Aumento. Piñera aseguró que entre 2015 y 2018 las denuncias de abuso sexual aumentaron un 33%.


El presidente de Chile, Sebastián Piñera, promulgó por estas horas la ley que declara imprescriptibles ante la Justicia los delitos sexuales contra niños y adolescentes.

"A partir de hoy, el paso del tiempo no será nunca más un cómplice de los abusadores de nuestros niños", dijo Piñera el jueves pasado en un acto en la sede del Ejecutivo.

Antes de la promulgación de la nueva legislación, los delitos sexuales contra menores de edad tenían un plazo de prescripción de entre 5 y 10 años desde que la víctima alcanzaba la mayoría de edad si esta no presentaba una denuncia, algo que ocurre muy a menudo.

"Todos sabemos que denunciar un abuso sexual es algo muy difícil, especialmente para aquellos que sufrieron los abusos sexuales durante su niñez", señaló Piñera, quien añadió que muchas víctimas consiguen el valor y la fuerza para denunciar muchos años después de haber sufrido los abusos y con ayuda de profesionales. La ley no tendrá carácter retroactivo.

El presidente aseguró que entre 2015 y 2018 las denuncias de abuso sexual aumentaron un 33% y el año pasado superaron las 10.000, aunque esas cifras están lejos de mostrar la magnitud real del problema.

Según una estimación de la Fiscalía chilena citada por Piñera, por cada víctima de abuso sexual que presenta una denuncia, hay otros siete menores de edad que también fueron abusados y no lo denunciaron.

"El silencio se debe al miedo, a la culpa, a la vergüenza", dijo el mandatario. Piñera lamentó que a las víctimas que deciden dar el paso de denunciar los abusos, el proceso penal posterior las lleva a "revictimizarse", un factor que incide en que muchas veces prefieran no acudir a la Justicia.

El presidente agradeció al Congreso por la rápida aprobación del proyecto y tuvo un gesto especial con James Hamilton y Vinka Jackson, dos representantes de la sociedad civil que colaboraron activamente en la elaboración de la ley.

Hamilton es uno de los denunciantes del sacerdote Fernando Karadima, protagonista de uno de los casos de abusos sexuales cometidos por miembros del clero más mediáticos y destacados.

Jackson, por su parte, es psicóloga, escritora y activista por los derechos de la infancia que, además, fue víctima de abusos cuando era una niña.

La nueva legislación también impide que prescriban las acciones judiciales civiles para perseguir la responsabilidad de los cómplices y los encubridores de los abusos, no sólo a los responsables directos de los delitos. Solamente en los casos conocidos en el interior de la Iglesia católica chilena, actualmente están abiertas 166 causas. Efe