, Nicolás Maduro, dijo ayer que la Justicia "está buscando" a los responsables del alzamiento militar y que éstos "más temprano que tarde" pagarán con cárcel por el delito de traición. "Están huyendo entre embajada y embajada", dijo el mandatario Maduro ante miles de simpatizantes, apostados en las cercanías del palacio presidencial de Miraflores.

En tanto, cientos de simpatizantes antichavistas se mantenían en vigilia en las inmediaciones de la base aérea militar La Carlota, en el Este de Caracas, que el martes por la mañana fue el epicentro de la sublevación. Los hechos comenzaron el martes por la madrugada, cuando militares liberaron al dirigente opositor Leopoldo López, quien cumplía prisión en su domicilio, y lo llevaron a La Carlota.

El líder opositor Juan Guaidó, reconocido como presidente interino de Venezuela por medio centenar de países, reapareció ayer en Caracas en una manifestación y llamó a un paro progresivo en la administración pública a partir de hoy. "Mañana (por hoy) comienza la Operación Libertad Sindical con rumbo a la huelga general", dijo Guaidó frente a un millar de personas.

La demostración antichavista había sido convocada por Guaidó antes de que se pusiera en marcha el martes pasado el levantamiento contra Maduro. El martes Guaidó intentó sin éxito movilizar a la mayoría de los militares y civiles para sacar a Maduro del poder, lo que escaló todavía más la polarización que vive el país.

Efectivos de la Policía militar y la Policía Nacional Bolivariana lanzaron gases lacrimógenos y balas de goma en la mayoría de los puntos de concentración de los simpatizantes antichavistas con el objeto de evitar las marchas que habían programado en el país que enfrenta una crisis económica y social. Las marchas, no obstante, se produjeron, y hubo numerosos choques, en los que también se vio a encapuchados lanzarles piedras y bombas molotov a los uniformados.

Sólo en los hospitales del municipio caraqueño Chacao se atendieron más de 30 heridos, mientras hasta ayer por la tarde no habían emitido informes las ONG que computan regularmente las víctimas en manifestaciones.

Sin embargo, la ONG Provea informó sobre un venezolano de 24 años muerto ayer en el estado de Aragua durante las protestas, sin detallar las causas de la muerte. Además, calculan un centenar de heridos y un centenar de detenidos.

La prensa relevó disturbios en la base aérea militar La Carlota -donde manifestantes rompieron la reja perimetral con un vehículo- y al menos otras cuatro zonas de Caracas, así como en Barquisimeto y Guayana, en los estados Lara y Bolívar, respectivamente.

"Si el régimen creía que habíamos llegado al máximo de presión, se equivocaron", advirtió Guaidó, y pidió a los miembros de las fuerzas armadas que "salgan a protestar de manera conjunta".

La represión de las manifestaciones antichavistas, que tuvo una dureza que no se había visto en lo que va del año, generó la reacción de varios organismos internacionales. Desde Naciones Unidas dijeron que estaban "extremadamente preocupados por las informaciones acerca del uso excesivo de la fuerza cometido por las fuerzas de seguridad contra manifestantes en Venezuela". Estados Unidos continuó presionando ayer al presidente Maduro, al no descartar una posible intervención militar y cargó contra Rusia y Cuba, a los que Washington acusa de mantenerlo en el poder. El secretario de Estado, Mike Pompeo, fue el más claro en pronunciarse sobre una hipotética intervención en una entrevista televisiva. "La acción militar es posible. Si eso es lo que es requerido, eso será lo que EEUU hará", dijo.