Un nuevo rebrote de la pandemia, una profunda crisis económica y la salida de un Gobierno impopular merodean por Ecuador, que hoy elige presidente mientras las encuestas favorecen al correísmo.

Si bien 15 hombres y una mujer se postularon como aspirantes a dirigir el país -un récord en la historia de la democracia ecuatoriana-, sólo dos parecen perfilarse para una probable segunda vuelta el 11 de abril: el banquero Guillermo Lasso (65 años) y el protegido del expresidente socialista Rafael Correa, el economista Andrés Arauz (35 años).

Según los últimos sondeos, el favorito era Arauz, con una media de 35,4%, seguido por Lasso, con un promedio de 26,3%, y tercero figuraba Yaku Pérez, del brazo político del movimiento indígena, con una media de 16,2%.

Ningún aspirante obtendría la mayoría absoluta (más del 50%) ni el 40% de los sufragios, con una diferencia de 10% sobre la segunda fuerza, necesarios para alzarse con el triunfo en primera vuelta. En tanto, la indecisión se elevaba a un promedio de 14% y los votos blancos y nulos alrededor de 17%.

Los comicios suponen el principio del fin del Gobierno de Lenín Moreno, quien termina su mandato sumido en un ocaso político, en plena crisis económica y sanitaria, con un criticado manejo de la pandemia del coronavirus, en pleno rebrote de Covid-19, socialmente deslegitimado y tildado de "traidor" por el movimiento correísta que lo llevó al poder hace cuatro años.

Poco después de su asunción en 2017, el mandatario rompió con su predecesor, a quien acusó de corrupción y endeudamiento irresponsable, e inició un cambio radical en materia económica.

Buscó nuevos acuerdos comerciales, alianzas con el sector privado, pero la economía nunca despegó y se ahondaron las tensiones sociales, por lo que terminó engrosando la deuda pública al acudir al Fondo Monetario Internacional (FMI).

Uno de los momentos más críticos fue en octubre de 2019, cuando las protestas más multitudinarias en décadas, convocadas principalmente por el movimiento indígena, pusieron en jaque al Gobierno y lograron la suspensión de la eliminación de subsidios a los combustibles, una victoria que solo duró unos meses hasta que Moreno consiguió imponerla.

La maltrecha economía ecuatoriana se vio además golpeada por la pandemia de coronavirus. Moreno lanzó una ley de flexibilización laboral y un recorte masivo del gasto público.

Para estas elecciones, el Gobierno argentino hizo campaña abiertamente para impulsar la candidatura de Arauz.

Es "un escenario complejo para unas elecciones clave no solo para el país andino sino para la región. El péndulo del progresismo giró a la izquierda con las victorias progresistas en México, Argentina y Bolivia. Si se confirma la victoria de Arauz se reabrirá definitivamente la posibilidad de un nuevo ciclo de integración latinoamericana desde una mirada progresista" dijo Sergio Pascual Peña, miembro del Consejo Ejecutivo del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica.

Los primeros resultados del conteo rápido de votos por parte del Consejo Nacional Electoral se conocerán a partir de las 19:30 hora local (21,30 de Argentina).

El economista Andrés Arauz es el favorito, pero no tiene suficientes votos para evitar las segunda vuelta del 11 de abril.