El huracán Irma derrumbó el sábado árboles, techos y postes del tendido eléctrico con vientos de unos 200 kilómetros por hora (kph), que dañaron hoteles en los centros turísticos más conocidos de la isla, y provocó evacuaciones forzadas en el litoral costero de La Habana.

La electricidad fue cortada para evitar cortocircuitos y el servicio de telefonía celular funcionaba con intermitencia, mientras Irma se acercaba al final de su viaje de 320 kilómetros a lo largo de la costa norte de Cuba para luego emprender rumbo hacia Florida.

En el pueblo pesquero de Caibarién, los residentes comenzaron a barrer los escombros caídos de las viviendas afectadas cerca de la playa luego de que las marejadas ocasionadas por la tormenta llevaron aproximadamente un metro de agua del mar hacia la costa.