El inicio. Los cortocircuitos con Brasil comenzaron durante la campaña presidencial de 2019, cuando Bolsonaro (foto) apoyó abiertamente a Mauricio Macri en las elecciones.

El mandatario de Brasil, Jair Bolsonaro, fustigó ayer el rumbo económico de Argentina pero se declaró "listo para recibir" en su país al presidente Alberto Fernández "como cualquier otro jefe de Estado".

"Argentina, no quiero hablar de la Argentina, pero sí, estoy listo para recibir a Fernández. Si viene acá, será recibido como cualquier otro jefe de Estado. Como debo recibir al embajador o al canciller de Argentina de la misma manera en los próximos días", dijo el mandatario del país vecino, Jair Bolsonaro, a periodistas en la puerta del Palacio de la Alvorada, su residencia presidencial.

De esta forma el presidente de Brasil, principal socio comercial de Argentina, le otorgó relevancia a la primera visita de trabajo que realizará el canciller Felipe Solá, acompañado por el designado embajador en Brasilia, Daniel Scioli, el próximo miércoles 12 de febrero.

Estas declaraciones de disposición a recibir a las máximas autoridades argentinas fueron acompañadas por las críticas a las medidas económicas de Argentina.

"Pero miren las medidas económicas que está tomando Argentina, acá nosotros en Brasil las tomamos en el pasado y fueron un fracaso. La historia es buena para eso, para no cometer los mismos errores", afirmó, sin dar mayores detalles.

El excapitán del Ejército el martes pasado había fustigado a Argentina por haber implementado una medida extraordinaria hasta junio para implementar la doble indemnización por despido laboral.

El comentario sobre la Argentina fue dado por el presidente Bolsonaro al repetir su ya clásica frase de que "las fuerzas armadas son el último obstáculo para la implementación del socialismo".

El mandatario de Brasil, Jair Bolsonaro, dijo que, en la vecina Venezuela, "se hace difícil porque se logró implementar el socialismo".

Los cortocircuitos entre Bolsonaro y Fernández comenzaron durante la campaña presidencial de 2019, cuando el jefe de Estado brasileño apoyó abiertamente a Mauricio Macri en las elecciones.

El embajador designado Daniel Scioli visitó la ciudad brasileña de Sao Paulo el lunes y martes pasados como parte de su gira para abrir el diálogo con las fuerzas productivas brasileñas.

En uno de esos diálogos, se abordó la realización, por parte de la Federación de Industrias del Estado de Sao Paulo (Fiesp) de un encuentro empresarial binacional para que coincidan los dos presidentes, que nunca se han reunido. El titular de la Fiesp, Paulo Skaf, es uno de los principales aliados económicos de Bolsonaro, a quien homenajeó el lunes pasado en la sede de la poderosa central empresaria.

Esperanza para mejorar vínculos

Así como el presidente Alberto Fernández apuesta a Solá, a Scioli y al secretario de Asuntos Estratégicos del Gobierno, Gustavo Béliz, para enderezar la relación con Brasil, como revelaron medios nacionales, en el gigante latinoamericano hay dos figuras relevantes del gobierno de Bolsonaro que apuestan a mejorar el vínculo con Argentina. Se trata del vicepresidente, Hamilton Mourao, y el jefe del gabinete de Seguridad, Augusto Heleno, ambos militares.

Mourao viajó a la asunción de Alberto y luego recibió a Scioli en Brasil, mientras que el general Heleno tiene una buena relación con Béliz con quien se reunirá la semana próxima. Ambos representan al ala más moderada y diplomática de los militares, que actúan como un contrapeso a las posiciones más extremas de Bolsonaro.